El VCF consiguió un valioso empate en el Bernabeu que supo a poco tras rozar la victoria. En Café Mestalla echamos el resto analizándolo.

 

fotón

JomiLavaríaspajaro-twitter

En la previa que escribí ya avisaba que iba a ser un partido de los grandes, en el que íbamos a dar la cara y sacaríamos algo positivo de nuestra visita a Chamartín. Sí, ya, dije lo contrario, pero eso por mismo ha pasado hoy lo que ha pasado. Fue una nueva demostración del ojo que tengo para esto del fútbol.

Este partido debe servirnos para constatar que hay equipo. Que a esta plantilla la retocas un poco y con la juventud que hay, tenemos equipo para rato y para aspirar a cualquier cosa. El Valencia ha jugado un encuentro espectacular, con una cierta dosis de suerte, necesaria para salir airoso en estos envites, pero dejándose el alma en cada balón a disputar. Esto es lo que más orgullosos nos hace sentir. Llegar al descanso con 0-2 nos hacía concebir esperanzas de poder ganar el partido, pero reconozcámoslo, el Madrid en la segunda parte ha salido como un ciclón, y a pesar de ello hemos tenido nuestras opciones de marcar el tercer gol y matar el partido en unas cuantas contras que hemos tenido. Resaltar el partido de Alves. Hacía tiempo que no veía una actuación tan determinante de un portero del Valencia. Quizás la última que recuerde fue la de Hildebrand en el Camp Nou en la copa de 2008.

Por último, darle mi mas sincero pésame a Enrique Martínez, comentarista del plus, porque su equipo no ha podido ganar. Y no será porque él no ha puesto ganas. Además, ha dado un recital de confundir a jugadores del Valencia. Y a Rafa Nadal…que pase la pelotita por encima de la red, que sin duda lo hace muy bien, mucho mejor que hablar de fútbol, o mejor dicho, de su Madrid.

PD. Sí, se llama Carlos Martínez, pero si él llama Dani a Diego Alves, yo le llamo como me de la gana, que los sacas del Madrid y el Barça y ya no saben por donde van.

 

Arias4everpajaro-twitter

Partidazo anoche en el Bernabéu que termina con mayor botín del que esperaba y ratifica la sensación de que hemos vuelto.

Con un once sin los fichajes de relumbrón, el VCF disputó una primera parte casi perfecta. En ningún momento  perdió el control  y por el contrario, se mostró resolutivo ante el marco de Casillas; tuvimos 3 y anotamos dos. ¿ Eso le estábamos pidiendo al equipo, no? acierto. Ese que no tuvo el R. Madrid que  soñará con los palos y con Alves.

Alves es el incuestionable protagonista del partido, pero sin duda el atajar el penal lanzado por CR7 al filo del descanso resultó clave. Si nos vamos con 1-2…no salimos vivos de ahí.

Los cambios de Ancelotti  indicaban que el Madrid tocaba arrebato y se lanzaba a «partido loco», donde se manejan estupendamente. Así fue, el VCF se veía desarbolado  y llegaba el gol de Pepe. Y aquí vino lo curioso; lo  normal es que el Madrid aumentara la presión, pero no. Entramos en una fase de tranquilidad y sesteo, que poco a poco y merced a los cambios de Nuno, le permitió al Valencia volver  a controlar el partido y dilapidar hasta tres ocasiones claras de gol que hubieran certificado la victoria . El golazo de Isco volvió a reactivar al Madrid, pero a pesar de los esfuerzos del árbitro, el partido tenía un final.

Queda el regusto de pensar que pudimos ganar, pero son tantas las  cosas positivas que mostró el VCF anoche.

¡Oye¡, yo me acosté tan feliz, mientras las ovejitas balaban; «Madridistas no, España no es un zoo» (c) @jos_toms.

 

jamacucopajaro-twitter

Dicen los cronistas naciomadridistas que la suerte y una gran actuación de Alves apearon al RM de la posibilidad de una liga. En parte no les falta razón, ya que antes del primer gol valencianista los merengues pudieron adelantarse en el marcador y, quizás, haber cambiado el rumbo del encuentro. Pero la actitud del VCF fue valiente desde el principio, saliendo a por el partido, lejos de actitudes timoratas de antaño. Y el premio llegó en un gran gol con denominación de origen blanquinegre: centro magistral de Gayà al área con la rosquita necesaria para superar al central y Alcácer, llegando en carrera, lo envía a las mallas poniendo al Bernabeu de uñas.

