Jomi Lavarías
Empate que deja un mal sabor de boca en Vitoria, porque hoy los tres puntos, teniendo en cuenta los enfrentamientos directos de esta jornada, eran importantísimos. De poder recortar para las posiciones champions a, probablemente, quedarte un poco más lejos.
Y eso que en la primera vimos un buen Valencia. Mucho mejor, no era complicado, de lo que nos tenía acostumbrado fuera de casa. Líneas juntas, defensa algo más avanzada y control total del juego y el partido. Por fin jugábamos con un banda izquierda, Kondogbia delante de los centrales facilitando la salida de balón y, si bien no nos prodigábamos demasiado arriba sí se tenía la sensación de que podían llegar ocasiones. Penalti como una catedral birlado a Cheryshev en una decisión incomprensible y posterior golazo de Parejo de falta. Así se llegaba al descanso, con tranquilidad después de lo visto.
Y seguramente las instrucciones en el descanso fueron «vamos a seguir igual». Y en ese «vamos a seguir igual» cometió el Valencia su gran error. Ahí el Valencia debió sorprender al Alavés e ir a por el 0-2 y matar el partido. Pero se especuló y se evidenció una falta de ambición que jamás debió producirse. El equipo reculó y se le dieron alas a un simplón Alavés. Tras el empate, en otro horror defensivo, el equipo ya quiso pero no pudo. Los cambios no surtieron el efecto deseado y no se perdió muy al final por puro milagro.
Ni siquiera este empate supone una inyección anímica cara a la misión imposible del martes. Es más, igual hasta las poquísimas probabilidades que pudiera haber de creer en la remontada se desvanezcan, entre los jugadores y entre la afición, tras la imagen mostrada en la segunda parte.
Y no hay más.
Amunt.
Lobo
De menos a más y otra vez a menos. Alineación inicial extraña de Celades quizá pensando en el Atalanta, algo bastante sorprendente cuando apenas nadie confía en la remontada. Creo que todos temimos lo peor, sin embargo salió bastante bien en la primera parte. Los nuestros comenzaron dubitativos pero poco a poco, y con permiso de un blandito Alavés, se vinieron arriba y jugaron poco menos que a placer. En la trastada típica y habitual el trencilla de turno, ‘ayudado’ por el VAR, nos guindó un penalty escandaloso, pero luego Parejo de perfecto lanzamiento puso el 0-1. A partir de ahí solvencia y confianza, todos a buen nivel y sin errores, un equipo muy serio absolutamente opuesto al de las últimas citas fuera de casa. Pero en la reanudación se agazaparon, dejaron crecer a los locales que aun sin mucha profundidad se fueron echando encima de la meta de Cillesen hasta que es un esperpento defensivo llegó su gol, y el VCF se acabó. De pronto todo lo que era solvencia y fluidez se convirtió en un fútbol de patosos incapaces de hacer nada bien, ni pases, ni aperturas, ni entendimiento alguno, nada. Tampoco ayudó Celades con los cambios, que en vez de refrescar parecieron empeorar el juego colectivo, aún más. Al final un triste empate que sirve de bien poco y ni siquiera ayuda a recuperar la fe en sí mismos para el tramo final. Aunque, claro, peor es perder, no? Pues eso.
Cierto. Con ese juego imposible tener esperanza en la remontada. Pero el fútbol no es Ciencia exacta y me da que el Atalanta viene tan sobrado y favorito como fue el València a Karlsruhe,……