Vamos a ver. Lo de la Juve era previsible, casi lógico por más ilusión que tuviéramos, y de nada va a servir tirarnos de los pelos. El VCF lo tuvo todo en contra, esa es la verdad. Una competición al máximo nivel de la que hemos estado ausentes demasiado tiempo, jugadores que a día de hoy se arrastran por falta de forma, lesionados clave, una incapacidad endémica para jugar contra equipos encerrados, más si es italiano y uno de los gigantes europeos, las dudas por el mal comienzo de temporada, el irresuelto agujero en banda derecha que conocen todos los entrenadores rivales y además se volvió a cubrir con un parche, la acostumbrada falta de liderazgo sobre el césped, y un calendario duro que poco ayuda. Todo en contra.

La oportunidad estuvo ahí, pero ni contra diez hubo posibilidades reales de doblegar a un equipo hecho, y muy bien hecho, que jugó con absoluta suficiencia, sin despeinarse, prácticamente sin sudar. Y sí, yo también estaba jodido, enfadado, dolido, preocupado y buscando culpables. Pero tal estado de ánimo, por otra parte entendible, ya no es que no sirva de nada, es que perjudica con toda certeza. Y es mucho más inteligente querer ayudar a levantar esto que ayudar sin querer a irnos a la mierda. Porque si nosotros no somos comprensivos, pacientes y apoyamos a nuestro Valencia, nadie más lo va a hacer.

Así dejémonos de melodramas, de chorradas, de jugar a saber más que nadie, de malmeter y mal presionar, de dar lecciones y aconsejar a Marcelino quién ha de jugar y cómo. Por ejemplo, Marce dejó claro que confía ciegamente en Parejo, algo que yo francamente no entiendo, pero de nada sirve exigir que Soler juegue en su puesto si al primer mal partido, que lo habrá porque no es fácil coger la batuta y poner todo en orden de un plumazo, le matamos también, Marce restituye al cosladeño y acaban desquiciados los tres, Parejo, Soler y el entrenador.

Uno de los mayores defectos que veo al equipo es la falta de inteligencia, y me parece demasiado peligroso que los aficionados pequemos de lo mismo. Así que vamos a intentar ser inteligentes. El VCF va a salir adelante si no nos empeñamos en hundirlo, tiene que salir adelante y lo hará. Y lo hará con fuerza, con el ímpetu y la rabia del que sabe que puede. Aceptemos que nuestro entrenador decide y, como todo el mundo, comete errores, que algunos jugadores dan pena, que la plantilla no es ni mucho menos tan perfecta como creímos y que todos los rivales conocen ya nuestra virtudes y limitaciones. Pero no caigamos en la trampa, no cometamos errores imperdonables que van en nuestro propio perjuicio. Esto podía pasar y está pasando, pero se puede revertir, y vamos a hacerlo entre todos aplicando el sentido común. No hay otro camino, y hay que andarlo juntos.

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