Jomi Lavarías

Finito. Se acabó. Y sin saber aun los resultados de Sevilla y Getafe. Adiós a la Champions vía liga. No me pilla por sorpresa. Desde hace bastante tiempo ya dije que lo veía imposible. Y hoy se ha confirmado con un partido que ha sido fiel reflejo de este equipo en la temporada, en cuanto a liga se refiere. Con poco, muy poco, te ha ganado el Eibar. Mientras tu no has sido capaz de generar fútbol en ningún momento. De tirar a puerta ya ni hablamos. Tan solo un remate entre palos en 90 minutos. Lo demás, pólvora mojada.

El Valencia debe centrarse desde ya (debió hacerlo bajo mi punto de vista desde hace alguen tiempo) en la semifinal de Europa League contra el Arsenal. Es la última bala que nos queda para acceder a la ansiada (por economía) Champions League. Las rotaciones, en liga, sin despistarse demasiado no nos vayan a birlar la clasificación para competición europea la próxima temporada. Y ya está, no hay más. Decepcionante temporada en liga e ilusionante y cargada de emociones fuertes la temporada en cuanto a copas. Si hay posibilidades, por pequeñas que sean, de tocar metal a muerte a por ello.

Amunt!


 

Sergi Calvo

No mereció perder el Valencia hoy.

Jugó a lo de siempre que, en realidad, es lo que nos gusta y funciona en la actualidad: salida rápida al contragolpe y búsqueda de espaldas para rápida definición. Tenemos los jugadores adecuados (aunque algunos han ido cayendo por lesiones) y la idea clara. Jugamos a esto y, de una manera algo inexplicable Mestalla se tornó impaciente y los jugadores creo que se contagiaron de ese nerviosismo e imprecisión, en particular en la primera parte. Todo ello sin un norte jerárquico, sin autoridad y como pollos sin cabeza las muchas veces. La segunda parte el Valencia parece que afinó su llegada pero no su definición. Es una lástima: Kevin Gameiro es un jugador inteligente, explosivo y sensacional pero sus problemas a la hora de definir son igualmente magnos. Gameiro, y sólo Gameiro y un voluntarioso par de centrales (nuevamente Roncaglia cumplió a las mil maravillas) pareció estar al nivel de intensidad exigida en el partido.

Debo cubrir aquí la cuota cafémestallera del tema que trataré a continuación:

En una jugada algo confusa, Guedes optó por tirar el balón a banda ante el golpe en la cabeza que aquejaba a un jugador del Eibar. El Capitán, excediéndose de sus funciones abroncó públicamente a su compañero con muy exagerados aspavientos. Algunos dirán que es su función, que tensión competitiva y bla, bla, bla… Pero me gustaría estar en la mente de Guedes al recibir esa exagerada bronca de un compañero, por muy capitán que diga ser.

Ese mismo autor de bronca y aspaviento, nos obsequió hoy con otra masterclass de dirección del tráfico a distancia; masterclass de indolencia; masterclass de reservar las esencias para partidos más rentables personalemente. El capitán ha tirado la liga, ya no le interesa, no mola ni da glamour y más ahora que después de tres o cuatro partidos buenos “ya me he instalado nuevamente en zona de reconocimiento y confort”. Indolencia (mal disimulada con un par de gestitos y tweets vía CM) y sobre todo conformismo.

Se dijo que el príncipe de Coslada, “Emperador de Europa” (textual, leído en redes sociales) estaba sumando los mejores meses de su no breve estancia en el club. Computamos el descanso invernal y parones invernales para hablar de, repito “meses”. ¿Alguien apretó el botón de “Stop” en ese contador?, porque dentro de esos “meses” la dura realidad de AÑOS se ha visto en Vallecas u hoy mismo con otra masterclass de indolencia y conformismo de un capitán que tiene autoridad para salpicar a un equipo y a una generación. Cuando Soler pasó al mediocampo, tras abandonar el terreno de juego el francés Coquelin, todos los balones pasaron por las botas del canterano. Hoy, desafortunado pero siempre voluntarioso y atrevido. Me fijé desde mi butaca en Mestalla, el capitán escondido, marcando férreamente los movimientos del… árbitro, haciendo gestos en la distancia y trotando por el campo. Pero se seguirá hablando de meses (pronto alcanzará el concepto de “segunda vuelta”) formidables… la baja de Kongdobia y la irregularidad física de Coquelin están mostrando, como marea baja, lo que hay bajo el espejismo del mar.

Apostamos (plantilla que no puede luchar por TODO) por la Europa League, pensamos en la final de copa, todavía podemos estar ante una temporada histórica y memorable pero si la tensión competitiva se vuelve en especulativa, difícil será que reaparezca cuando la necesitemos.

Cuidado.


 

jamacuco

Típico partido del Marcelinato en el VCF que durante toda esta temporada y buena parte de la temporada pasada (ojo, recordad) nos han ofrecido en Mestalla (y fuera también).

Como otras veces he comentado, Marcelino gusta de ir sobre el alambre, apurando el resultando, creyéndose el rey de la táctica en el planeta fútbol, despreciando muchos minutos de los partidos (partes enteras), dejando no solo la iniciativa al contrario sino aculando al equipo en el área, suspirando por el acierto en tus ocasiones en un alto porcentaje fabricadas desde jugadas rápidas por bandas, apostando todo a un magnífico portero como es Neto que sobresale en la práctica totalidad de los partidos y trabajando con intensidad los minutos finales (fiel seguidor de la zona Cesarini) en un buen puñado de partidos.

Si nos paramos a analizar la temporada, apenas hemos hecho tres o cuatro buenos partidos de forma completa. A eso hay que añadir otros tres o cuatro momentos de locura futbolística en minutos finales que han hecho vibrar a la afición. Pero el resto ha sido una tómbola, un tiovivo de emociones de múltiples caras y que ha amenazado (y amenaza) la salud del valencianista medio.

Qué sí, qué ya sé que aún podemos hacer una temporada histórica con las finales de las copas, en las que puede pasar cualquier cosa aunque de partida no salgamos como favoritos. Pero lo que está claro es que la liga ha sido un tremendo fiasco, una liga mediocre, una liga que curiosamente no es utilizada por buena parte del entorno como medidor de gestiones económico-deportivas vía presupuesto, ni como justificante del «es que venimos de donde venimos…» Posiblemente, en la más barata clasificación Champions vía liga, vamos a pegar un patinazo importante y que ojalá las copas nos lo hagan olvidar cuando las festejemos. Aunque aún queda la flor, esa flor que puede aparecer en el momento más insospechado…

El partido de hoy ha sido el partido standard del VCF durante no solo esta temporada, sino diría yo el último año y medio. Tiramos la primera parte, en las que el equipo no aparece excepto en dos grandes paradas de Neto. La segunda parte se intenta, en arreones y de forma poco contínua, que casi permiten conseguir la excelencia según el punto de vista Marcelinista en el juego, con algún gol en velocidad, pero que en una jugada desgraciada al final del partido el Eibar te sentencia. Punto final. No hay más historia. No la busquen, porque no la hay. Los jugadores tienen buena actitud, su físico es bueno y sus ganas, en general, también. Lo que falla es el «sota, caballo y rey» del Marcelinato.

Esperemos el jueves. Partido clave.

Amunt Valencia!!

 

Ilustración del artículo vía www.superdeporte.es

Déjanos un comentario