Juan Martín Querol Rodríguez

Visita a uno de los campos mas complicados de toda la competición, el Wanda Metropolitano, en donde sólo ha “rascado” un empate Bordalás (3-3), contando todos los otros partidos por victorias del Atlético, los de Liga, Copa y Champions, todos.

Baraja apuesta por el 4-2-3-1 mientras que Simeone se decanta por el 3-5-2, con bandas abiertas. Pero la empresa no es que ha sido complicada, es que hemos sido un juguete en manos de un equipo tremendamente superior, sobretodo en táctica e intensidad, siempre llegando tarde a todos los rechaces, a los cortes, a los marcajes, a los despejes. Demasiado miedos.

La primera parte ha sido un control y ataque por parte de los rojiblancos, viéndonos superados en todas las líneas y en todos los duelos, y sólo hemos acabado 1-0 por la buena actuación de Mamardashvili, siendo determinante hasta que Lino ha marcado en una contra, tras una concatenación de errores propios tras el saque de una falta al borde del descanso.

La segunda parte hemos salido a desquitarnos y hemos acechado el área, pero el partido ha durado hasta el minuto 57 que Depay ha rematado a gol en el área pequeña tras una buena combinación. 2-0. A partir de ahí el Atlético de Madrid ha bajado el ritmo, dando descanso a sus titulares pensando en su próximo partido de Champions. Nosotros hemos apretado con ganas, pero en ningún momento ha peligrado el resultado del marcador.

Ganar en este campo hoy en día es imposible, ni tenemos el nivel ni tenemos la experiencia, justo es reconocer de donde venimos y cuál es nuestro objetivo real una vez tengamos “asegurada” la permanencia, que no es otro que competir partido a partido y adaptarse a las dificultades, con la intención de estar lo más arriba posible a final de temporada.

Este equipo está hecho a imagen y semejanza de nuestro míster, luchar y sufrir, pero hay unos equipos que están en otro escalón. Quizá nos sirva como lección para no caer en la tentación de buscar objetivos para los que aún nos falta.

Muy mal partido, así lo ha refrendado Baraja en rueda de prensa, que muchos hemos entendido en clave para el partido del Almería el próximo sábado.

Ahí no podemos fallar.

Peris

El partit d’ahir, i conforme es va desenvolupar, és una mostra de quina ha de ser la manera que necessita jugar este Valencia CF ple de joventut i poca inversió. L’exemple va ser l’enfrontament d’anada, on es va fer un partit perfecte en tots els sentits. Potser si no s’haguera encaixat el gol de Lino, eternament agraït pel seu pas l’any passat i contrari a qualsevol comentari referent a la seua celebració, la situació final haguera tingut algun canvi, per allò d’arribar al descans amb cap gol encaixat. Les paraules de Baraja defineixen a la perfecció la situació i ara només queda tornar a la senda de les victòries davant l’últim classificat a una hora perillosa, per això d’eixir endormiscat al camp. I concretant-se, amb tota seguretat, variacions a la plantilla. O, almenys, la que més es desitja.

Tornar a guanyar. Aixina de fàcil.

EL TERCER TIEMPO

Las notas de Korvin

Mamardashvili: El mejor. Ha salvado mucho. Un 7,5.

Foulquier: Ha dejado de ser Cafu para volver a su estado natural. Un 5.

Paulista: A buen nivel. Un 6,5.

Mosquera: Ha sufrido con Depay. Un 5,5.

Gayà: Cuando llega arriba se nota mucho, el problema es que hasta el minuto 80 no llegó ninguna sola vez. Un 6.

Pepelu: De los pocos que se salvan. Un 6,5.

Guillamón: Si cuando ganamos no destaca en nada, el día que nos pasan por encima, mucho menos. Un 5.

Javi Guerra: Desaparecido en mediapunta, desubicado cuando le tocó jugar en banda y bastante mejor jugando de ocho. En general, un 5.

Diego López: Mal partido. Un 4,5.

Fran Pérez: 55 minutos jugando con uno menos. Un 3,5.

Hugo Duro: Partido para olvidar. Un 4.

Yaremchuk: Sin hacer nada de otro mundo, metió algo de velocidad y verticalidad. Un 5,5.

Jesús Vázquez: Tiene una «habilidad» innegable, puede jugar 15, 30 o 90 minutos pero cuando se termina el partido, rara vez te hace recordar alguna de sus acciones, sean ofensivas o defensivas. No lo estropea… pero tampoco mejora. Un 4,5.

Cenk: Casi marca en propia, menos mal que lo evitó Mamardashvili, sería muy cruel para el chaval. Estuvo correcto aunque tampoco le han exigido mucho. Un 5.

Alberto Marí: Sin tiempo.

Hugo González: Sin tiempo.

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