El segundo llegó pronto, tras botar una falta Parejo y rematar con la coronilla Fuego para incendiar definitivamente el estadio de la Castellana. Y como colofón al primer acto nada mejor que la parada (que no fallo de Cristiano) de Alves en el penaltito cometido por Gayà (¿alguien en Madrid se ha cuestionado que no lo fuera? ¿tan acostumbrados están a los regalos?). Resulta insultante lo fácil que es pitarle los penaltys en contra al VCF y qué difícil hacerlo a favor. Amadeo, ahí tienes algo que arreglar…

El segundo acto se ajustó a un guión previsible y que, desgraciadamente, el VCF no pudo o supo darle un giro. El acoso madridista dio sus frutos con dos goles, pudiendo hacer alguno más, mientras que las ocasiones de las que dispuso el VCF fueron lamentablemente marradas. De la segunda parte saco las siguientes conclusiones, ácidas, para no caer en la complacencia:

a. El Madrid nos bombardeó desde las bandas,muchas a balón parado, dándole infinidad de ocasiones de remate. Feghouli y Piatti posiblemente debieron ser cambiados, aunque también resultó preocupante el desfonde físico de buena parte del equipo a partir de la hora de partido.

b. Falta liderazgo, saber controlar los tiempos del partido. Dentro de poco tendremos el equipo plagado de líderes pero, ya sea por insultante juventud ya sea por falta de tiempo en el club, ahora no es así. Por eso al capitán Parejo le exijo mucho más y no ser compañero de baile de Bale e Isco en su gol (mirad la jugada). Muchos me replicarán que en el minuto 90 corta con personalidad un contraataque peligroso que le cuesta la amarilla, y yo les contestaría que se debería haber roto el ritmo al Madrid a principio de la segunda parte, no al final. Otros amigos cafemestalleros me dirán que no le paso ni una y puede que tengan razón, pero al capitán y mediocentro titular indiscutible de un gran VCF le exijo mucho más carisma e inteligencia.

c. Tenemos un problemón con Negredo. Ayer falló ocasiones estrepitosamente, como en otros partidos, que son las que marcan diferencias en una temporada. Álvaro está defraudando. Él lo sabe, nosotros lo sabemos, ellos lo saben… Culebrón a la vista.

Toni Calatravapajaro-twitter

Por cuarto año consecutivo salimos del Bernabeu con empate. Como el año pasado, nos adelantamos en el marcador y en una situación de acoso constante, en el tramo final nos empatan.

Me gustó el planteamiento de Nuno, metiendo al equipo en una franja estrecha de terreno y sin espacio a la espalda. Dos buenas llegadas y una falta lateral sirvieron para poner el 0-2. Efectividad máxima. El Madrid atacó con mucho corazón, pero la defensa estuvo muy acertada.

En la segunda parte el Madrid metió la máxima presión, haciendo un esfuerzo físico enorme, hasta conseguir empatar. Solo un Alves extraordinario todo el partido impidió un tercer gol madridista. Hay que anotar en nuestro debe la mala ejecución de los contraataques, que no se finalizaron bien. En ese tramo final debimos marcar un tercer gol que hubiera decantado el partido. Se echa de menos un delantero con un punto de velocidad superior a Negredo y Alcacer, capaz de hacer jugada individualmente y culminar.

Me quedo con el balance obtenido contra los equipos de arriba: 12 puntos de 24 posibles, y solo derrotados por el Barça en esa particular liguilla. Esos números solo los consigue un equipo sólido, regular, que trabaja bien en defensa y sabe COMPETIR, con mayúsculas. Ese equipo es el Valencia de Nuno Espirito Santo.

 

Drakulpajaro-twitter

El fútbol es la única sustancia legal capaz de hacernos sentir la montaña rusa de emociones que sentimos viendo el Real Madrid-Valencia.

Esperanza: En los días previos al partido. El equipo ha hecho una gran temporada, llegaba bien al partido y ya ganó al Madrid aquí.

Incredulidad: Conforme se acercaba el partido ya no lo teníamos tan claro. Sí, si confiar confiábamos, pero… son muy buenos, el árbitro, la liga…

Emoción: Alcacer ponía el 1-0, sí, era posible, podíamos asaltar el Bernabeu.

Confianza: Marcaba Javi Fuego. Esto no se nos escapa.

Rabia: ¿Quien no ofreció un corte de manga al televisor cuando Ronaldo falló el penalti inventado por Clos?

