Toni Calatrava

Las piernas de los jugadores valencianistas llegaban con cierto cansacio a Vitoria -tras el gran esfuerzo del martes- y a la vuelta de la esquina asoma el siguiente partido, lo que condicionó tanto el planteamiento como el desarrollo del mismo. Quiso Voro plantear un partido donde su equipo tuvisese el control y se concedieran pocas oportunidades al rival, para aprovechar una situación puntual que desequilibrara el choque. Y no le salio nada bien. Durante muchos minutos el partido navegó por la nada, solo pespunteado por los constantes fallos de Mario Suarez; jugador en absoluta decadencia.

El punto de inflexión llegó con el gol de Soler aprovechando un gran lanzamiento de Parejo, que activó al equipo de Pellegrino, muy cauteloso en todo momento. La defensa valencianista empezó a hacer aguas y no tardo mucho Ibai en igualar el partido. A partir de ahí, sin capacidad de reacción, faltó inteligencia para mantener el empate y volverse con un punto. En una esperpéntica jugada, Cancelo se queda enganchado cuatro metros respecto a sus compañeros y permite el gol de la victoria de los vitorianos.

Suarez, Cancelo, …. malos mimbres para construir un cesto.


 

Lobo

Partido al trote del VCF, intentando controlar al rival y aprovechar alguna oportunidad. Sí, Voro ha puesto de inico a dos bultos sospechosos como Abdennour y sobre todo Mario Suárez, pero, aunque Orellana, soler o Zaza no estaban finos, Parejo ha jugado muy suelto y esperaba que aprovechara su calidad para dirigir al equipo con solvencia. Pero qué va, ni por esas. Estaban cansados, pobres, y seguramente han pensado que no era necesario un desgaste extraordinario para llevarse los puntos, solo con oficio y cierta intensidad se podía ganar. Yo también me he sugestionado, supongo, porque me ha recordado a muchos partidos jugados con Rafa Benitez, o eso he pensado casi todo el tiempo y he visto reafirmado con el gol de Carlos Soler. Pero, vaya por dios, todo se ha ido al carajo en un par de jugadas estúpidas en que la falta de tensión ha dado excesivas facilidades al Alavés. Aunque siendo justos ya venían avisando y Alves ha tenido que emplearse a fondo un par de veces antes.

La verdad es que esperaba los 3 puntos. Suelo ser tirando a pesimista, más en estos tiempos de desdicha, pero hoy estaba confiado en la victoria, vete a saber porqué. Y no ha podido ser, volvemos a la crudísima realidad de este VCF manso, huevazos, canalla, cómodo. Estos ‘profesionales’ juegan cuando quieren, ganan sólo cuando hace falta, y no tienen más aspiraciones que estar tranquilitos y sin agobios. La lucha y la batalla para otros, y a la afición que nos den por el saco. Bah.


 

 jamacuco

En este club descabezado mandan los jugadores. Y los jugadores no tienen otro objetivo que conseguir 40 puntos y pasar el expediente cuanto antes. Ni Europa, ni clasificaciones ni nada que le pueda preocupar el aficionado valencianista. Quieren cumplir con los mínimos exigidos (salvarse del descenso, según dicen los comunicadores del club) y a otra cosa mariposa. Por tanto que nadie exija más a esta patética plantilla de jugadores acomodados y poco exigidos, la cuarta más cara de La Liga.

