Jomi Lavarías

Qué bonito es el fútbol cuando el Valencia CF gana, ¿eh?. Qué distintas se verían las cosas con 23-24 puntos en lugar de con los 19 que llevamos. Porque yo me acuerdo hoy de los partidos con el Elche, Sevilla, Mallorca, Real Sociedad… Sí, claro, fútbol ficción, pero poca ficción tuvo que, solo en esos cuatro partidos que me vienen a la memoria, regalamos puntos que deberíamos tener en el zurrón y que nos tendrían muy arriba en la clasificación y con una sonrisa oreja a oreja marchándonos al parón por el mundial. Y eso es lo que hay que corregir, más allá de debates sobre la plantilla descompensada o falta de experiencia, que son innegables. Ninguna plantilla descompensada o inexperta debe dejar escapar esos partidos.

Hoy, ante un boyante Betis, el equipo ha hecho un partido completísimo, en todas sus líneas. En la primera parte mucho más competido, bien controlado pero falto de picante. Parecía que sí, pero no. Los verdiblancos poco se acercaban pero dos aproximaciones nos los pusieron de corbata mientras el Valencia, balón estrellado al palo incluido, anduvo impreciso en los metros finales y finalizando pocas jugadas.

En la segunda mitad, favorecido por la expulsión de Edgar, sí nos impusimos del minuto 1 al 45. Perfectos en defensa, portería a cero, dominadores en el centro del campo y mucho más incisivos arriba. Fueron tres y pudo ser alguno más. Golazo de libre directo de Almeida, que todos los partidos nos deja alguna que otra delicatessen pues tiene clase para dar y regalar. Samu Lino una y otra vez, una y otra vez, encarando, rematando, centrando, le falta afinar la puntería. Castillejo por banda derecha y metiéndose hacia el centro organizando, hasta que las fuerzas le dijeron basta. Yunus, camino ya de Catar, imponiendo su físico portentoso (que alguien le insufle calma, por Dios), Nico-Hugo rayando a buena altura y el centro de la defensa con un cada vez más asentado Cömert y un Cenk que no desentona para nada y con muy buen trato de balón. Mamar tuvo que sacar una y la sacó, no pido más. El capitán ejerciendo de capitán. En unos días que se habla más de que si los jugadores podían pensar solo en el mundial, Gayà ha dado una nueva lección de profesionalidad y valencianismo.

Que el parón sirva para pulir errores y no regalar partidos/puntos/goles a los rivales. Nada más, que nos ganen, pero que suden para hacerlo.

Amunt 4ever.


Sergi Calvo

Necesitaba el Valencia esta victoria, como agua de mayo (o de noviembre en este caso) para ir algo más serenos a el parón mundialista y, de paso, untar algo de crema analgésica ante la aparición de algún calambrito de dudas.

El Valencia ha jugado muy bien en este primer tramo de esta rarísima campaña. Gattuso ha propuesto un juego vistoso, presionante arriba y con posesión que, poco acostumbrados a ello por estos lares, ha gustado en Mestalla. Sin embargo los resultados han dejado un sabor algo amargo, dando la sensación que el Valencia merecía algo más. Mala suerte, falta de acierto o mordiente en ataque y el infalible condimento arbitral sitúan al Valencia en una posición en la tabla clasificatoria que ni gusta, ni convence ni, en mi modesta opinión, hace justicia.

Por todo esto, ganar hoy era más que esencial y el guión del partido en esta noche lluviosa en Mestalla reprodujo la constante de la temporada, afortunadamente cuando podía hacer acto de presencia el fantasma de la duda, la expulsión del central bético y el excepcional e inmediato golazo de falta de esa perlita que se llama Almeida abrían la lata para no cerrarla. El Valencia supo jugar con cabeza y cierto oficio (pese a la insultante juventud de la plantilla) y cerró el partido con el penalti anotado por Hugo Guillamón y abrochó el resultado final con una preciosa contra liquidada, a pase de Gayà por un rapidísimo Justin Kluivert.

Gustó el Valencia que se despidió, previo al parón, con una sonora ovación de la parroquia.

Toca ahora jugar las cartas estratégicas en esta extraña temporada.

Hay tiempo y Mestalla no va a fallar a su cita.


Drakul

Al Valencia le salió el guion del partido a la perfección. Y cuando esto pasa el Valencia gana, porque digan lo que digan el Valencia es un equipo con calidad al que Gattuso ha dotado de personalidad en el campo. Saben a lo que juegan. Otra cosa y no menos cierta es que el equipo no ha sabido recuperarse de algunos mazazos esta temporada, de errores individuales propios y ajenos, de nuestros jugadores o del equipo arbitral. Pero hoy no pasó. Hoy salió. Los actores recitaron su papel sin saltarse una sola línea y la obra salió a pedir de boca. Mamardashvili apareció para bien cuando tuvo que aparecer. La sorpresiva mejor pareja de centrales de este año estuvieron estupendos en defensa y en creación. Y… ¿qué decimos de Almeida? En su gol se nos acabaron los adjetivos, pero solo fue el culmen de un gran partido buscando romper líneas en cada balón que recibía. Eso sí, es justo decir que Gayà estuvo normal. Porque que Gayà esté a este nivel superlativo ya es lo normal. 

Al final llegamos al parón enfadados por los puntos perdidos que nos hubieran acercado a la cabeza mas que alegres por alejarnos de la cola. Y eso es una buena señal. Y yo confío que vamos a seguir esta línea ascendente tras el campeonato del mundo. Somos mejores de lo que nos dicen que somos. Ya lo veréis.


Peris

Pluja i partit contra el Real Betis. Açò no ho haviem viscut ja? Sort que va ser amb un resultat diferent. Ara, per fer-nos els molons, a partit acabat, haguera estat bé que el penal l’haguera tirat Yunus. Encara que no estaguera Bravo davall els pals. Per allò de trencar fantasmes. O fer-los més grans. No importa. El partit sobri del Valencia CF es va decantar en dos minuts, del 61 al 63, on Edgar és expulsat i Almeida va ficar música al seu golpeig a pilota parada, fent embogir a la xopada grada valencianista que, a eixes hores, feia comunió amb els jugadors, calada fins als ossos. amb la victòria, ja són dos aconseguides davant equips que van més amunt a la classificació. Potser siga una dada poc important. Però conforme està d’ajustada la taula i amb mínim quatre derrotes de tots en catorze jornades, excepte els dos de sempre, no és detall que cal deixar passar per alt. L’optimisme, i una recuperadora pastilleta de Strepsils de mel i llima per a la gola, provoquen el pensament que igual este 3-0 és important quan arribe el tram final, per allò dels enfrontaments directes.

Per sort per a tots, no vam trobar en falta a Cavani, ariet utilitzat esta setmana per a generar contingut. Ara, a disfrutar del Mundial. Que sí. Que no és el millor lloc ni la millor data. Però les queixes i els plors, abans. I ja tornarà el Valencia CF a fent-nos vibrar. D’alegria o de maliccia. Però vibrar, segur.

Déjanos un comentario