Sergi Calvo

Un Valencia absolutamente inofensivo e inconsistente que, a día de hoy, se mantiene por algunos esfuerzos individuales y el orgullo propio de los efectivos que sí se atreven a dar un paso al frente pero que, sin embargo, naufraga lastrado por la falta de aptitud, las lesiones y los estados de forma más que renqueantes y la carencia total y absoluta de un GPS, dentro y fuera del verde que indique el camino.

El partido del Valencia ha sido más que discreto ante “el peor Madrid en muchos años” de esta temporada. Algo de toque estéril pero sin verticalidad ni mordiente salvo en los ya sospechosos habituales.

Inútil cebarse en el capitán y supuesto cerebro y motor. Si los demás no juegan a nada, habrá que calibrar responsabilidades. En baloncesto norteamericano se usa la terminología “playmaker”, creador de juego. Suya es la responsabilidad nunca facturada. Hoy, en rigor de verdad, dos pases filtrados en el tercio final del partido….Dos pases… y ya. Ése es todo el bagaje de nuestro «playmaker».

Y eso que el Madrid no tiene nada,  y que es un equipo vulnerable y compitiendo en desnortado con nosotros mismos… pero ni por esas, conformismo, temor y la inexplicable sensación de que el equipo juega con el freno de mano puesto… en los partidos que están definiendo la temporada.

El Valencia se desvanece. Paulista, Coquelin, Neto, Gayá y Soler no pueden, algunos lo intentan también pero entre lesiones y desfortunios no alcanzan. Mientras, ya se puede hablar de fichajes fracaso estrepitoso y gestión desastrosa tanto del juego, como del vestuario como de la plantilla.

2-0 y a casa. Victoria sin brillo del Madrid ante un inofensivo Valencia.

Nosotros somos los inofensivos.

Qué pena.


 

Jomi Lavarías

El Real Madrid no ha tenido demasiadas dificultades para meter mano al Valencia con mas puntos G de la historia (Gayá, Gabriel, Garay, Gameiro y Guedes). Eso sí, a nosotros no nos ha provocado ningún tipo de placer.

Una primera parte lamentable, penosa. Ante un Madrid que viendo los nombres que componían su alineación daba mas lastimica que otra cosa. El Valencia ha sido hoy un equipo sin ambición, triste y desangelado. Ni juego ni identidad. Con menos intensidad que el rival, imperdonable. Siempre criticaré el hecho que al menos no empates con tu rival en actitud. Que te ganen, pero dejándolo todo. Y hoy el Valencia en esa primera no ha tenido ni ha jugado con la mínima actitud que el escudo que defienden merece. Andando, mirando como el rival te bailaba sin apenas hacer nada. Todos los defectos del Valencia de esta temporada condensados en cuarenta y cinco minutos.

Algo debió pasar en el descanso porque el equipo salió con otra cara en la segunda mitad. Más presionante arriba, robando balones en medio campo y jugando con mayor rapidez. Al menos este Valencia parecía más reconocible. Solventados esos problemas con los que habías tirado a la basura la primera parte, apareció el defecto mayor que esta caracterizando al Valencia 18-19. La falta de gol. No se pueden tener las ocasiones que se han tenido, sobretodo las de Mina y Batshuayi y no meter ninguna. Se ha perdonado y el Madrid en una de las contras peores llevadas de la historia te hace el segundo y ciao pescao.

Marcelino debe cambiar ya. No hay tiempo, no nos queda tiempo. Hoy, por ejemplo, no teniendo a Rodrigo debe estrujarse los sesos y no optar por lo fácil, que es poner a Gameiro cuando no está capacitado para suplir al hispano brasileño. O cambias tu sistema o te la juegas con un futbolista del filial. No hay otra. De entrenadores persianas aquí ya sabemos mucho, demasiado.

Triste y deprimente.

Amunt.


