El VCF gana el ¿derbi? con un ambiente enrarecido y sin disipar las dudas que genera su mal juego.Una parte de Mestalla se posiciona con Negredo y en contra de Nuno. Así lo hemos visto en Café Mestalla.
Drakul
Nadie ayuda al Valencia. Ni la propia grada. Sin afán de criminalizar a la afición de Mestalla, la cual siempre he defendido que tiene la capacidad y hasta el derecho de criticar lo que le venga en gana, lo cierto es que el gran problema del Valencia no es Nuno. Es la duda. El valencia es un boxeador con mandíbula de cristal que besa la lona al primer guantazo.
Cuando las cosas vienen torcidas, les cuesta entrar en el partido, les rebota mal el balón, fallan pases fáciles, se despistan en las marcas y hacen mal la presión. El partido de hoy ha dejado toda la sintomatología de esta enfermedad. El Levante hasta el segundo gol del Valencia parecía el Milán de Arrigo Sachi. Sabía que teníamos centrales primerizos y los forzaron en la salida. Nos agobiaban en la presión, llegaban por banda (Morales volvió loco a Gayà) y Fuego, que está haciendo una temporada muy discreta, no les ayudaba. Sin embargo con los goles el Valencia volvió a creer y el Levante fue un juguete en sus manos.
Ese escenario no tiene sentido mas que diagnosticar que el problema del Valencia no es tanto físico, ni táctico, ni técnico. Es mental. Con todo lo malo que deja el partido, que es mucho, al menos nos hemos dado el gustazo de ver el golazo de Bakkali que ha sido lo mas bonito que nos ha dejado la temporada hasta el momento. La jugada entera es preciosa y la llevan a cabo dos chavales de biberón. Cancelo controla, finta hacia dentro, cambia el juego con un pase largo que controla el belga, se va hacia dentro y la pone en el segundo palo. Esplendido.
Toni Calatrava
Cuando la grada canta «Nuno vete ya», inmediatamente después de marcar cada uno de lo tres goles, es que algo funciona realmente mal en el Valencia CF. Además fueron cánticos masivos, no de un grupúsculo de histéricos, o del fondo ultra. La afición está en contra del entrenador, aunque gane. Así de sencillo, y de cruel para Nuno.
Desde principio de temporada se barruntaba un inicio difícil, por la polémica «toma de poder» del clan portugués realizada a costa de Rufete. Pero la relación con la grada se ha ido agravando con resultados mediocres, pobrísimo juego, decisiones caprichosas y declaraciones absolutamente marcianas. Decir que Nuno está condenado es exagerar, considerando que el que tendría el poder de despedirlo está a 11.122 kilómetros de distancia, y no parece preocupado por el tema. Otra cosa es que consiga aguantar el pulso y voltear la situación. Parece difícil con lo borde que se ha vuelto la tribu mestallera, que pita hasta a sus propios jugadores (ayer a Rodrigo, hoy a Parejo) como amable recibimiento.
Hablar del partido es retratar una imagen desoladora en la primera parte, donde el colista fue netamente superior en todo, y un segundo acto parecido hasta el 1-0. A partir de que el equipo granota se vio por debajo en el marcador, se derritió, convirtiendo el tramos final en un paseo para los blanquinegros.
Evaluar al equipo vuelve a ser una tarea ingrata, donde solo Jaume parece aguantar el tipo (ya es el MVP de la temporada). La pareja de centrales dio pavor, en su defensa la falta de rodaje puede justificarlo. Que Nuno haya cambiado la «salida de balón volpiniana», con tres en el fondo (centrales abiertos y Fuego en el centro), por un tuya-mía kamikaze entre los centrales y el portero, es un misterio que alguien tendrá que descifrar. Pero lo cierto es que cada vez cuesta más de iniciar el juego desde atrás.
La línea de medios sigue sin estar a la altura, a pesar del esfuerzo y la entrega que le ponen, les falta activación para llegar antes en las disputas, con un Gomes que ya ha descendido al nivel del resto del equipo; para no desentonar. Los de arriba parece que empiezan a mostrar ciertos síntomas de recuperación, excepto un Piatti al que la renovación, como a otros (Parejo, Gayà) le ha relajado las piernas en exceso.
Las dos salidas de esta semana a Bélgica y Vigo definirán el devenir de la temporada. Son partidos muy importantes para dar un golpe de timón serio a la temporada. Veámoslo como una oportunidad de mejora.
Lobo
Se mascó la tragedia. Yo sentí su amargo sabor durante buena parte del partido, viendo cómo el Levante UD, sí, el colista LUD, casi bailaba a un VCF sin ideas, deslavazado y acogotado.
Nuestro querido equipo rival salió con decisión y mucha ambición, presionando duro, lanzándose al contragolpe con mala idea, sabiendo que ponerse por delante les abría las puertas del derby de par en par, con la certeza de que la grada, encabronada y harta, crearía el clima de drama que solo les beneficiaría a ellos. Eso no pasó, gracias a la providencia probablemente, porque el VCF era un flan, desbordado por el juego rival y las malas sensaciones. Y fue el VCF el que, a partir de una genialidad de André Gomes y quizá un poco de suerte, se puso por delante en el marcador. De ahí en adelante el partido fue otro, el LUD se vino abajo, el VCF encontró el aire que necesitaba imperiosamente para poder hilvanar 4 pases seguidos, y ya vino el cuasi festival.
