Venía a decir Rafa Lahuerta en su balada personal que el Valencia carecía de relato, de una leyenda con la que identificarse o un lema en el que todos los valencianistas se sintieran incluidos. Afortunadamente, existe una generación -en el amplio sentido del término- que está dispuesta a voltear esta concepción entre el valencianismo, en la que se encuentra José Ricardo March, autor de este librito pequeñito llamado Bronco y liguero. Además, de indudable talento para la escritura. Junto a él, en la misma generación, podemos incluir a un conocido de la blogosfera y foros valencianistas como Desmemoriats (imperdibles sus barracas, que abarcan fronteras más lejanas al valencianismo, además de su blog) y en prensa y/o internet a tipos como Vicent Chilet o Vicent Molins. Como J. R. no es tonto, los citados y alguno más hicieron su pequeña aportación al mencionado Bronco y liguero -un relato de apenas una página que contribuye a transmitir la pasión por el Valencia-. Ahora podemos estar orgullosos de que nadie con el seso sorbido desde Madrid o Barcelona, como Julián García Candau, intente dar e imponer lecciones a los valencianistas dirigidas desde zonas alejadas y con sentimientos ajenos.
Bronco y liguero tan sólo es un tentempié, espero, de lo que nos queda por leer en clave valencianista-futbolera del escritor J. R. (de hecho la editorial Drassana va a publicar su segundo libro, por si alguien lo quiere comprar con antelación); se disfruta leyendo sus páginas pero sabe a poco, como un polvo rápido. El título ya da muestras de qué va a versar la obra: utiliza la a priori despectiva calificación hacia el Valencia «bronco y copero» inventada desde Madrid pero asimilada con orgullo por los valencianistas para escribir esbozos, relatos, crónica subjetiva, de las temporadas en que el Valencia ganó la Liga española, y se escoge a un jugador por cada una de esas temporadas para hacerle una especie de homenaje. Son crónicas breves pero escritas con una notable prosa, que además logran transmitir la pasión que el fútbol es capaz de despertar en las masas. Es curioso que sea de la mano de J. R., nacido en los ochentas, que tengamos que emocionarnos con el Valencia de cuando era FC (1919-1939) o el de los Gorostiza, Mundo, Asensi y Eizaguirre (años 40); cuando fueron nuestros abuelos y bisabuelos, ni siquiera nuestros padres, los que tuvieron ocasión de disfrutar de uno de los Valencia más temidos y temibles de la historia. De no ser por hombres como el autor, esta épica y mística, me temo, se perdería en el olvido.
Junto a las crónicas y biografías de J.R., además de escuetos apéndices de colaboradores, se incluyen las plantillas campeonas, así como alineaciones y resultados de los partidos disputados, y las respectivas clasificaciones ligueras.
El mayor reproche hacia el autor ya está comentado: su lectura se hace excesivamente breve. También habría que dar un buen tirón de orejas a la editorial ya que si uno se deja guiar por la portada parece un libro colectivo de relatos, cuando en realidad se trata de un libro de José Ricardo March, que cuenta con escuetas colaboraciones de Vicente Cuenca -suya fue la que más me gustó; fútbol o cine: ¡menudo dilema!-, Vicent Molins, José Lizondo, Toni Sabater, Rafa Lahuerta, Rafa Lupión y Vicent Chilet.