El VCF salió contra el Alavés a no perder. A dejar pasar el tiempo, a impedir en lo posible el juego de contragolpe de los vitorianos y poco más. Tan sólo la suerte y las buenas intervenciones de Alves hicieron que el partido siguiera en empate hasta el minuto 70. El VCF sólo pudo ofrecer ratos de posesión infructuosa y una clara ocasión de Soler en una jugada aislada. Sin embargo parecía que la suerte nos iba a sonreir cuando el propio Soler consiguió recoger el rechace de un paradón del portero a la falta ejecutada por Parejo. 0-1, y la ilusión hizo que el valencianismo sonriera. Un VCF con oficio, como se atisbó a ver en algún momento de los partidos de la semana pasada, como la ha sido siempre, habría cerrado el encuentro y apenas se habría jugado un tercio del tiempo. Pero eso del VCF bronco y copero no es nada más que una frase (y un faro donde guiarse para el que quiera ver) pero dista años luz del equipo y club actual. De forma bochornosa, el equipo, lejos de afianzarse en defensa con concentración y juego inteligente, se dedicó a sestear como había hecho el resto del partido con el agravante de que el Alavés puso dos marchas más para buscar la heroica. Y lo consiguió. Patético. Deleznable. Entiendo las declaraciones de Voro en rueda de prensa, pero permitidme que no las comparta. La sobreprotección a los jugadores y sus ausencias competitivas puede que nos den seguridad en la tabla para salvarnos, pero son veneno mortal para la historia de este club y la exigencia de la afición

Supongo que a la una vez más ausente presidenta Lay Hoon le importe un pimiento lo que ocurrió, si es que lo llega a captar. O que el cobarde máximo accionista siga actuando de Don Tancredo, sin entender ni querer entender lo que ocurre, añadiendo la parsimonia a su negligente y soberbia actitud en cuanto a la gestión de este club. La imagen de este puñado de jugadores junto a un delegado que actúa de entrenador (a veces es difícil llamarlo equipo) es reflejo de un gestor, Peter Lim y su cohorte de pelotas (Meriton y compañía), cuya imagen y proyecto están agotados y sin apenas recorrido.

Esperemos que el próximo martes le dé por jugar con un poquito más convicción en un partido de «su liga». Lo conseguido el miércoles pasado ante el Real Madrid, lo han tirado por la borda tres días después, como Meriton su prestigio en estos últimos dos años.

P.D. La tournée mediática realizada por Salvo estos días demuestra una cosa: en cuanto quiera el expresidente, Meriton será pasto de las llamas en Valencia. Que se lo apunten si quieren seguir. Y si no, que se preparen.

 


Drakul

¿Se habrá dicho veces que el Valencia necesitaba un mediocentro defensivo en el mercado de invierno? Pues nada, por (poca) gracia de Voro, ahí volvemos a tener a Mario Suárez en el campo. Cada vez que no juega Enzo este equipo se desmorona y ello es casi mas demérito de la plantilla que mérito del argentino. O es Enzo o es Mario y la segunda opción es tan desastrosa que el antaño Supermario atlético recuerda ahora al Albelda de los últimos años en Mestalla. Si el cansancio del partido del Madrid propiciaba regalar este partido, Voro debió hacerlo con los nuestros: Con Lato (no con Siqueira), con Bakkali (no con Munir) o con Maksimovic al que no se fichó en enero por tener a Mario Suárez cedido. A lo mejor piensa Voro que la inexperta juventud le hará perder pero con los veteranos también ha perdido y de la derrota no se puede extraer nada mas positivo que los minutos de experiencia del jugador mas joven de la plantilla, para inri, el único que marcó.

Pero si es que la alineación inicial estaba cogida con alfileres, el cambio defensivo en el once aún empeoró el partido. Tarde y mal ya que por momentos juntamos a cuatro mediocentros en el terreno de juego sin nadie por delante, capaz de correr al espacio, mas que un exhausto Orellana. Además, dando por buena la excusa de que nuestros jugadores necesitaran descanso, sorprende haber esperado al minuto 65  para hacer el primer cambio y al 88, con todo perdido, para los dos siguientes. Cosas de Voro, al que todavía querría ver en el equipo si mantiene de aquí al final de temporada la trayectoria tenida hasta hoy basándome en el mismo argumento que esgrimo al pedir minutos para Lato, Soler o Bakkali: Que esta desapasionada temporada se construya el Valencia del futuro, que los valores del club que han demostrado en algún momento ser válidos se asienten para empezar el año próximo a devolver al Valencia a las cimas del deporte español, de donde nunca debieron sacarlo nuestros malos dirigentes.

 


Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es

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