Injusto, pero así es la vida y el fútbol. El VCF no solo no mereció golear, apenas si mereció la victoria. El LUD fue un rival duro, con oficio, inteligente y muy peleón, pero se llevo el zurrón vacío. El VCF un competidor desorganizado, pusilánime, blando y sin asomo de competitividad que no sé cómo marcó 3 goles y se llevó una victoria en forma de píldora tranquilizante para todos. Menos mal. Si el ambiente fue casi irrespirable durante el partido, una derrota habría sido casi una tragedia que habría puesto a Nuno contra las cuerdas y a la afición en entredicho. Y es que, si bien entiendo y comparto las críticas, algunos pitos y cánticos están completamente fuera de lugar. A veces la grada parece más interesada en su cruzada contra Nuno que en conseguir la victoria para nuestro VCF, algo de difícilima justificación y que nos debe hacer recapacitar a todos. A todos.
ARIAS4EVER
Resulta difícil escribir sobre el partido disputado en la noche de «jaloguin», sin caer en topicazos de terror y demás. Lo vamos a intentar. ¡Ojo!, no prometemos nada.
El partido fue una Pesadilla en Artes Gráficas (objetivo no conseguido). Los despropósitos se sucedían en todas las lineas mientras el LUD se dedicaba a dilapidar ocasiones. Jaume salvaba un mano a mano, el otro apuntaba al larguero y solo quedaba esperar a que el rival se pusiera por delante y aquello explosionara definitivamente.
Fogonazos e individualidades terminaban en goles anulados, nuestros centrales nos hacían plantearnos si realmente necesitamos centrales para eso, y Valenciastán se disfrazaba de un inmenso hater atizando a diestro y siniestro sin temor a equivocarse. No se libraba nadie, era como la continuación del partido del Calderón.
Menos mal que andaba Juanfran por ahí que tiene menos luces que Jason, se liaba con Enzo y la peña la tomaba con él antes de desaparecer por el tunel.
En la 2ª parte parecía que el VCF no podría evitar la muerte, pero en una pirueta que ni en Destino Final V, se adelantaba en el marcador y terminaba goleando a los vecinos.
Y hasta aquí el partido, que más o menos todos sabéis como fue la cosa. Vamos a «lo otro».
Partiendo de la base que cada uno hace lo que le sale de los cojones, lo que se está viviendo en Mestalla empieza a ser más inexplicable que cualquier peli de Saw. Cierto que el mal juego es merecedor de reproches, pero ¿los pitidos a Nuno son únicamente por eso? ¿Es normal pitar a jugadores antes de saltar al campo? ¿Encuentras divertido ver como sonríe Negredo ante los apuros del mister?
Lo positivo; 3 puntos más, se amplia sobre el Sevilla y recortamos 2 al ATM.
Y ahora Champions. Esperemos que no sea «Aquel partido al lado del cementerio».
hoeman
Si cualquiera que no haya visto el partido se deja guiar por el resultado pensará que ha sido un partido apacible, donde el local ha bailado al visitante; pero la realidad es que el peor equipo de Primera División (colista) bailó al Valencia, o por lo menos le igualó, durante demasiados minutos. De hecho, la primera parte fue levantinista, con un conjunto che cuyas principales estrategias ofensivas eran los balones en largo de Jaume a André Gomes, balones a balón parado de Piatti, o que Feghouli o el propio Gomes decidieran vía jugada individual.
Es cierto que el Valencia marcó dos goles anulados por fuera de juego, como también que los granotes obligaron a Jaume a intervenir más de lo que cabría esperar a tenor de la diferencia de calidades entre uno y otro equipo. Si en ataque los blanquinegros no estuvieron brillantes, en defensa tampoco: o replegaban demasiado -presión tímida a salida- o el equipo se partía en dos debido a la excesiva distancia entre línea defensiva y de presión.
Se escuchó en las gradas de Mestalla el cántico «Nuno vete ya», a mi juicio de forma totalmente justificada, y es que la afición che está cansada de ver a mentirosos compulsivos dirigiendo a nuestro equipo. Si bien es cierto que en la segunda mitad el desempeño de los de Nuno mejoró -cosa que tampoco era muy complicada de conseguir-, tuvo que ser un error del calamitoso portero Rubén (tras buen disparo de Gomes), el que propiciara un penalty estúpido que transformó un Paco Alcácer ansioso de gol. A partir de entonces, como un Valencia cualquiera incapaz de sobreponerse a la adversidad, el Levante se desmoronó. Aparte del gol, también influyó en los mejores minutos valencianistas de la temporada la entrada de Dani Parejo, injustamente pitado, que fue perfecto nexo de unión entre ataque y defensa; como en muchos momentos de la temporada pasada y la anterior. Otro error garrafal de la defensa levantinista (bien propiciado por la presión valencianista) supuso el casi-gol de Alcácer, ya que Feghouli se encargó de hurtárselo cuando la pelota estaba a punto de traspasar la línea de gol. Una temeridad ya que el árbitro podría haberlo anulado por fuera de juego (posición muy ajustada con respecto al balón). Y la obra de arte colectiva e individual fue el tercero: soberbio pase de media distancia de Parejo a Bakkali, inmejorable desmarque de arrastre de Gomes (que hace lo que en basket se denomina aclarado), mientras el belga recorta hacia adentro y se saca un chutazo.
