VCF 0 – VILL 2 | La madre que los parió… Vergonzosa derrota (otra más), ante un Villarreal B que se mostró superior en todo momento. Gradas semivacías a 10' del final y duras palabras de Ayestarán en rueda de prensa. Estas son nuestras impresiones.

Drakul

El Valencia y el Villarreal ofrecieron en el campo la imagen de sus proyectos. El del Villarreal, el sólido, aun jugando con reservas. El del Valencia sin base donde sustentarse, aun jugando con el teórico equipo titular.

Esta temporada está perdida desde hace mucho pero todos esperábamos un último esfuerzo de orgullo que no se produjo. Lim tendrá que saber sobre qué piedra va a edificar su iglesia. Sin el único referente que había en los despachos, sin jugador capaz de echarse el equipo a la espalda, solo le queda una bala y esta ha de apuntar al banquillo. Si vuelve a fallar el tiro podría haber tirado 200 millones de euros por el retrete.

No se entiende la alineación de Pako. Hasta el mas ciego de los valencianistas hemos visto que este año el Valencia cae en sus prestaciones sin Enzo Pérez. Salir sin el único jugador de verdadero carácter de la plantilla fue demasiado lujo para un equipo que se dedicó a jugar al clásico parabrisas olvidando que la portería estaba en el medio. Solo Rodrigo y Cancelo aportaron, sin mucho acierto en el último pase, algo de peligro. El Valencia es un equipo que ni siquiera sabe jugar fácil pero que se empeña en hacerlo complicado. Juega al ritmo de Parejo, del que nunca tendremos claro si es el mejor jugador del Valencia o el que le estropea el juego con su poca capacidad de organización. El Villarreal fue todo lo contrario, fue tan básico como efectivo: Defensa atrasada para tener espacios con rápidos y certeros contraataques. Parecía poca munición para el partido pero fue mas que suficiente para arrollar y avergonzar a un Valencia endeble.

jamacuco

El partido de ayer del VCF puede considerarse un triste esperpento perpetrado ante su máximo responsable, el Sr. Lim, presente en su palco. Suele decirse que no hay más ciego que el que no quiere ver; pues bien, espero que no sea el caso y haya tomado nota, rectifique y decida de forma adecuada para enderezar un proyecto deportivo que, a día de hoy, es un tremendo fiasco. De los próximos movimientos (entrenador, jugadores, ventas…) veremos de qué pasta está hecho el Sr. Lim, si tiene paciencia para seguir apostando por el club (él nos la pedía a nosotros hace unos meses) y qué objetivos se plantea a corto y largo plazo.

Y es que si de algo puede servir el nefasto partido valencianista puede ser el de evitar estúpidos triunfalismos por un puñado de victorias que a la fin y a la postre han hecho, simplemente, mantener al VCF en la máxima categoría, un objetivo impensable para cualquier valencianista de cualquier época de su casi centenaria historia.

Pako Ayestarán, honesto y trabajador entrenador con la valentía suficiente de haber cogido el equipo en unos momentos muy difíciles, puso ayer el dedo en la llaga: este equipo, estos jugadores, no tienen el hábito de competir. ¡¡Al fin alguien ha dicho lo que todos vemos!! Este equipo no tiene hábito de competir. Es más, yo añadiría: este club, con su interesado entorno incluido, no tiene hábito de competir. Recuerdo los reproches de mucho iluminado cuando la afición valencianista clamaba contra Emery y Llorente. «¿Qué más queréis, si quedáis terceros y vais a Champions…? decían llenos de indignación desde sus soberbias atalayas… Pues justamente queríamos eso: TENER HÁBITO DE COMPETIR, y no maquillar esas clasificaciones a 30 puntos del primero con un equipo lleno de internacionales de primer nivel. Ahora, con una plantilla que no le llega ni a los talones a aquellas, seguimos sin el hábito de competir, ya sin sonrojo alguno, con una complacencia infinita, casi chulería, por parte de alguno al que se le recrimina; y como prueba tenemos los resultados de las últimas temporadas… De aquellos barros, estos lodos.

Claro, alguien dirá ahora, que la temporada pasada sí que competimos. En efecto. Pero habría que mirar qué hubo de diferente respecto a los últimos 8 años. ¿Ya habéis caído? Estoy hablando del único personaje del entorno valencianista en la última década capaz de dar un puñetazo en la mesa y establecer ciertos niveles de ambición, de amor propio, de exigencia; en definitiva, de tener hábito de competir. Posiblemente sea por eso por lo que se le tuvo (y tiene) tanta inquina: pisar muchos callos de acomodados sin el hábito de competir, junto a sus séquitos de aduladores y bufones parlanchines.

¿Sr. Lim, tiene claro dónde cometió su mayor error? Pues rectifique.

