RCD Espanyol 3 – Valencia CF 2 (15/12/2001)

El Valencia de Antonio López, tras una gran primera parte en la que se retiró a vestuarios con 0-2, se vió remontado en Montjuich por el Espanyol en una nefasta segunda mitad. Tras la destitución de Rafa Benítez después de la derrota en Anoeta, el equipo no alza el vuelo y se instaura en la zona mediocre de la tabla clasificatoria.
Anoche, tras el partido, las redes sociales, en especial Twitter, fueron un hervidero y el hashtag #BonicoVeteYa fue TT en España y llevaba camino de serlo mundial, tal y como lo fue semanas atrás #BenitezVeteYa. El mismo entrenador que ya provocó hashtags llenos de humor, cuando fue contratado en verano, refiriéndose a su apellido parecido al de un torero y a su relativa inexperiencia como técnico de club con exigencias. Mientras tanto siguen los movimientos accionariales del club, y la afición valencianista anda dividida entre los que quieren a Juan Soler como presidente y los que quieren a Paco Roig, guerra instigada por aquellos que interesadamente van con uno u otro. Mientras, otros abogan por vender el club a capital extranjero.

No, no me he vuelto loco. Sólo trato de imaginarme aquella temporada gloriosa, la primera liga de Benítez, con Twitter ya existiendo como ahora. Y estoy seguro que con Twitter en aquellos momentos, la presión ejercida desde esta red social habría hecho que Benítez no hubiera acabado aquella temporada como entrenador del Valencia. Y por supuesto tendríamos dos ligas y una copa de la Uefa menos en nuestro historial.

Mucho se ha comentado esta semana que la afrenta del Camp Nou no es la primera vez que nos ocurre ni será la última. aunque para mi gusto yo ya he vivido muchas (demasiadas) de estas. Y que el fútbol es así y bla bla bla.

Pero hay una cosa que la hace diferente a casi todas las demás, bajo mi punto de vista. Y sí, es Twitter, la red social más popular del planeta. Esa ventana al mundo por la que todos hablamos y podemos decir absolutamente lo que nos venga en gana. Incluso la prensa se vale de esta herramienta para decir cosas de alguien, que luego cara a cara no tienen la valentía de decírselo al personaje en cuestión. Y esa presión a la que antes me refería es mucho más dañina que cualquier otra para la situación de extrema gravedad que vive el Valencia en lo deportivo. Esa presión no une, divide, hace que la guerra civil permanente instaurada alrededor del Valencia no cese, al contrario, se alimenta para que vaya a más. Y si sirve para que el club en lo deportivo siga desangrándose, mucho mejor. Y si sirve para que el equipo siga metiéndose en apuros y vea cada vez más de cerca el descenso, mejor que mejor, porque el equipo, en lo deportivo, a todos esos que alimentan la guerra civil desde las redes sociales, no les importa absolutamente nada. Todos sabemos lo que quieren. Unos recuperar la teta que se les retiró, y otros meter la cabecita y mamar de ella. Algo debe tener la teta, señores, que los que habían no querían irse (y siguen sin querer irse), y los que habían y querían meterse, no se dan por vencidos y siguen intentándolo. Y es tal su egoísmo que firmarían ver al Valencia en segunda división para que el «chino» se largara, o lo largáramos, y que volviera a ponerse en marcha la maquinaria.

Asco.

 

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