jamacuco
El fútbol es el deporte rey, ya lo sabemos. Y no lo es por pura casualidad. Por un lado, la simplicidad aparente del juego y de sus reglas hacen que cualquiera pueda practicarlo y por tanto nos sintamos con derecho a elaborar nuestras propias teorías de lo que está bien o está mal en un partido; de si se juega bien, mal o regular; si se debe jugar con extremos o por el interior; si es mejor un jugador u otro…..Da igual que sea un partido entre alevines o la final del mundial; todos tenemos nuestra propia manera de ver el fútbol y que levante la mano quien no la tenga…. cuestión que prácticamente le dejaría descartado como aficionado a este deporte-juego-espectáculo que se juega con 22 tíos y un balón.
Por otro lado, la grandeza del fútbol viene dada por la grandeza de sus miserias. Equipos pequeños y débiles son capaces de ganar a los equipos de las figuras; equipos que ganan sin chutar ni una sola vez a portería; equipos que salen derrotados después de derrochar minutos de talento preciosista y ocasiones marradas por milímetros….Es la dictadura del gol. Tan solo es necesario tener un segundo de acierto, de suerte o de casualidad durante los noventa minutos para poder llevarte los puntos en el bolsillo. No hay una forma única o correcta de ganar partidos, las posibilidades son infinitas, y las posibilidades de que te coloreen la cara también.
Y finalmente la pasión. Es el tercer componente del cocktail futbolero. Es imposible entender este deporte sin su entorno y los sentimientos que despierta entre los aficionados. Es imposible no tomar partido ante las miles de situaciones diferentes que se dan en el pre, durante y post partido. Es imposible basarse en estadísticas, porcentajes o números para intentar racionalizar este deporte, cuando su verdadera naturaleza reside en los latidos del corazón.
Anoche en Mestalla, VCF, LUD y afición hicieron un tributo al fútbol. Fue esencia pura, sin aditivos. Un chute en vena de deporte-rey. El VCF hizo un partido indigno de su categoría y ganó 3-0 a un voluntarioso LUD que estrenaba entrenador. El primer gol se consiguió de penalty (rigurosísimo), el segundo después de uno de los pocos errores del LUD en defensa y el tercero fue un golazo del joven Bakkali en una de las pocas jugadas trenzadas del equipo. Incluso pudo caer algún gol más en los minutos finales, una vez el LUD bajó los brazos después de hacer un buen juego, disfrutando de varias ocasiones clarísimas que un portentoso Jaume logró atajar. Alguien dirá que no fue justo el resultado, pero no tiene razón. Quien lo dice no sabe lo qué es el fútbol y sus entrañas; no conoce la verdadera esencia de este deporte; en definitiva, me atrevería a decir, que no le gusta el fútbol.
El VCF ganó, haciendo un homenaje a tantos y tantos equipos que consiguieron sus objetivos haciendo lo que muchos «listillos» denominan anti-fútbol. Porque pese de la victoria, el VCF es un equipo muerto, sin alma, un walking-dead del fútbol que camina sin dirección a causa de un inoperante entrenador (sentenciado definitivamente por la grada) que no sabe sacar las mínimas cualidades a un equipo con mucho talento. Da igual que el año pasado consiguiera 77 puntos. La realidad es que hoy todo lo conseguido no vale para nada, ni te da más puntos, ni reconforta a la sufrida afición. Una afición pasional y futbolera como la que más, que dejó claro al entrenador que no lo quiere, pero que empieza a mostrar ciertos toques de desquiciamiento y desgaste (esto es fútbol puro!) cuando pita a un jugador que entra al terreno de juego (no voy a defender ahora a Parejo y sus capacidades, pero no se merece una pitada al entrar) o hacer mártir de la guerra contra Nuno y Mendes a un jugador (o más bien exfutbolista, yo no me escondo en decirlo) sentado en la grada, que vino como estrella y la verdad es que se ha estrellado defraudando la mayoría de veces que tiene la ocasión de hacerlo. Esta historia tiene visos de darnos minutos de diversión. Y es que, cuando sobre el césped no hay mucho que mirar, el fútbol es tan polifacético que nos muestra sus caras en las gradas de Mestalla, en los campos de Paterna o en las hojas de los periódicos deportivos.
Lo dicho señores. Viva el fútbol en estado puro! Viva Mestalla! y Amunt Valencia!
Saturno devora a su hijo (Francisco de Goya)