El VCF nunca deja de sorprender a sus fieles. Ahora con el despido del entrenador cuando nadie lo esperaba, como en un golpe de efecto pensado para coger a todos desprevenidos. Y vaya si ha lo ha hecho.
La contratación de Gary Neville fue una pirueta arriesgadísima con triple salto mortal hacia atrás, sin red, que ha acabado con el afamado trapecista despatarrado en el suelo en un charco de sangre y el circo al borde de la quiebra. El circo, claro, es The Magnificent Valencia CF Wonder Circus, con su carpa a tres pistas y números variados, un clásico que se atiene a la máxima de ‘El espectáculo debe continuar’ esté quién esté sentado en el carromato del Director de Circo, aunque, a pesar del rimbombante nombre, sea solo un espectáculo decadente con artistas mediocres y demasiados payasos de relleno.
Esta Semana Santa me dio por pensar que nos iría mejor y todo sería más sencillo si el valencianismo fuera una religión que adorara al Dios Valencia CF y a San Mario Kempes, su Profeta. Podríamos dejar de jugar partidos para no sufrir más y reconvertir el Nuevo Viejo Mestalla en Catedral, con su altar mayor, sus capillas dedicadas y hornacinas con figuras barrocas de San Mundo, San Pasieguito, La santa Delantera Eléctrica, San Saura de Onda, San Lubo de Bulgaria, Santos Piojo y Mendieta o El Beato Paco Alcácer, y hasta con nuestro particular Judas Iscariote. Sí, ese. Y cada domingo celebrar allí misas multitudinarias celebradas por el Papa Paco Lloret (no es una coña, es que no se me ocurre nadie mejor para el cargo) y la Iglesia Valencianista en pleno, que nos contarían heróicos pasajes de la historia, llenos de divinidad, pasión y sentiment, mientras los fieles repetíamos en un mantra ‘Te alabamos, VCF’. Nuestros hijos seríuan bautizados en la Fe nada más nacer y harían la 1ª Comunión cuando tocara, vestidos, claro, con el glorioso uniforme blanquinegro del equipo, con medias y pantalones blancos o negros a voluntad, de naranja o con la Senyera. Incluso podríamos tener nuestros pasos de Semana Santa, el del Gol de Mendieta en la Final de Copa del 99, el del 6-0 al RM, el del Doblete, el de la Recopa… Bueno, sí, divago, me contagio de la voluntad de dar espectáculo y pasa lo que pasa.
Volviendo al tema. El caso es que el Valencia CF Wonder Circus ha tirado al inútil de Gary Neville (o se ha ido, vete a saber) aquél a quién comparé con Raúl en mi ‘celebrada’ entrada en cafemestalla.com Paralelismos. O no. Y ahora, en un ‘más difícil todavía’, deja al elenco de ‘artistas’ en manos de un entrenador con algo de experiencia, sí, más que el comentarista, que no es difícil, pero cuyo bagaje es haber entrenado a Estudiantes Tecos de México, Maccabi Tel Aviv de Israel, y Santos Laguna también en Mexico, ay ay aaay maniiito!! Espectacular curriculum como entrenador, oye, que tranquiliza un montón cuando lo que te estás jugando es solo no bajar a 2ª división. Que digo yo, ingenuo de mi, que quizá se podría haber hablado hace tiempo con un entrenador de verdad para que acabara la temporada y siguiera con un proyecto serio de unos años, Juande por ejemplo, u otro, que ya me conformo casi con lo que sea mientras lleve años entrenando y tenga un historial decente. Oye, que si es para que el año que viene nos entrene Pellegrini lo daría por bueno, pero… no creo. Aquí no nos van estas cosas tan normales y poco arriesgadas, no, aquí queremos emoción y espectáculo a toda costa, los nervios a flor de piel, el ay en la garganta, lanzamiento de cuchillos, la cabeza en la boca del león, saltos sin red y peligro en cada número. Y que sea lo que tenga que ser. El espectáculo debe continuar.
Pues nada, suerte y que el VCF nos pille confesados. Que sea lo que ÉL quiera.