La voluntad de querer llegar Leer, observar, vivir, soñar, recordar, aprender.... llegar.

“La voluntad de querer llegar” es el título del libro que, auspiciado por la Fundación del VCF y editado por Sargantana, bajo el patrocinio de Caixabank, ha sido revestido de oficialidad por parte del club para convertirse en el Libro señero (primero de dos volúmenes) del Centenario de la institución.

El libro merece un análisis detallado y una crítica literaria digna pero también las circunstancias tanto de su elaboración y presentación, que han generado no poca polémica en estos días. Si me permiten la molestia, me gustaría hacer igualmente referencia a estos acontecimientos antes de centrarme en lo verdaderamente relevante del asunto que es la magna obra en sí.

La voluntad de querer… participar.

Como si no se supiera hace ya algún tiempo, tras el anuncio del evento de presentación de la obra, surgieron, fundamentalmente en redes sociales, voces muy críticas con la elaboración del proyecto. Expliquémoslo: la coordinación de la iniciativa recayó en manos del erudito Alfonso Gil (prestigioso periodista e historiador con demostrada solvencia en este tipo de proyectos) que, creo que con excelente criterio, concibió la obra como un proyecto colectivo. Más allá de la simple narración cronológica convencional, el libro está dividido en artículos temáticos firmados por hasta quince autores diferentes, todos ellos voces de reconocido prestigio en el conocimiento y literatura de la historia valencianista.

Sin embargo, no faltaron voces críticas con esta selección de autores. Desgraciadamente, en lugar de tratarse de una crítica constructiva y racional (ahora hablaremos de esta posibilidad), las voces leídas han sido más bien pataleos llenos de envidia por no formar parte del proyecto y secundados por los palmeros de esos comunicadores. Los argumentos expuestos son entre triviales y peregrinos y se rebaten por sí solos, dejando en evidencia a quienes profieren tan tremendas majaderías y provocando, en su rabia y envidia, un profundo sentimiento de vergüenza ajena.

Por otro lado, se ha argumentado, de una manera algo más atinada, la carencia de historiadores profesionales en el proyecto (aparte de J. Bosch o el propio Alfonso Gil) por ser la mayor parte de los redactores básicamente provenientes del periodismo deportivo y de opinión.

Es cierto que debe ser llamativo el hecho de que, un libro de historia, no sea redactado por, precisamente, uno o varios historiadores. Secundo plenamente el argumento, y mucho más como historiador y amante de la historia del club. Pero, sin embargo, lo que deja en evidencia este hecho no es a la concepción del proyecto en sí, sino el desprecio e ignorancia al cual la comunidad historiográfica profesional ha sometido a la institución deportiva desde muchos años atrás. Si no hay apenas historiadores en el proyecto, los que deberíamos hacérnoslo mirar somos, precisamente, los historiadores. J.R. March afirmaba que “la historia es narrada por quien le interesa”. Como historiador, aunque con matices, estoy muy de acuerdo con esa afirmación.

Deberá hacerse esta reflexión algún día, con serenidad y profundidad.

La voluntad de querer… hacer las cosas bien.

Todos estos razonamientos (¡y todavía sin haber leído ni tocado el libro!) confluyen el martes 13 de noviembre en la sexta planta de El Corte Inglés en el acto de presentación del proyecto. Desafortunado acto en casi todos los aspectos.

Hemos de entender que, en el centenario de la institución, el libro oficial debe ser uno de los elementos más importantes y relevantes. Sin embargo parece que, desde el club, no existe ninguna predisposición a poner en valor la obra y empiezo a sospechar, vistos los precedentes, al mismísimo centenario en su conjunto.

La elección del espacio es lamentable por su mínimo aforo. Total indefinición (seguramente improvisada, como viene siendo habitual últimamente) entre el carácter público o privado del acto. En un espacio extraordinariamente reducido, el acceso prioritario se realizó a través de invitaciones personales e intransferibles, dejando el acceso libre (anunciado apenas) en un marco de incomodidad y apreturas más que relevante y rozando lo lamentable. No entro en la personalización de prioridades pero me parece destacable que entre los invitados “oficiales” se ignorase a grandes personalidades en la historia del club o sus descendientes directos. Algunos de ellos, de avanzada edad, tuvieron que permanecer hacinados y de pie en un acto donde deberían ser protagonistas indiscutibles. No hablo ahora de aficionados “ilustres” porque todo aficionado lo es, y debe ser tratado con igual respeto, mimo y cariño por el club. Es inadmisible y deberían exigirse responsabilidades por el hecho de que muchos de ellos quedasen fuera del recinto u optasen por marcharse ante el caos organizativo y el desprecio a los verdaderos protagonistas del libro: los valencianistas, todos ellos, todos.

