Hola, corazones. No se lo creerán los lectores de Café Mestalla pero, con disponibilidad de asientos, dos abonos se quedan en casa hoy. No se lo creerán las lectoras de Café Mestalla, pero habrá buen ambiente en Mestalla, a pesar de ser el día romántico por excelencia por obra y gracia de los grandes almacenes y el resto de comparsas. Afortunados nosotros que celebramos dos días del amor, hoy y nuestro Sant Donís. Porque claro, qué diablos ir al fútbol en una noche como hoy. Además, dentro de quince días hay más fútbol en el mismo lugar. Y en la tele a todas horas. Por uno que te pierdas no pasa nada. Aunque luego hay excepciones como Drakul y su señora, que lo celebran en los dominios del speaker Manolo Más. Qué día le espera al bueno de Manolo. Se lo va a pasar pipa con la cámara del demonio en este día tan señalado. Cualquier cosa que no sea llevar unas alitas en la espalda a pie de campo para dar carnaza a los haters, sería una honda decepción.
En el día del corazón con forma de dibujo de carta, el Valencia CF llega necesitado de amor. Y el corazón habla de salir esta noche a darlo todo, sin pensar en el futuro. Como si fueras a morir mañana. A pesar de la racha de partidos extraños, lloros granadinos y bofetadas azulonas, todo intacto. Por lo menos hasta esta noche a las once. Y en esta previa que nos ocupa, no cabe duda que la sístole y la diástole valencianista estarán presentes. No habrá cansancio, no habrá dejadez y seguramente Diakhaby, si juega, no será diana de críticas personificadas por rendirse a mitad carrera con un rival. Porque hoy se rascará el césped, hoy esta supuesta saturación física del equipo, que aparece y desaparece conforme el rival tenga delante, no tendrá entrada. Sobado, y mucho, aquello del fútbol y el estado de ánimo. Anoten una vez más.
Claro, todo esto es el supuesto. Hacer una previa integrada en un artículo de opinión no es hacer una crónica, que partes con la ventaja de saber el resultado y analizas todos los medios según el fin conseguido Todas las crónicas son ventajistas. Porque tienes la ventaja de saber el resultado y, a partir de ahí, narras el porqué y el cómo. Nada nuevo bajo el sol.
Y esta noche toca amor y cabeza. Esa cuestión tan difícil de conseguir. Hechos y dudas sobre reservar articulaciones para San Siro han sido parte del debate en parte por las dudas, en parte por el parte de bajas con información inconexa por parte del club. Sí, muy partido todo. Algunos no llegan, como Coquelin o Rodrigo. Otros sí, como Gayà. Gayà, que tiene dos o tres corazones, uno de ellos seguro en el tobillo izquierdo. Y, por ende, el dolor del corazón extra del de Pedreguer es dolor comunitario de la grada, del tipo del casino que lee la prensa con desdén mientras se toma el cortado y del club de fans de Sabrina Salerno. Porque parece que sin los corazones de Gayà, el Valencia CF es un poco menos bombeador. Menos apasionado.
En una noche llena de corazones, copas burbujeantes y acaramelados arrumacos en mesas con ambiente cálido e íntimo, más de 40.000 locas y locos caldearan el ambiente para seguir con el amor de esos que no se negocia con flores o cualquier goce efímero. Un 14 de febrero hubo amor a primera vista con Aimar y un 13 de febrero a nuestros padres y abuelos se les rompió el corazón al tiempo que lo hacía el de Peris, Don Vicente. Por si tenían dudas sobre donde estar. Siempre que les dejen.
La canción de hoy, porque es para no dejarse nada la noche de hoy, por la letra, aunque todas las canciones hablen de nosotros y por Gistau, es Leiva y su «Como si fueras a morir mañana».