Peris

Partit calorós. Quina obvietat per a començar. Encara aixina, des del sofà de casa s’ha presenciat un partit bonic, amb alternatives en el marcador i tots els ingredients, gols, emoció, penals i expulsions. Però convé detindre’s en la sensació de debilitat defensiva que transmet l’equip el que provocava que cada arribada de l’equip de Paco López generara mals de pit en els aficionats blanquinegres. Els errors individuals i la falta de tensió propícia que moltes vegades toque remar a contra corrent. Per extraordinari, el rebuig de Neto en el primer de Roger és per a destacar.

La segona part va ser un altre cantar. Reajustant Marcelino la posició de Parejo per a no apretar tan a dalt la possessió de pilota del Levante, l’equip va trobar cert equilibri defensiu que es va traduir en l’empat i ocasions de remuntar amb diverses pilotes a la fusta i accions de mèrit de Ferran i Rodrigo. Ferran va aportar frescor sent incisiu i solament la falta d’encert de Rodrigo a boca de gol no va fer que els tres punts es marxaren a Mestalla.

Arriba el paró i serà un bon moment per a ajustar automatismes, recuperar efectius de manera física i mental i preparar-se per al setembre que ens arriba.

 

Hoeman

La horrorosa primera mitad del encuentro tuvo su peso en el resultado final: el Levante dominaba los espacios y hacía mucho daño en transición, tanto en conducciones (vía Morales) como en balones en largo (el gran debe del Valencia en este inicio de temporada); sacando las vergüenzas defensivas especialmente a Piccini y Gabriel Paulista; además de mostrar a un desacertado Neto, al que se le intuyó en alguna acción exceso de confianza y que parece incapaz de blocar un disparo. Para enmarcar (por lo mala) también fue la primera parte de Parejo, que sigue siendo insustituible para Marcelino y marcó de penalty para continuar sumando estadísticas a los que le defienden contra viento, marea y juicio, no importan sus actuaciones sobre el césped. Bien es cierto que en la segunda mitad, cuando la intensidad del Levante bajó, se puso a tono y movió el balón de forma más que aceptable; pero creo que al capitán y (para algunos) alma máter del equipo hay que exigirle más. Quien se echó a las espaldas el equipo en los momentos delicados fue Soler, que no se escondió y mostró una actitud hercúlea; jugando, presionando y defendiendo con criterio e intención: proporcionó la asistencia del primer gol de Cheryshev (al que pese al gol, creo que le quita minutos a Ferran Torres) y provocó un penalty estúpido por estar metido en el partido. Soler vale un potosí. También cuajó una gran actuación Gayà, poco (o mal) ayudado defensivamente por Cheryshev, que se incorporó con frecuencia e inteligencia a posiciones ofensivas, y en esta ocasión sí centró con precisión, a pesar de que los compañeros no pudieron aprovecharse de ello. Mención especial también para Diakhaby, que pese a algún error individual, mostró predisposición y acierto en la mayoría de acciones defensivas.

La segunda parte, excepto alguna contra aislada del Levante e internadas por banda de Coke, fue para el Valencia de cabo a rabo; pero el desacierto ofensivo y en ocasiones las imprecisiones impidieron que el Valencia volviera con los tres puntos. Entró Ferran e hizo mucho daño por banda izquierda, pero incomprensiblemente (da la sensación de que Marcelino está más pendiente de los datos médicos y computacionales) el técnico le cambió de banda tras provocar la segunda amarilla de Coke. Batshuayi sigue dejando detalles de calidad aunque parece un poco autista en su manera de jugar. Y no pasa nada por reconocer que Rodrigo no está al nivel «super» de la temporada pasada, donde en ataque posicional era el 80% de la productividad ofensiva. Aún así sigue ofreciéndose y creando situaciones de peligro, además está recibiendo las faltas que el año pasado pertenecían, por cuota, a Guedes.

Decepcionante comienzo liguero, sigo confiando en que Marcelino corrija errores y sea más justo con algunos jugadores.

 

Jomi Lavarías

Tercer partit de la temporada i ja es pot dir, ben alt i clar, que hem començat l’any amb mal peu.

Hui en el camp del Llevant, el València ha demostrat que li falta molt treball per fer. Paterna té totes les solucions als mals de l’equip, que davall el meu punt de vista passa per recuperar l’equilibri defensiu que a l’any passat sí que va demostrar tindre.

