Jomi Lavarías

Empate en un partido vibrante entre dos equipos que se han vaciado buscando la victoria. Pero un empate que nos sirve de muy poco. Jugando así en Mallorca o Getafe habría dolido bastante menos empatar el partido de hoy.

El Atlético en la primera parte impuso un ritmo muy alto. Presionando, mordiendo mejor dicho, la salida de balón del Valencia que tocaba y tocaba atrás con muy poca seguridad y la sensación continua de que en alguna jugada nos robarían para marcarnos fácil. No fue así, pero llegó el gol de ellos, mostrando nuevamente mucha endeblez atrás. Los defensas no encontraban a los centrocampistas. Los centrocampistas no encontraban a los delanteros. Los delanteros, perdidos. Todo esto duró, mas o menos, 30 minutos. Lo que le duró la gasolina al Atlético. Era imposible mantener ese ritmo. Ahí el Valencia sí empezó a llegar mas y a tener sensación de peligro arriba. Gol a balón parado (la olvidada pizarra de Celades funcionó otra vez) para, a renglón seguido, perder un balón en medio campo, no hacer falta a Thomas y el partido, de nuevo, cuesta arriba. Doble error en este gol. Fallas, pagas.

La segunda mitad ya fue otra cosa. El Valencia se lanzó a por el Atlético, con un Ferran descomunal, desbordando continuamente por banda. Hizo cuatro jugadas de auténtico crack mundial, jugadas que lamentablemente no pudieron culminar los delanteros. Dos ocasiones clarísimas de Gameiro y Maxi enviadas a las nubes. Antes el Valencia ya había marcado por medio de Kondogbia medio rematando un maravilloso centro de Parejo, redimiéndose así del doble error en el gol de Thomas.

Cualquiera de los dos pudo ganar. Jaume volvió a sacar un balón de gol. Thomas, que hoy estaba enamorado de los chuts desde fuera del área, puso en riesgo la meta valencianista. Gayà, casi al final, pudo marcar en dos ocasiones.

En definitiva, grandísimo partido de ambos equipos. Pero sabor agridulce por no haber podido ganar.

Amunt!


Sergi Calvo

Comenzó la tarde-noche con un sencillo, bonito y necesario acto de recuerdo a nuestro primer  hogar en Algirós organizado por Últimes Vesprades a Mestalla. Recordar nuestros orígenes para vivir el presente con más intensidad y soñar con un futuro mejor.

Y ya en Mestalla, uno de esas noches en las que, el regreso a casa se hace con una sonrisa, más allá del resultado que, sin duda, se quedó corto para los merecimientos de los de Celades.

Jugó bien el Valencia la primera parte. Bien en el sentido de correcto y adecuadamente posicionado. Ritmo alto y búsqueda, con paciencia, de la grieta en el equipo de Simeone. Sólo dos errores graves, uno con la mala fortuna añadida de Paulista y un error grosero de Parejo en la medular, fueron castigo demasiado lesivo para los valencianistas. Pese a todo, el equipo no perdió la cara al partido y siguió aplicándose con competencia.

La segunda parte del Valencia fue, además de bien jugada, magnífica en intensidad, actitud y competencia por parte de los locales. Excelentes minutos del Valencia que añadió, a la corrección de la primera parte, un dominio aplastante, propuestas ofensivas de mucho nivel y ritmo y ambición que hicieron, seguro a los de Celades, merecedores de conseguir los tres puntos.

Muy destacable el nivel de un Ferran Torres, cuya explosión parece no tener límites. Un excepcional Kongdobia, recordando con mucho al King Kond de hace dos temporadas, el muy aceptable regreso a la normalidad de un Guedes que va a ser fundamental en las próximas fechas y, sobre todos, un Gayá que agota adjetivos. El de Pedreguer no es que deba ir a la ansiada Eurocopa es que, (cierto, no soy parabólico), pero dudo mucho que haya en el planeta, similar lateral izquierdo en actitud y aptitud.

Una lástima no haber conseguido tres merecidos y necesarios puntos, no obstante, el aplauso de hoy a los jugadores es más que justo y la esperanza hacia lo que viene, se recupera algo tras las últimas pesadillas a domicilio.

Mestalla es la clave… ¡Vamos!

Y ahora a Italia, se vienen noches Europeas bonitas…

¡Que las podamos disfrutar todos juntos!


 

Peris

La felicitat per al Valencia CF és Mestalla. Enguany, l’equip no ha perdut la cara a casa. Juga desmelenat i moltes vegades camina dalt un fil d’aram. Un risc excessiu que no sempre ix bé. Però els jugadors es senten amb força. Cap simptoma de saturació física. Recuperació miraculosa? No, estats d’ànim. I a Mestalla Gayà, Kondogbia, Ferran i la resta són feliços. Fins i tot Guedes, que poc a poc va recuperant sensacions i aporta granets d’arena a la construcció de l’equip per al tram decisiu de les competicions. Cal treballar més la circulació de la pilota quan taponen a Parejo. I per a eixa empresa, Soler és clau. Celebrem la tornada de Geoffrey i les seues pinzellades per tornar a ser King Kond. La construcció defensiva cal començar-la pel centre del camp i Kondogbia és i ha de ser fonamental per aconseguir-ho.

I Ferran. Lodi, Arias i Saúl somiaran amb ell hui. És vincentinesc en el regat en velocitat i en el regat de parat. Li ha faltat ben poc per ser repartidor de gol. Però ens ha fet alçar del seient. I ens ha enamorat un 14 de febrer.

Per cert, abans del partit, s’ha guardat un minut de silenci. Sense menysprear a ningú, la meua part ha sigut per Vicente Peris. Allà on estiga ho haurà patit, però també disfrutat.

San Siro, ci siamo.


 

 

La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com

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