Desconfianza: Tras el 2-1 vimos la que se nos vendría encima. El Real Madrid iba a apretar de lo lindo.

Desilusión: Isco, encima Isco, nos metía un golazo descomunal que empataba el partido.

Enfado: Las ocasiones falladas por Negredo y el penalti no señalado sobre De Paul

Orgullo: Por haber plantado cara, por haber puesto lo que hay que poner y por ser capaces de mirar a los ojos a un rival que con un presupuesto muy superior estuvo noqueado durante gran parte del partido.

 

Lobopajaro-twitter 

El puto VCF vuelve a plantar cara a los grandes. El puto VCF ha vuelto para quedarse. El puto VCF estuvo ahí. Lo tuvimos, pudimos ganar al RM en su cueva de ladrones, saboreamos la victoria casi hasta el final, pero se escapó.

Lo que no salió en el Camp funcionó a la perfección en el Bernabeu durante la 1ª parte. Una pegada impresionante en apenas unas pocas arrancadas nos pusieron claramente por delante. Incluso un inmenso Alves mandó al limbo el regalito habitual de los árbitros al piscinero de Cris. También la suerte nos echó una mano desviando al palo varios remates madridistas. Y es que la suerte es una gran aliada que parece haber olvidado todo lo que nos puteó en el pasado más reciente.

Sin embargo en la 2ª parte, como tantas otras veces, todo cambió. El VCF reculó tanto que quedó incrustado en campo propio, y nadie hizo nada por remediar el vendaval casero. Nuno estuvo remiso en los cambios. No vio, o no dio importancia a las claras muestras de agotamiento en algunos jugadores, ni supo reforzar al equipo para que intentara salir del agobio en que se había instalado. Suyo es el mérito de un enorme planteamiento y un resultado dignísimo, sin duda, y así hay que reconocerlo, pero probablemente suya sea también la culpa de que no consiguiéramos una victoria que estaba ahí. Pero no iré más allá. A estas alturas discutir las decisiones de un entrenador que está haciendo tan gran campaña es algo pretencioso. En todo caso doy por muy bueno el empate, un punto que puede ser mucho o poco según depende, pero que yo no confiaba en absoluto en conseguir.

Mención para clos Gómez, que estaba seguro nos iba machacar sin piedad pero, aunque permitió demasiada dureza por parte del RM, no se cebó con el VCF. Y ya es raro.

En fin, un gran trabajo en el estadio madridista a pesar de dejar escapar la victoria. De paso les hemos jodido la Liga, que no es nada desdeñable.

 

Mario Selmapajaro-twitter

«Nada que perder, mucho que ganar». Así bauticé mi previa, por lo que ahora escarbo en el bolsillo de la congruencia y rescato un punto con sabor más dulce que agrio. El club nos amenizó los prolegómenos del partidazo con un doble sacamiento de falo vengativo-mercadotécnico, un detallismo que hizo las delicias del respetable che.

La primera mitad fue un torrente de sensaciones, donde al equipo no le faltó amperaje en ninguna de sus líneas en un choque de alto voltaje. Lució, planchado e impoluto, ese frac competitivo al que hicimos referencia el viernes, no perdiéndole la cara y poniendo en jaque -otra vez- al vigente campeón de Europa, que se vio sorprendido por un certísimo, pragmático y suertudo bloque con las consignas -bien ahí Nuno- meridianas. #SanDiego -por aquello de salvar puntos- acudió, como acicalado caballero, fiel a su cita ya legendaria para dar sentido al buen trabajo cosechado. Porque ese gol suponía el catalizador para la remontada blanca.

En el segundo acto los jugadores se empequeñecieron a pasos agigantados por la premura de un rival que veía, impotente perdido, cómo la liga se marchaba por el retrete. Aún así, y detectada una posible inacción del míster para combatir la tromba enemiga, dispusieron de suficientes, clarísimas e imperdonables ocasiones para dar la estocada definitiva, consumando la machada. La gesta. No fue así, y allí aparecieron, en el fondo norte del Bernabéu, los fantasmas de toda la temporada.

Los pinchazos de Atlético y Sevilla nos hacen estar a una victoria de certificar el objetivo y, de paso -manteniéndome escéptico-, nos regala el aliciente de la tercera plaza para no darnos tregua ni por equivocación. Bendito sufrimiento.

 

 

La fotografía que ilustra el artículo es de @valenciacf

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