Peris

Mestalla batega. Però ho fa al ritme que marca l’equip. En situacions complicades, abans per la glòria i ara per no caure a l’infern, la grada tira quan l’equip dona ganes de tirar. I aixina va ser ahir davant el Villarreal. Amb els històrics papers canviats. Una primera part que va ser un nerviosisme absolut, veient les intencions de buscar una maduració grogueta amb el nerviosisme de qui juga per la vida.

En la represa, bona arrancada. Diego López va fer més en dos minuts en atac que Yunus en tota la primera part. De vegades eixes coses funcionen. Sacsar l’arbre amb la pedrera. Farinós, Alcácer o Soler són exemples històrics. Quan semblava estar assentat l’equip, gol en contra que despertava els malsons. Disipats finalment per Lino, encara que Cavani va fer un simulacre poant la primera en condicions que va tindre. Fora de joc. Ni el sistema mètric juga enguany a favor. I en l’afegit, altre jove, Alberto Marí va fer esclatar Mestalla amb una perfecta execució que tampoc va ser bona per ser fora de joc.

El Valencia CF va donar la cara sense que li la partiren. Siga com siga, acabarà en el paró fora dels llocs de descens. Ànimicament és bo. I cal, més encara, seguir.

 

Juan Martín Querol Rodríguez

El futbol es un estado de ánimo en el que se pasa de la depresión a la euforia en apenas 90 minutos. Y en esa “bombonera” que es Mestalla, la “forma” en la que acudimos los aficionados, para bien o para mal, influye y se transmite al terreno de juego: cuando las cosas van bien a nuestros rivales y cuando van mal dadas, a nuestros jugadores.

Derbi valenciano, el Valencia CF buscando la salvación y el Villarreal CF luchando por alcanzar la Champions, hace once años fue al revés, la venganza es un plato q se sirve frío.

Y a eso jugaron los amarillos, a especular con la ansiedad local, con unos diez primeros minutos en donde avisaron con un palo y un remate cruzado. El VCF esta vez aguantó, con una defensa muy sólida, teniendo lugar la lucha en el centro del campo. Final de la primera parte 0-0.

La segunda parte empezó igual, hasta que otro maldito rechace, acaba en el fondo de la red. Las dudas vuelven a escena, este equipo se ha caído muchas veces así, pero ayer no fue ese día, reaccionaron, y consiguen empatar el partido. Más por coraje que por calidad. Es evidente que los chavales del filial han llenado lo que le faltaba a este equipo: corazón, garra, descaro, atrevimiento… ¡HAMBRE!

Al final, un punto que acerca a la salvación al Valencia y un punto que aleja al Villarreal de la Champions.

He llegado a la conclusión que en Mestalla no se libra una batalla cada jornada … se libran muchas, ayer 43.634 concretamente, en donde cada uno atiende a sus fantasmas de la forma que mejor sabe o mejor puede.

¡AMUNT!

 

 


 

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