En la primera part, la defensa ha sigut una broma. En realitat m’atreviria a dir que tot l’equip ha sigut una broma. Junt amb la segona de Cornellà, en la primera mitat de hui s’ha vist els pitjors minuts del València de Marcelino. Un equip sense cohesió en les línies, lent a més no poder, amb una inseguretat arrere alarmant i donant imatge, almenys per a mí, de poca frescor física, cosa que en la segona part no m’ho ha paregut, excepte en els últims minuts. Dos errors defensius han provocat que el Llevant haja marcat dos gols quasi sense voler. El primer després d’una gran assistència de Parejo a Morales, al qual ningú què li va entrar va ser capaç de fer-li falta i coronat amb un altre error de Neto. El segon, forat en les esquenes dels centrals després d’una passada des de 30 metres. El centre del camp ni ha estat ni se li ha esperat. Fatals Wass i Parejo. Kondogbia ja no pareix mig equip, pareix tres quartes parts d’equip. Dalt poc perill. Gameiro treballador i poc més.

La segona part ha sigut un altre cantar. El Llevant és probable que haja acusat el desgast físic i això ha fet que emergira el València. Major domini, major ambició i més ocasions. Moltes ocasions. Massa com per a al final empatar. Dos pals de Gameiro, una rematada a l’aire de Rodrigo en la línia de gol, un bon xut des de fora de Ferran (els seus millors minuts com a valencianista) , Soler brillant en banda i on no era banda, dos contres portades per Gameiro que d’haver sigut conduïdes per Rodrigo i acompanyades pel francés el gol segur que haguera arribat… en definitiva, un València moltíssim millor.

Estic completament segur de que en el moment que l’equip agarre el to en defensa la trajectòria serà la desitjada per tots. Dos punts de nou no era allò que esperavem, però tan sols portem tres jornades. El dijous pareixia que tots alçàvem «la orejona» i hui que estàvem amb peu i mig en segona divisió. Tranquil·litat.

 

Sergi Calvo

En primer lugar, y como prólogo debo advertir que escribo estas líneas recién llegado del Ciutat. Gracias a Dios mi pequeño y yo hemos vuelto bien a casa (gracias a una providencial sombra bajo el marcador y a todas las precauciones posibles), pero la hora de disputa de este partido me ha parecido una falta de respeto y una decisión lamentable. Un calor sofocante que, creo, ha influido notablemente en el desarrollo del juego y ha puesto en riesgo la salud e integridad física de jugadores y espectadores.

En estos tres partidos, al menos en Cornellá y hoy en el Ciutat, el Valencia se ha mostrado superior como equipo y proyecto, pero sin embargo, por mala fortuna o mala práctica, no ha demostrado en absoluto esa superioridad sobre el terreno de juego. Entendámonos: el Valencia es superior al Espanyol y también al Levante pero sin embargo ha sido incapaz de resolver con solvencia ambos partidos y ya son 7 puntos perdidos sobre nueve posibles. Es preocupante.

Salieron ambos equipos en un tanteo inicial que se decantó muy rápido de la balanza granota. El Valencia se ha hundido, estos tres partidos, por el centro del campo, con un Kongdobia todavía lejos de su mejor forma que deja en evidencia que Parejo no puede sujetar la maquinaria Ché. Me explico: Si Pellegrino y Ayala (y Djukic y Marchena) fueron lo que fueron, es indiscutible que, en gran medida, su rendimiento está en el debe de la línea Albelda – Baraja que facilitaba, enormemente su labor. Si el centro del campo se cae, no hay sistema defensivo que lo aguante y las vergüenzas salen a flote. Aquí no se trata de la calidad o ausencia de ella de nuestros centrales, se trata de un sistema que comienza desde el eje central donde Kongdobia u hoy Wass no pueden sujetar al equipo sin la ayuda de un compañero que no pierda balones de manera constante y se inhiba en sus responsabilidades. Si el motor no funciona, éste debe ser sustituido o el vehículo no funcionará adecuadamente… Las luces de avería  disparan los testigos de manera multiorgánica, sin embargo, la avería es central y está en el eje de la centralita. Debe ser sustituida.

Reaccionó rápido el Valencia al gol del Levante con un magnífico centro de Soler que cabeceó incontestable un hoy voluntarioso Cherisev pero nuevamente los errores y las alarmas desde la unidad central provocaron la llegada al descanso en desventaja.

La segunda parte estuvo muy condicionada por aspectos físicos; cuando el Levante agotó su reserva del combustible, el Valencia de una manera inteligente decidió esperar e intentar ajusticiar a la contra. En ello estuvo el resultado final, contras muy bien ejecutadas pero con imprecisiones en los metros finales que evitaron que estas acabaran con éxito. Una lástima, pues sobre todo tras la entrada de un muy inspirado Ferrán, el Valencia fue el amo y señor del partido que debía haber rematado con solvencia y no apenas empatado con un penalti accidental de los granotas.

