Poco vistoso partido de pretemporada pero jugado con bastante intensidad en el centro del campo, lejos generalmente de ambas áreas. Se pueden ir sacando algunas primeras conclusiones, no definitivas, puesto que a estas alturas de la preparación y con la plantilla teóricamente completa a dos semanas para entrar en competición, Nuno ha apostado por un equipo y un esquema base durante bastante tiempo, 65-70 minutos antes del carrusel final de cambios, y porque el rival ha sido muy competitivo y no se ha tomado el partido como amistoso.

En general el VCF, con su clásico esquema 4-3-3 con Enzo bajando hasta los centrales y Danilo actuando en el puesto de André Gomes, ha expuesto sobre el terreno de juego las mismas lagunas y virtudes que tenía en el último tramo liguero de la pasada campaña, quizás en una dosis un poco mayor en ambos lados de la balanza. Por un lado se muestra como un equipo duro y rocoso en defensa. Si se consigue mantener a Otamendi, con la incorporación de Danilo Barbosa y el pulmón que parece haber recuperado Enzo Pérez, el VCF es difícilmente superable y no teme el choque de trenes como el que ha propuesto hoy un agresivo y correoso Oporto. Para la mayoría de rivales superar un centro del campo pegajoso, unos laterales rápidos como centellas, unos centrales de nivel mundial y finalmente engañar a un gato ágil como Ryan va a ser misión prácticamente imposible. Puede que les falte aún un poco de frescura y rapidez en sus movimientos, pero estoy seguro que en unas semanas la conseguirán.

Por contra, si al VCF se le hacía de noche el año pasado a la hora de atacar, lo visto hasta ahora muestra que se le ha añadido un eclipse que tapona cualquier posible rayo de luz de ideas creativas. El juego por bandas es inexistente y por el centro, excepto algunos arreones de los centrocampistas, no hay ni una brizna de aire fresco y con ideas para inquietar la defensa rival. La salida de balón en el centro del campo, teniendo buenos jugadores de perfil técnico y físico, es un agujero negro que se viene arrastrando demasiado tiempo para poner paños calientes. No es una cuestión de preparación de pretemporada, si no que posiblemente sea el principal defecto del equipo al que el entrenador no encuentra solución. Los delanteros, tanto Alcácer como Negredo, sobre todo éste último, no pueden aportar nada porque no les llegan balones y tan sólo la movilidad y el amor propio del valenciano hacen que aparezca en algún lance aislado. Para jugar así, sin juego creativo por parte del equipo, necesitamos otro tipo de jugador, un tipo Piojo López o Mijatovic, al que le enviabas un melón y te hacía un sorbete.

Nuno tiene mucho trabajo y pocas excusas. Una vez señalado por el dedo celestial de su amigo Peter y nombrado manager deportivo, tiene que ser capaz de buscar soluciones dentro o fuera del equipo actual. Reiterarse en el cansino discurso del «el equipo está creciendo, vamos mejorando, tenemos que trabajar…» deja indiferente a la mayoría del valencianismo, vacunado de este tipo de declaraciones desde hace años realizadas por tipos que ostentan la insignia de oro y brillantes del club pero que poco calado y resultado dejaron. La afición, cansada de mediocridades, tiene puestas unas altas expectativas con el proyecto Lim. Es hora de enseñar la patita. Y esta temporada está a punto de empezar.

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