Toni Calatrava

El globo que Pako Ayestarán infló durante tres jornadas perdió algo de gas en Getafe, la pasada jornada, para pincharse totalmente en la tarde-noche de ayer. Volvieron oscuros presagios nada más se publicó la alineación, con la entrada de jugadores como Santos o Negredo, que no han hecho mérito alguno en fechas recientes.

Al poco de iniciarse el partido, se vio que el Villareal, con un estilo similar al aclamado Atlético de Simeone (presión alta, repliegue intensivo, pases rápidos y verticales), desnudaba a un Valencia que estaba a años luz del equipo que arrasó al Sevilla o Eibar, en los dos partidos anteriores como local.  Defensivamente el equipo fue una ruina, como hemos visto a lo largo de la temporada; tanto por mala estructura defensiva, como por falta de tensión (el primer gol es ejemplo de ello: 2 contra 6, y marcan).

Las razones de esta nueva debacle hay que achacarlas a un equipo con un espíritu competitivo nulo (véase comentario posterior de Ayestarán), que no supo encarar estos últimos cuatro partidos como lo que realmente eran: una oportunidad para entrar en Europa.

En lo personal, ayer me despedí de la temporada: no volveré hasta el próximo curso. Espero que el Club haga los deberes y se tomen las decisiones deportivas necesarias. Primero, hay unanimidad en esto, un entrenador de primer nivel por encima de todo. Ese entrenador NO es Pako Ayetarán. Segundo, refrescar el vestuario, sin caer en el guillotinado masivo de la plantilla.

Mi apuesta va en la linea de un entrenador que utilice el bisturí para diseñar una plantilla corta, para dos competiciones; aprovechando el talento joven con la suma de dos-tres jugadores con perfil maduro y competitivo. No creo que sea el momento de meter la motosierra y cambiar a media plantilla, ni de traer a más yogurines (Halilovic).

Lobo

Un desastre más, el enésimo, perdí la cuenta hace tiempo. Y no es que el VILL haya hecho un partidazo, ni mucho menos. Salvo en las dos cabalgadas de los goles poco más han hecho, o al menos así lo veo yo. Se han limitado a hacer un partido muy serio en defensa, siendo casi inexpugnables, justo lo que yo quisiera para mi equipo y no veo hace años. Han sabido aprovechar el solar del VCF en medio campo, con un Parejo lento, farragoso y exasperante a más no poder, André insustancial y apático, y Fuego que no da para más. Ante esa indefinición local han jugado de memoria, con calidad, muchos apoyos y velocidad, casi a sus anchas, aun sin excesiva profundidad. Y si el rival juega así y el local a lo que salga en cada momento, rendido a una inspiración puntual que hoy no ha habido y sin tirar a puerta, lo normal es lo que ha pasado, como tantas veces esta temporada aciaga.

El VCF ha sido el mismo equipo con Nuno, Neville o Pako. Y sí, podemos culpar a esta plantilla de chavales inexpertos y ‘viejas glorias’ acomodadas sin nervio ni un mínimo de orgullo, pero yo vuelvo a lo de siempre, un entrenador de verdad habría sacado 100 veces más a estos mismos cabrones. Uno de verdad, no el enchufado de turno con ‘mucha proyección’ que nos hemos tragado este año por partida triple.

Pero ya desespero. Por alguna razón, y es fácil lanzar algunas teorías, Lim no quiere para su equipo un entrenador de verdad, bragado, con carácter, curtido en mil batallas y acostumbrado a manejar vestuarios de élite y sacar el máximo rendimiento. Quiere uno mansito, agradecido, que trague con lo que le den y vea en ello la oportunidad de su puta vida. Así que será Pako u otro por el estilo, pero seguiremos condenados a ver como los equipos de la que era nuestra Liga, y hasta los más pequeños, nos chulean mientras la ilusión de la grada se desvanece y el tren de los éxitos pasa de largo en nuestras narices. Lo cierto es que es que estoy desencantado como nunca pensé que pudiera estarlo. Y tengo pocas esperanzas de levantar cabeza a medio plazo, sinceramente, mi depresión como valencianista es cada vez más dolorosa. Si quien puede hacerlo no se plantea enderezar el rumbo deportivo del club trayendo a los profesionales adecuados, esta mierda se va a eternizar. Es triste, pero es lo que se vislumbra.

En el tejado de Lim está la pelota. Él sabrá.

Hoeman

Cuando lo más destacado del Valencia es una parida bienqueda extradeportiva, digna de Paulo Coelho, es que las cosas están rematadamente mal: los jugadores portaron el apellido de sus madres en conmemoración al comercial y publicitado «día de la madre». Parecería que están más preocupados de cualquier cosa en lugar de jugar para ganar.

Del partido poco que comentar, sencillamente la diferencia de nivel en todos los sentidos, entre ambos equipos, fue abismal, y como tal, se reflejó en el juego y resultado final.

El efecto bumeran por la carencia de meritocracia le llega de sopetón a Pako Coelho. Y esto no se arregla con tours mediáticos ni citas del Dalai Lama.

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es