FCB 1 – VCF 0 | Instinto de supervivencia El VCF sobrevivió. No pudieron traerse un gol fuera de casa pero al menos no sucumbieron al poderío blaugrana y dejaron todo para Mestalla. Así lo analizamos.

Lobo

Debería estar contento. Pedí que el VCF saliera vivo del Camp Nou. Solo eso. Y así ha sido. Pero no lo estoy. Nada contento, nada. Quizá no estoy siendo justo, puede, porque caer solo de 1 ante el FCB, que si no es el mejor equipo del mundo lo pareció, es en teoría un muy buen resultado para un VCF en horas bajas que, si no era el Calasparra Promesas, lo pareció. Pero era importante también marcar fuera por el valor doble, algo que, con un tristísimo 10% de posesión, se antoja imposible salvo jodido milagro. Y sí, el árbitro nos chuleó de nuevo, pero esta vez dejaré la pataleta para otros.

Defensivamente el equipo estuvo casi perfecto. Hipertáctico, sin salir de la frontal del área pero moviéndose como un perfecto acordeón, juntas las líneas y todos muy atentos en las ayudas y coberturas. Vamos, la táctica no ya del autobús o la barraca, sino directamente la del frontón. Y bien está, no me quejo. El gol encajado fue una pequeña genialidad de Messi más un fallo de marca sobre Suárez, puede que el único. Pero la faceta ofensiva, ay amigo, esa fue simplemente absurda, indignante. Encorsetados en crear la madeja que impidiera entrar al FCB, la primera parte el VCF en ataque no existió, no hubo ataque, ni pasaron de medio campo, una cosa patética. La máxima expresión de la impotencia fue un Vietto desconcertante que falló cada puto balón que tocó. Ya en la segunda se consiguió hilvanar alguna jugadita, algún tímido contraataque que esa maravilla llamada Umtiti, él prácticamente solo, se bastó para controlar meándose en todos los delanteros visitantes. En resumen, una superioridad del FCB tan brutal que duele y produce vergüenza por mucho que el resultado deje abierta la eliminatoria. 

Pero qué remedio, me voy a quedar con eso, con un partido de vuelta que ofrece esperanza, deseando que el VCF reaparezca como uno de los gallos del campeonato y no el sparring de tercera división para las estrellas del FCB que fue ayer. Todo puede pasar en Mestalla, y a ello hay que acogerse, pero aunque quisiera que compareciera aquél mítico VCF bronco y copero de las mejores noches, aquél de partidos míticos que consiguió doblegar al mismo FCB, la sensación de que fueron a un ratoncillo aterrorizado entra las garras de un tigre aburrido, me tiene acongojado y no me la voy a quitar en toda la semana. En fin, Amunt, pero joder, que alguien se dé cuenta de que somos el VCF, un poco de orgullo, por favor.

Peris

Tengo un amigo que ayer por la mañana me decía, todo serio y convencido, que no iba a ver el partido. A pesar de su seriedad, no le creí. En el minuto ochenta, le pregunté como andaba de uñas. El bendito se había dormido mientras le leía un cuento a su hija mayor. Es valencianista de pura cepa, de los que sienten el hierro. Vivió el descenso y el drama en Milán. Pero el nerviosismo y su aprecio por la salud le han hecho tomar esta decisión drástica. Y casi lo comprendo. Mientras mi amigo andaba contando cuentos, con princesas o sin ellas, los malos de siempre sacaban su guante blanco para, con sigilo y sin levantar mucha polvareda, decantar la balanza a favor del grande tacita a tacita. Dos aspectos: la entrada de Sergi Roberto, sin maldad creo, pero llegando tarde, debería haberse cobrado con roja. Y la habitual marrullería de Suárez que, con justicia, le hubiera impedido estar en la vuelta.

Por lo demás, creo que no había otra manera de poder jugarle al Barcelona. De hecho, creo que no hay en este momento otra manera de hacerlo a no ser que seas el Manchester City. El acoso y derribo se suponía desde el pitido inicial. O casi desde que nos levantamos ayer por la mañana. El sufrimiento iba implícito si pinchabas la tele y te ponías el partido.

Positivo el equipo, sobreponiéndose a las bajas. Ese plus, ese trabajo, la base para retomar las sensaciones en Liga y para seguir creciendo como equipo. El club ha mejorado. La última vez que se jugó una semifinal, cayeron siete. Etapas. Crecimiento.

Se ha perdido la batalla, pero no la guerra. Incluso con la sutilidad digna de un ladrón de guante blanco por parte del árbitro, el Valencia se ha comportado como un equipo. Ilusionante para la vuelta. Quizá un punto de inflexión para terminar con la melancolía reinante.

Por cierto, quizá a Guedes, sí. Pero no se ha echado de menos a los demás. Coquelin, Paulista y Vezo han cubierto muy bien las ausencia de Kondogbia, Murillo y Garay. Indudablemente, son buenas noticias.

