Jomi Lavarías

En esta temporada loca que llevamos hoy tocaba subidón. Viendo las dudas que nos dejó el partido del miércoles, hoy, en uno de los campos más complicados de la liga y ante un Athletic que venía pletórico, esperábamos desastre.

Pero surgió el Valencia de las grandes ocasiones. Recuperado el 4-4-2 el equipo se mantuvo mucho mas junto y serio que en anteriores partidos. Pero no era, al menos a mi parecer, un 4-4-2 al uso, porque en realidad el equipo mantuvo el control del partido prácticamente en toda su totalidad. Contraatacando cuando había que contraatacar, jugando al toque cuando había que hacerlo, en definitiva jugando como y cuando quiso en todo momento, maniatando al club vasco que sobre todo en la primera parte se vio incapaz de acercarse a un Cillessen muy seguro todo el mediodía. Y golazo de Cheryshev que premiaba muy justamente el trabajo valencianista.

En la segunda parte se esperaba el arreón del Athletic. Y llegó. Y con él las malas artes de los dos de siempre, de los que no pienso ni escribir sus nombres. Parece mentira que los árbitros, tan dados a tomar matrículas, hayan permitido que estos dos durante toda su carrera, uno de ellos sobre todo, hayan campado a sus anchas tanto y tanto tiempo.

Supimos sufrir y no supimos sentenciar. Una pena no haber logrado un resultado más holgado.

Demostración de personalidad de Celades, esa que desde que puso el pie en Valencia se dudó sin conocerlo, al dejar a Guedes sin minutos y pasándole por la cara como Vallejo y Sobrino hoy han estado por delante de él. Debe poner las pilas y espabilar de una vez.

Gran Valencia en San Mamés.

Amunt!


Sergi Calvo

En estos momentos, un partido del Valencia es uno de los acontecimientos más impredecibles que existen en la galaxia. En el pitido inicial, las posibilidades son infinitas, desde el bochorno más absoluto al campeonar más autosuficiente. No es bueno ésto, las ruletas rusas acaban mal, aunque cuando la bala es para el de enfrente, el alivio es máximo. Tres puntos balsámicos, tanto como los de Londres, para volver a los raíles de la normalidad y desde ahí, construir lo que se pueda.

Es algo irrebatible, la primera parte es excelente, con un Valencia muy superior y muy bien ubicado en el campo jugando a lo que juega el Valencia: Solidez y morder como serpientes a la que se pueda. Excelentes primeros minutos de partido y excelente jugada del gol de Cherishev que, sinceramente, todos apostamos por su anulación en el VAR que aquí, sí que hiló con finura exquisita su validez.

La segunda parte tocó sufrir, algo habitual en San Mamés pero hoy sí, la defensa estuvo impecable (Imperial Diakhaby) y el equipo tiró de oficio y serenidad para aguantar la tormenta que apenas fue chaparrón.

Oportunidades tuvieron los de Celades para incluso aumentar el rédito, cosa que hubiera sido incluso merecida, pero finalmente el partido fue muriendo con más sensación de agobio que peligro real.

Hace tres temporadas, también el Valencia de Prandelli consiguió una buena victoria en Gijón, sin embargo da la sensación que Celades no dirá una palabra más alta que otra y lo que otros ven motivo de desprecio incluso de burla va a ser la gran virtud del andorrano: Serenidad, mente muy fría y búsqueda consensuada de soluciones. Tal vez sea el camino.

Gran Cilessen (¿ganamos con el cambio?), magnífico Diakhaby y excelente momento de forma de Maxi Gómez, amén del esperanzador debut de Vallejo. De Cherishev mejor no hablar, a la suya va el ruso, ajeno a todo, sumando siempre.

El partido de hoy genera un montón de información y de reflexiones posibles. De su correcta interpretación y toma de decisiones futura va a depender el devenir deportivo del equipo los próximos meses. Toca encerrarse, revisar, hablar y, con serenidad, seguir caminando y encontrar algo de luz y guía en la tiniebla.

¡Ahora el Ajax!


 

Lobo

Lo dijo Celades en una de sus primeras respuestas casi nada más aparecer por Valencia: ‘El dibujo del equipo no es tan importante como el estilo de juego’. O sea, más allá de obsesiones con la disposición táctica lo importante es la intención del equipo, a qué quiere jugar y cómo pretende ganar. Y hoy lo ha demostrado. De nuevo.

Muchos van a incidir en que Celades rectifica y vuelve al 4-4-2, dando de paso la razón al mesías Marcelino. Pero yo digo que lo que hace es disponer al equipo de la mejor manera posible a su entender, dependiendo del rival y de los jugadores que puedan jugar. El dibujo cambiante de otros partidos que parecía derivar sin remisión a un 4-3-3 fijo, hoy ha sido un perfecto 4-4-2. Pero, ojo. Este mismo dibujo con el anterior entrenador nos habría deparado un partido soporífero, ultra defensivo, a verlas venir, a buscar un golpe de suerte e intentar luego mantenerse con vida. Es una forma de jugar, claro. Sin embargo el Valencia de Celades en el nuevo San Mamés ha sido de todo menos especulativo. Han jugado a dominar, a defender teniendo el balón, presionando cuando no lo tenían y yendo hacia arriba con efectivos, mucha fe y confianza. Fruto de ello el VCF ha hecho un fútbol casi total, dominando cada momento y situación del partido, creando ocasiones que desgraciadamente no han querido entrar, pero entrarán, sabiendo aguantar al rival y a la vez crear peligro tanto en estático como al contraataque. Fútbol casi total. La segunda parte ha sido más lógica, aguantando con entereza el empuje local y contraatacando de forma fulminante. Y yo, que soy resultadista, reconozco que me he sentido muy orgulloso de mi equipo, y solo algo desencantado porque la victoria, en justicia, debería haber sido mucho más abultada.

Me ilusiona. No sé si esto será flor de un día o un indicativo de lo que nos espera. Pero solo por la primera parte ya creo que ha merecido la pena el cambio de entrenador. Celades sigue demostrando inteligencia y reflejos para cambiar disposición táctica sin hacer caso a críticas, sabiondos y oportunistas dispuestos a lo que sea para justificar su postura. Y también  que hace los cambios que el equipo necesita sin fijarse en el nombre o la edad de los jugadores. Si sigue así la plantilla va a creer en él pronto. Saber que no pone a Kangin o Correia por mandato de nadie, como algunos insinuaron, porque tampoco le tiembla el pulso para hacer jugar a Sobrino o Vallejo, en el ostracismo absoluto hasta ahora, me hace pensar que el chaval tiene lo que hay que tener para comandar esta nave tan complicada a la que tantos intentan hundir.

En fin, que estoy feliz y orgulloso de mi equipo. Se puede pedir más?


La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com

Déjanos un comentario