Jomi Lavarías

Segunda jornada y todo se desmorona. Y aquí nadie se salva. Ni los buenos ni los malos, todos tienen su parte de culpa. Por mirar su ombligo y olvidarse del club. Y eso es lo que no puede ser, porque el único camino que nos conduce la actitud sumamente egoísta de todos los protagonistas es el hoyo.

Primera mitad en la que el equipo sale al tran-tran, un ritmo impropio de un partido de élite en la primera división española. Saliendo así, Aspas, solamente Aspas era capaz de desestabilizar al equipo entero. Y fruto de ello, el gol celeste al cuarto de hora. Tardó el Valencia en reaccionar unos quince minutos, ya estábamos en la media hora de partido. Bien se pudo empatar, es cierto y marcharnos al descanso con derrota por la mínima.

Quien mas quien menos esperaba, en el descanso, algún cambio, sobre todo en banda derecha donde Piccini tenía problemas atrás. Pero no. Llegaron los cambios en el 60, mas o menos, cuando el equipo estaba haciendo aguas por todos lados y rozando por momento el esperpento. Algo cambió con las sustituciones. Parecía que íbamos a por el empate, no con mucha claridad de ideas, pero al menos se mostraba otra cara más acorde a lo que estábamos jugando. Aún así, el juego ha dejado mucho que desear. Final de partido con penalti parado por Cillesen y para casa con la primera derrota de la temporada.

Partido horroroso y lamentable.

Sr. Marcelino, creo en usted, sigo pensando que es el entrenador idóneo para este club, pero si no está de acuerdo en cómo la propiedad gestiona el club, márchese. Por dignidad, márchese y déjese de echar pulsos porque el único perjudicado es el club. Dedíquese a entrenar y a hacer alineaciones lógicas.

Sr. Lim, venda usted a Rodrigo, pero hágalo ya. Y si tienen que traer un jugador de su cuerda, tráiganlo, pero ya.

Amunt.


 

Peris

Doncs sembla que la dinàmica va a ser aquesta. Les peticions de jugadors altres vegades capitals no han donat eixe plus que el personal demanava la setmana passada al eixir de Mestalla. Amb res, sense passar res, el taló del Toro Fernández obligava a remar. I només Wass, al lloc de Soler, feia treballar al porter del Celta.

I no es va arribar a bon port. L’equip va jugar de manera molt plana. Desganat a vegades. Amb un Kondogbia que semblava trobar a faltar a Coquelin. Un Guedes desaparegut. Parejo sense trobar l’espai clau per a ser decissiu. I la desgana inicial es va convertir en pressa conforme corrien les manetes del rellotge. Com l’estudiant xitxarra que vol solventar-ho tot en poc de temps. Ocassions de pregol, que deia Lillo, i poca activitat per part de Rubén, el porter del Celta. Encara no ens hem llevat l’arena de la platja dels peus i ja estem novament amb un desavantatge important. Val, que l’any passat s’estava igual, però es suposa que un tercer any d’un equip tècnic ha de tindre altres problemes i no els mateixos.

Marcelino, toca corroborar el tercer any. Gestionar el vestidor, siga quina siga la situació amb la zona noble i la propietat. Això també és ser bon entrenador. I el penúltim entrenador guanyador de Copa se’n va anar fora dos partits després de guanyar-la.


En Vigo el VCF ha perpetrado el partido típico del marcelinato. Como lo son el 80% de todos los partidos del equipo en los últimos 18 meses.

El entorno, sobre todo el entorno poderoso, el de los medios de comunicación, creo que tiene desenfocado el problema desde hace tiempo, enmascarando la situación actual en el supuesto cambio en la toma de decisiones deportivas. Parecen olvidar que durante estos dos últimos años Marcelino ha hecho y deshecho, incluso en esta con el fichaje de Maxi Gómez y de algunos asesores más para su staff. Sin embargo no ven que el equipo no juega un pimiento, ni con Parejo, ni sin Parejo. Ni con Rodrigo, ni sin Rodrigo. Transmiten una sensación de falta de preparación de los partidos absoluta, dejando a la calidad de los jugadores la resolución del mismo. La falta de exigencia ante el entrenador, las caricias en el lomo, no nos van a dar puntos, como tampoco nos los van a dar la Copa ganada el año pasado o la clasificación in-extemis a Champions después de una debacle final de los rivales.

Marcelino bien haría de bajar su tono y centrarse en buscar soluciones. Tirar balones fuera o filtrar a los amigos tus pataletas no parecen la mejor forma de motivar a la plantilla. Cumple tu trabajo y deja a los demás que hagan el suyo. La afición ya valorará lo que toca y a quien toca.

Amunt Valencia!!


 

Hoeman

Desilusión y muchos periodistas que vuelven a tirar mierda a Lim, a pesar de saber que Marcelino no ha durado más de tres temporadas seguidas en ningún club de élite como entrenador, y que (al menos de momento, aunque muchos lo dieron por hecho) no se ha ido ninguna de las piezas claves de la temporada anterior. Sobre el partido, pues golazo relativamente tempranero del Celta que el Valencia fue incapaz de remontar; pocos tiros a puerta pese a la necesidad y a algunas aproximaciones interesantes. Especialmente buenos diría los minutos del 35 al fin de la primera parte (Maxi la tuvo para empatar, pero no tuvo fe) y los de la segunda parte de cuando Kondogbia cogió el tempo y la responsabilidad; pese a ello, faltó finalizar, tirar a puerta. Pese a que el lobby diga que nunca juega mal, la segunda parte de Parejo fue para olvidar (aunque tuvo la ocasión para empatar, el disparo salió desviado), especialmente a nivel defensivo (muy lento, como si pasara de ello); creo que cuando la manija pasó de Kondogbia a Parejo en la circulación e iniciación del juego el Valencia pegó un bajón importante. Rodrigo, que según algún periodista (y sus voceros) se había negado a jugar, salió en la segunda parte y pese a unos buenos minutos iniciales, se diluyó, ídem con Ferran (en este caso el cambio de banda no le benefició). Dejó buenas paradas Cillesen, incluido el penalty, pero preocupación en torno al Valencia y el pirómano que tiene en el banquillo (es un gran entrenador, pero deja que desear cuando se aleja de la táctica futbolística).


Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es

 

 

 

 

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