Esta semana, la vida serán las cosas que pasen antes de los partidos del Wanda y de Mestalla. Maravilloso.

Jomi Lavarías

Muy bien en defensa, salvo en el gol encajado, muy mal en ataque. Así se podría resumir el partido de esta noche en el Camp Nou. Sin pasar excesivos apuros en la primera parte a pesar de la escandalosa posesión del Barcelona, pero el Valencia apenas ha dado dos pases seguidos y por supuesto pasar de medio campo era una quimera. Inexistentes en ataque. No ha habido mas historia, salvo quizás una entrada de roja de Sergi Robert a Pereira, que lo ha lesionado, y que el árbitro (oh, novedad) ha pasado por alto. Y una patada sin balón de Suárez a Vezo, muy habitual en él, tanto como el hecho de que los árbitros miren a otro lado. Demasiado acostumbrados ya a esto. Casi ni es ya noticia entre nosotros y por supuesto cara al exterior menos todavía.

La segunda parte parece que empezaba con otros bríos, teniendo algo más de balón y aproximándonos mas al área catalana, pero duró poco o al menos, si no como en la primera parte, las salidas en ataque se tornaron imprecisas y con poca claridad. Mientras el Barcelona, sin seguir agobiando, rondaba nuestra área hasta que al final el cántaro de tanto ir a la fuente se rompió.

Me ha gustado la seguridad que han desprendido Jaume y los centrales. Bien Coquelin también y horrorosos Rodrigo y sobretodo Vietto, viniendo a demostrar que lo del día de Las Palmas fue un espejismo. Mina, el poco rato que ha estado se ha notado. Quizás podría haber salido un poco antes.

En definitiva, hubiera sido ideal haber marcado un gol, pues en Mestalla es probable que ellos marquen y nos obligue a hacer tres. Aún así el resultado tampoco nos obliga a salir desesperadamente a marcar un gol. Será un partido muy tenso y que habrá que jugarlo con mucha cabeza. Será difícil pero no nos vamos a quedar con ganas de intentarlo. ¿Te apuntas?

Amunt!!

Hoeman

Partido muy parecido al de Liga ante el Barcelona -a partir del cual los árbitros empezaron a pitar clamorosamente en contra del VCF- aunque con falta de precisión y acierto en el contragolpe. En la primera mitad los che estuvieron muy replegados atrás, cerca de su área, defendiendo zonalmente más solidaridad para tapar incursiones por velocidad y/o en combinación de los blaugranas, esperando para salir rápidos a la contra, aunque Vietto, muy activo, no tuvo su día y falló en casi todos los controles y pases que pudieron ser inicio de peligro.  En la segunda parte la valentía ofensiva del Valencia -adelantó líneas, atacó con más jugadores, quiso tener más pelota- hizo que creara cierto peligro, y cuando mejor estaba llegó el gol del Barcelona, que supuso un jarro de agua fría. Aún así, los catalanes siguieron sin causar peligro e incluso Mina pudo empatar en una contra. Más allá del nivel táctico defensivo demostrado, nuevamente deberíamos incidir en el abyecto criterio arbitral, que una vez más perdonó tarjetas y faltas al rival, mientras el Valencia seguía sin perdón. Este equipo no tiene la  misma clarividencia ni el acierto ofensivo que a principios de temporada, pero aún así compite; contra el equipo rival y en multitud de ocasiones también contra la panda de árbitros que pervierten la Justicia según criterios políticos o de despachos, un paralelismo con lo que está ocurriendo en España en la actualidad.

 jamacuco

El VCF ha hecho un partido muy serio en defensa. Ha dejado muy pocas opciones al Barcelona y sólo nos han superado en un error en defensa. De todas formas, con un pelín de suerte, el Barça hubiera  marcado algún gol más. Rondaron demasiado nuestra área. Y es que el VCF, aunque estaba bien posicionado defensivamente hablando, renunció al ataque en muchos momentos del partido. Al Barça se le pudo haber hecho algo de daño. Creo que al equipo le faltó un poco de personalidad para haber puesto la eliminatoria a nuestro favor. Faltan jugadores, o quizás falta que alguien los aglutine en una condición mucho más guerrera, mucho más combativa. No es que no tengan ambición. No. No es eso. Pero aún distan bastante de ser broncos y coperos como los grandes VCF de la historia. En los partidos importantes y en los momentos clave de la temporada esta es la condición que nos inclina hacia el éxito o hacia la insustancia.

De todas formas el VCF sale vivo y, en cierta medida, reforzado. Con un equipo plagado de bajas vitales, con alguno en el once inicial que está para banquillazo, y con la sempiterna aquiescencia arbitral hacia el de siempre y su doble vara de medir, sólo recibimos un gol en contra. Y Mestalla puede tener la clave para levantarlo. El jueves que viene la tensión se va a mascar en la Avda. de Suecia. Amunt!!

Ilustración del artículo vía valenciacf.com