Es el segundo gran evento del club en este año tan señalado: el primero de ellos (presentación del centenario) fue con acceso restringido y este segundo, un caos organizativo y lleno de incomodidades y desprecios al valencianista de a pie. Es necesaria una rectificación inmediata y la toma de medidas para que algo tan lamentable no vuelva a producirse, no sólo esta temporada sino nunca jamás.

La voluntad de… querer leer.

Libro en mano, debemos realizar dos análisis complementarios:

A. La edición, el formato, maquetación y presentación me parece sencillamente espectacular.

El libro propone una presentación y maquetación extremadamente elegante y digna. Tapa dura, detalles dorados, páginas a todo color y uso de materiales de primer nivel, convierten el libro en un “objeto” de extraordinario valor. Nada que objetar a un diseño y formato que si no la alcanzan, rozan la perfección absoluta. Es el libro que cabría esperar. Tal vez, por poner algún pero, no sobraría alguna protección (en forma de funda, sobrecubierta de plástico transparente o estuche) exterior.

El precio de venta (previo a posibles descuentos) es de 39,95 euros. Debo decir que me parece un precio, con todo respeto y empatía para todas las situaciones económicas, tremendamente ajustado y acertado.

B. El texto. Aquí entramos en el espinoso asunto de la crítica y análisis textual, complicado siempre en un libro de historia y más complicado en una obra colectiva.

La obra no escapa al habitual e inevitable defecto de su carácter colectivo: la irregularidad.

Encontramos que la división temática está, ya dijimos antes, muy acertadamente concebida. Comprendida de antemano, la organización de las páginas del libro es muy amena e invita a navegar por ella para descubrir información textual y gráfica de gran belleza y relevancia.

Podríamos clasificar tres tipos de articulado: El artículo más “clásico” de carácter narrativo divulgativo esencial, un segundo tipo basado en una cronología narrada y una tercera tipología algo más libre y personal de algunos autores.

Es en esta tercera tipología donde la irregularidad (habitual y muchas veces inevitable de toda obra colectiva) se hace más manifiesta: siendo suaves, algún capítulo es caótico y prácticamente ilegible por deslavazado y desnortado. Una lástima, pues quedan en el tintero, por ello, algunos asuntos que merece la pena recordar y tratar pero que se pierden por tener la brújula averiada.

Por último, decir que esta presentación temática genera también alguna carencia. Por citar un ejemplo, es muy escasa la información contenida sobre el campo de Algirós y se pasa muy de puntillas también por alguna etapa que pide más desarrollo temático. Aún así, como he dicho antes, el texto está razonablemente equilibrado, respetuoso y es especialmente ameno navegar entre artículos.

Es muy de agradecer también que el texto presente además voces “jóvenes” que en un futuro muy próximo, van a aportar muchas cosas interesantes en el relato de nuestro pasado. Es necesario un constante reciclaje de voces que refresca el relato y lo completa, siempre dentro del respeto y cariño y, naturalmente el conocimiento y capacitación (entra aquí la llamada a mis camaradas historiadores).

La voluntad de querer… llegar.

No es un libro, en su contenido perfecto y completo, no obstante, se trata de una aproximación más que interesante a la historia de nuestro Valencia y para todos los públicos.

Una obra temática, realizada con extremo mimo y cariño por sus autores y promotores; lamentablemente no puesta en valor con dignidad por el club al que homenajea y engrandece.

Esperando un segundo volumen (apéndice) centrado en los jugadores que defendieron nuestra camiseta y dirigido por el periodista Paco Lloret.

Por su edición y formato, por su material gráfico y por muchos de sus textos y contenidos, estamos ante una obra ya imprescindible en nuestra biblioteca valencianista.

Aprender. Siempre.

Amunt València.