Jomi Lavarías

Baño de realidad juventino esta noche en Mestalla. El Valencia hoy se ha dado cuenta de lo que es jugar la máxima competición continental.

Desde el primer minuto se ha visto clarísimamente la superioridad italiana. Ni siquiera el hecho de quedarse con diez hombres, por expulsión del divo, ha sido problema para que el partido se haya jugado al son italiano.

Obviamente ganar a uno de los mejores equipos de Europa no pasaba más allá de una ilusión, creo que todos lo teníamos muy claro. Si a ello le unimos que el Valencia está jugando al tran tran la misión se convierte en imposible.

Por sacar algo positivo hoy, me quedo con Soler. Ha hecho un gran partido, jugando por el centro en la segunda parte, demostrando que puede jugar ahí sin problemas y haciendo las transiciones mucho más rápidas que Parejo. Ojalá sirva lo de hoy para que Marcelino le dé mas oportunidades en esa posición.

Queda mucha temporada pero la cosa empieza a ser preocupante, para qué engañarnos. El equipo no termina de arrancar y de seguir así los objetivos marcados se nos irán alejando paulatinamente.

Amunt!


Peris

Primera cullerada, mosca. Totes les ganes de la parròquia per tornar a sentir la musiqueta de la Champions i Ronaldo expulsat a la mitja hora. Pintàven oros, pero l’exces de figamollisme en una acció puntual de qui porta la cinta de capità, et deixava al descans amb un gol en contra al mornell i fregant-se els ulls. Semblava aquell dejà vu als temps d’Emery, quan on tot es ficava de cara, la sang d’orxata i la falta de tensió te feien remar a la contra. Malgrat això, quedàven quaranta-cinc minuts per remuntar, peró altre penal va ficar el partit costera amunt i aixina es va quedar. Per a esta Champions es demana competir les dos hores i pico que dura el partit. Des de la prèvia fins a qualsevol prórroga. I hui no ha passat. Meninfotisme futboler, personificat amb les accions de Parejo que, quan no carbura, és un bult sospitós desesperant i perd qualsevol capacitat de concentració. I no és remar contra el mateix, és narrar el que s’ha vist. Un jugador amb ixa posició al camp ha de tirar de l’equip, ha de ser la punta de llança, ha de manar i fer manar. I hi ha vegades que un xiquet de vint anys aporta més que un que porta nou anys al club.

Bany de realitat. Cal grabar a foc, fent homenatge a Luis, les següents paraules: competir, competir, i tornar a competir.


Queda el sabor amargo de no haber sabido reaccionar aun con uno más durante 60 minutos: la dulce expulsión de Cristiano Ronaldo queda hecha añicos tras la imagen dada por el Valencia. Comenzó el partido muy intenso, aunque pronto los juventinos se hicieron con la manija principalmente vía incoporaciones de Alex Sandro y en menor medida, Cristiano Ronaldo. Vezo estuvo desacertado y gris, pero cuando es tantas veces el lateral rival (de una defensa de cuatro) el que llega y centra, la culpa no es exclusivamente del lateral de tu equipo. Soler hizo coberturas y bajó frecuentemente hasta la frontal y más allá, así que, creo, faltaron las ayudas del mediocentro (Parejo) y/o central (Paulista) de esa zona, así cómo haber atacado la espalda de Alex Sandro (si está arriba, no puede estar abajo, elemental querido Watson) con Rodrigo, Batshuayi o incluso Guedes. Perdonaron varias hasta que ya no lo hicieron merced a un penalty absurdo de Parejo que no falló Pjanic. Nada más comenzar, el árbitro pitó un «penaltito» a la salida de un córner para compensar la expulsión de Ronaldo, y desde entonces la Juve se dedicó a defender el resultado ante la inoperancia del Valencia en ataque.

Sin duda la mejor noticia llegó con el cambio táctico de Marcelino que centró a Soler: el Valencia empezó a jugar, todo lo que hizo el canterano fue con criterio, además dotó de mayor velocidad y verticalidad el juego che. Interpretó el juego, disparando (sin acierto) cuando nadie se atrevió a hacerlo (para marcar hay que chutar, elemental querido Watson). Pidió a gritos más galones; veremos si Marcelino no está hipnotizado por el ritmo del trote cochinero. También fueron buenos minutos los de Cheryshev (minutos que, por otra parte, debían ser para Ferran). Preocupante el rendimiento de Rodrigo, que ha bajado algún escalón en cuanto espíritu de sacrificio. Guedes en su primer partido de titular también anduvo desacertado.