 

Lobo

Se puede perder ante el trampas y más en su cueva de ladrones. Claro que se puede, de hecho es lo normal. Pero no se puede perder así. Ante un RM de circunstancias, con un entrenador de circunstancias, el VCF ha mostrado que sus circunstancias actuales son casi trágicas. Sin liderazgo, sin tensión ya ni ante los grandes, sin tener muy claro a qué se juega más allá de la especulación continua, con una inconsistencia tremenda, una blandura indigna, sin competitividad alguna, con jugadores arrastrándose, algunos a los que ya nadie espera y otros que dan algún fogonazo a veces pero son lamentables en general. Todo muy triste, muy previsible y muy doloroso. Nuestro entrenador, en el que yo tanto confiaba, demuestra partido tras partido que no quiere/sabe/puede reconducir al equipo, que tiene muchas excusas y buenas palabras pero es es incapaz de hacer algo drástico para redireccionar de forma drástica una temporada que debía ser magnífica y está siendo infumable.

Porque sí, en la segunda se ha mejorado un poco, pero regalar la primera parte especulando ante un equipo local con tantas dudas y mucho miedo, es de ser gilipollas, y ya está. Había que salir a apretarles, a morderles los huevos, a marcales pronto y castigarles duro. En vez de eso hemos sido un sparring, ese equipito complaciente contratado para una pachanga homenaje. Y chico, a mi me da vergüenza ya. Lo siento. Acepto el juego ramplón, aburrido o feo, pero no esa falta de interés en ganar, ese nulo nervio y que algunos jueguen todo por decreto cuando las cosas han ido, van y seguirán yendo mal. Pero nada. Seguimos.

Ante el Sevilla más vale que de una vez se sienta el hierro, porque otra derrota encendería ya sin remedio todas las alarmas. Y nadie podrá pedir ya comprensión y calma, porque la hemos tenido más que de sobra.


 

jamacuco

Que el VCF no genera juego y que cara a puerta somos inocentísimos lo venimos diciendo desde el mes de Agosto. La involución del equipo no es una tendencia, es un hecho. Las excusas se han acabado y ya son repetitivas.

Sin embargo hoy, en el Bernabeu, el VCF ha hecho un partido indecente. Pocas veces se ha jugado tan mal, con tan poca garra y con una falta total de espíritu competitivo. Agazaparse detrás de unos pocos minutos de lucidez ante el peor RMadrid en 20 años durante la segunda parte, como ha hecho el entrenador y manager Marcelino en rueda de prensa, es doblemente indecente. Porque a estas alturas no engaña a nadie. ¿Competir, Marcelino? ¿En serio? El VCF lleva un año jugando entre poco y poquísimo, y esa es nuestra realidad. Junto a las excusas del entrenador/manager asturiano y cierto entorno. Creo que el VCF se ha equivocado con él dándole la oportunidad de su vida y todo el poder de decisión deportivo. Estoy tremendamente decepcionado con él y con su falta absoluta de ideas, de autocrítica y de capacidad de dar la vuelta a la tortilla. Ojalá me equivoque, pero negro veo el futuro de Marcelino y del VCF esta temporada.

En cuanto a los jugadores hay un punto en común en todos ellos: Todos están en bajo estado de forma, por diversas razones. Otro punto achacable al cuerpo técnico y un ¿mal? trabajo realizado. Paulista, Gayà y Coquelin, los habituales soportes del equipo últimamente, no han tenido su noche. Parejo, caminando, intentó despertar de su desidia en la segunda parte con un par de buenos pases a la espalda del equipo, insuficiente para lo que los parejistas esperan de él. Mina y Batshuayi fallones cuando no se puede fallar. Gamerio missing. Guedes renqueante e inoperante. Wass y Soler peleones pero poco acertados en general.

La imagen del equipo no puede ser peor, sobre todo en la indecente primera parte, y desgraciadamente las esperanzas de mejora se desvanecen. El cómputo de todo lo que se está haciendo esta temporada es muy triste y nadie, desde dentro del club, parece que coge el toro por los cuernos.

Amunt


 

 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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