El equipo está desajustado y no ha arrancado en estas primeras tres jornadas. El partido debería haberse ganado y sin embargo la sensación es que el equipo todavía no está.

Es tiempo de confianza… llegará y cuajará pero, por el momento, pese a lo que se diga en rueda de prensa y lo atisbado en el debú liguero contra el Atleti, éste equipo no ha encontrado todavía su punto de rendimiento.

A destacar el hecho de que Soler, aún en banda, ha demostrado tener arrojo suficiente para asumir unos galones y responsabilidades que le son negadas. Lo está pidiendo a gritos. Debe ser escuchado.

Gameiro ha demostrado que puede aportar muchas cosas con su inteligencia (hoy desajustada, eso sí) a la contra, y Diakhaby ha mostrado más serenidad y presencia que un voluntarioso pero hoy en su versión terrible, Paulista.

Gayá voluntarioso y Rodrigo buscando constantemente un compadre para hacer herida, Soler reclamando galones y dando pasos al frente… éstos son los pilares sobre los cuales construir la reacción de un Valencia que debe conectar ya. Guedes en la recámara y jugadores que acompañan están a la espera. Pero antes, se hace más que necesaria la reflexión sobre la unidad central que hoy, ha vuelto a fallar y está pidiendo a gritos una sustitución inminente.

Confiemos. El parón puede venir bien. El arranque no ha sido bueno y vienen curvas. A levantarse, capacidad hay.

Golpe encima de la mesa toca.

 

Lobo

Han pasado algunas horas desde el pitido final, y eso me hace escribir de forma menos apasionada y vehemente. Aún así, sigo enfadado. Dos puntos en las tres primeras jornadas es una cosecha demasiado pobre, decepcionante se mire como se mire.

El partido del VCF ha sido un horror en la 1ª parte, cayendo constantemente en la trampa de un LUD limitado pero infinitamente más luchador, agresivo e inteligente. En la segunda algo ha cambiado, no sé muy bien qué, puede que los locales se hayan confiado viendo a un rival tan débil anímicamente o se hayan desfondado por el esfuerzo, y el VCF ha conseguido contraatacar con muchísimo peligro aunque sin acierto. Nuestro mejor atacante ha sido Gameiro, que ha hecho muchas cosas bien (y otras rematadamente mal, sobre todo en la asociación) pero sin suerte. Rodrigo ha parecido a aquél que fue, y en las bandas ha brillado más Soler sin gol que Cheryshev que sí ha marcado.

El partido ha sido, sobre todo, la constatación de que si hay un jugador imprescindible en este equipo, es Geoffrey Kondogbia. Él es la brújula, el que roba, crea, pasa y ordena, el que domina el espacio y los tiempos. Él fue quien dio un salto de calidad al VCF la temporada pasada y él que hizo un poco mejores a sus compañeros. Él es el jefe incluso sin estar a tope. Y cuando no juega el equipo fracasa miserablemente en la batalla de medio campo. Aunque era bastante previsible, ver que ni Parejo ni Wass se han enterado de nada, otra vez, por cierto, es para echarse a llorar. Además el cosladeño parece empeñado en ser el mejor aliado rival, partido tras partido, perdiendo un montón de bolas estúpidas que hacen mucho daño a los defensores blanquinegros. Porque si bien es cierto que la contundencia atrás brilla por su ausencia, sobre todo en banda diestra, y las críticas son merecidas, no lo es menos que la línea defensiva se ha visto a menudo sorprendida por la nulidad de unos mediocentros, que se empeñan en putearles. Y así es muy difícil.

Y lo siento, no quería cebarme en el de siempre porque voy a acabar teniendo pesadillas con él, pero no puedo evitarlo. Creo que ya ha hecho merecimientos más que de sobra y ha demostrado bien a las claras que es un lastre para sus compañeros, como para buscar una alternativa. Carlos Soler merece de una santa vez la oportunidad de ocupar su puesto con continuidad, y, ya que no se ficha jamás otro MCO, que le dejen jugar, fallar y acertar, coger el sitio, y ojalá a corto/medio plazo tengamos un mediocentro ofensivo que sume en vez de restar. Sin miedo, porque en tanto lo consigue peor no lo va a hacer, joder. Desde aquí lo reivindico una vez más, y sé que algún día, llegará. Sólo de Marce depende.

 

 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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