Toca aprehender de los errores.


Sergi Calvo

En el minuto setenta y pico, tras el cambio de Wass al lateral sustituyendo a Vezo, Carlos Soler ha ocupado la posición del danés en el eje central.

El canterano, el ocho, ha comenzado entonces a adueñarse del centro del campo ante una Juventus perfectamente replegada. No ha sido su mérito, la Juve se lo ha permitido. Soler ha buscado empujar lo más posible e intercalar aperturas a bandas con lanzamientos de media y larga distancia.

He contabilizado al menos seis de esos tiros a puerta. Seis. Ninguno de ellos ha sido una ocasión clara de gol. No eran la mejor opción…. Porque no había opción alguna.

Al menos Soler tenía un plan. Imposible, inadecuado, estéril… pero un plan.

Soler ha intentado ante lo desesperado de sus chuts, el ataque directo, fijar oponente e incluso el drible hacia portería, ha recibido unas tres o cuatro faltas, una de ellas no pitada pese al claro agarrón en el borde del área.

El plan era estéril: imposible penetrar en la oficiosa defensa juventina; son italianos, dominan el oficio, imposible Carlos.

No era un buen plan, no ha funcionado… pero era al menos un plan. Estéril pero un intento, inútil pero con la cara arriba , empujando a la impotencia y rebelándose contra lo imposible.

Carlos Soler nos marca el camino hoy. El único camino posible, un camino que tiene a “el Chino” como guía ejemplo y modelo. Gayá, Rodrigo, el Guedes que vendrá y quien quiera empujar serán bienvenidos, algunos están deseosos de subir a esa vagoneta.

Hoy Carlos Soler le ha mostrado y demostrado a Mestalla porque debe ser el capitán y alma de este equipo en sus próximos quince años.

Cada minuto que se demore, es un minuto perdido, es un minuto más de oscuridad.

Nada más que decir.

Bona nit.


jamacuco

No es tiempo de milagros, como así definía Marcelino García Toral los resultados obtenidos la pasada temporada. Con semejante falta de ambición, el asturiano se curaba en salud ante la actual temporada que se antojaba exigente. Por si acaso, pongamos el listo bajito no vayamos a estresarnos… pensaría él y su cuerpo técnico. Y como la profecía autocumplida, ahora tenemos un VCF sumido en la nada más absoluta, sin exigencias, relajadito al peor estilo Neville, eso sí, con una de las plantillas más caras de su historia diseñada desde cabo a rabo por el «sabio» de Villaviciosa.

El VCF ha empezado peor que mal. No hay el menor atisbo del equipo que se vio en buena parte de la temporada pasada. Con una involución evidente en juego y forma física, ideas inexistentes y alma por descubrir, el VCF está naufragando en la temporada del Centenario que todos presumíamos feliz. En esta hecatombe destaca el inefable gran capitán, cada día más empeñado en darnos más vergüenza portando el brazalete del murciélago. Y es que en la suprema visión de juego, alma indómita y liderazgo sin límites del cosladeño, el míster Marcelino ha unido su destino en su periplo por Mestalla. Allá él. Si quiere morir con las botas de Parejo puestas es su decisión. Pero que sepa, que la ley del fútbol es implacable.

El partido ante la Juve ha sido un despropósito. Parecía un equipo profesional, con oficio, jugando con uno amateur. Y está claro que la «vecchia signora» es un pedazo de equipo con las ideas muy claras y con un  trabajo táctico rozando la pefección, pero leñe… que somos el VCF no el Caudal de Mieres. En ningún momento les hemos hecho ni cosquillas. Antes de la expulsión de Cristiano, ya podían ir con dos golitos de ventaja que la fortuna acabó por deshacer. Pero es que con 10 jugadores en más de una hora han seguido siendo dueños del partido. Un lateral derecho ineficiente, los mediocentros «missing» (Wass mucha voluntad, pero no es la solución), unas bandas sin mordiente, y una delantera desasistida y precipitada… Tan solo un bravo Soler, jugando de mediocentro después de varios cambios y echándose el equipo a la espalda aunque de forma infructuosa, intentó revolverse contra el destino implacable en un partido muy mal preparado por el VCF.

Aún con la vuelta de Kondo (cómo se demuestra quién es el que sujeta al equipo!!) y Coquelin, toca revolución en el juego. Y si no se hace como corresponde, vendrán turbulencias.


 

 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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