El VCF tan solo ha conseguido un mísero empate en Ipurúa tras acabar con 10 en un partido sin ocasiones ni apenas faltas. Así lo hemos visto.

EIBVCF Drakul

Un partido malo en un campo pequeño del norte de España contra un equipo que hace del empuje su única arma no sería noticiable si el Valencia no viniera de donde viene. Venimos de la nada y en esa nada nos hemos acomodado también en este partido. Es un equipo plano, incapaz de generar juego por dentro, ni por los lados, donde los jugadores cometen errores no forzados, regalan la pelota, pierden la marca en la presión y les cuesta horrores encontrar a un compañero al que darle el balón. Parece que no hubieran jugado juntos nunca.
Repito, porque me parece importante, el Valencia suele ser así en campos como el del Eibar u otrora como el de Osasuna. Sin embargo el juego de balón de este Valencia es el peor que hemos visto desde tiempos inmemoriales. Peor que el del Valencia de Pellegrino, peor que el del Valencia de Djukic. Respecto a ellos, mejoramos en puntos por tener mayor calidad individual defensiva y porque Jaume está salvando lo que sería una catástrofe deportiva.
Y mención especial para el colegiado que ha expulsado a Orban por una jugada que solo ha pasado en su mente. La realidad es que una de las piedras de este nuevo proyecto está siendo el arbitraje. Llevamos dos años verdaderamente horribles en ese aspecto. Hoy el árbitro no puede ver algo que no ha pasado.

 

Hoeman

Me pasa que me da mucha pereza escribir sobre el Valencia actual. Hoy hemos visto nuevamente al Valencia de Nuno, al que el Eibar le ha metido un buen meneo durante la primera parte. A Neville hay que darle tiempo, pero me temo que se verá obligado a forzar las medidas que deba tomar con más premura de lo que esperaba. Algunos apuntes:
a) La principal táctica ofensiva del Valencia durante muchos minutos fue los balones en largo de Jaume que siempre acaban en botas del adversario.
b) La banda izquierda del Valencia convirtió a Capa y Keko en internacionales: desde los primeros minutos se veía venir que el gol de los vascos llegaría desde ahí (anda que no avisaron). Neville no supo reaccionar a tiempo. De Paul desaprovecha otra oportunidad más, y ahora sí en su posición predilecta.
c) Árbitro malo de solemnidad y encima chulo. ¡Cuánto daño han hecho Howard Webb o Mateu Lahoz! La primera regla de los árbitros debiera ser que a ser posible deben de pasar desapercibidos, aplicando el reglamento con racionalidad.
d) Los centros de Cancelo.
e) Empate in extremis y gracias.

 

Toni Calatrava

Otra vez gracias a Jaume Domenech, el equipo pudo sumar un punto tras un mal partido en Ipurúa. Las intervenciones del portero de Almenara están salvando a la escuadra valencianista jornada tras jornada, síntoma evidente de que algo sigue sin funcionar a pesar de la llegada de Neville.

Desde el inicio el Eibar puso un punto de intensidad superior, metiendo al Valencia CF en su campo durante casi toda la primera parte. Salvo un dibujo algo retocado (4-1-4-1 en bloque defensivo) y unas líneas ligeramente más adelantadas, poca mejoría se ha visto en esta primera semana de la Era Neville. La tónica general de pérdidas de balón y poco control del juego se mantiene; hace falta un refuerzo en la medular que sustituya a un Javi Fuego totalmente superado este curso.

Tras el gol del equipo armero entró en el partido Piatti que estuvo igual de flojo que De Paul. Poco después, en otro clamoroso error arbitral, se quedaba el VCF con diez jugadores y Jaume se sacaba otra parada salvadora para el equipo. En el tramo final un tibia reacción trajo el empate y pudo ser la victoria si Ramis no derriba a Alcácer cuando encaraba al portero eibarrense.

Hay que darle partidos al técnico de Bury para que deje su impronta, pero el cuatro puesto ya está a siete puntos de distancia y hay muchos equipos por delante. Sus declaraciones a SKY desestimando la necesidad de fichar en enero me parecen cuestionables; parece claro que quiere potenciar al grupo y hacerlo crecer, pero un par de retoques se me antojan imprescindibles.

Como punto final querría reclamar al club menos Fair Play y más enseñar los colmillos, nos estamos desangrando con los errores arbitrales y nadie levanta la voz. Una vez más queda en evidencia la «Política de Comunicación», por inexistente.

 

Lobo

Nada, no ha cambiado nada. El VCF sigue a la suya. Como si Nuno le hubiera modificado el ADN del equipo, como si hubiera programado la bios, el equipo sigue siendo un grupo de jugadores sin alma, sin garra, sin personalidad, sin profundidad, cada uno a su bola, presionando a voleo, siempre desbordados, y fallando pases como si fueran jugadores de baloncesto metidos a futbolistas por un día en un partido benéfico. Pero esto no es una pachanga, es la Liga, y las esperanzas de entrar el menos como 4ª clasificado se esfuman sin remedio.

Gary Neville, del que no quiero rajar porque apenas tengo con qué, tiene trabajo, sí, mucho, una montaña de trabajo. Pero aunque nadie espera que reconduzca la situación en dos días, y yo tampoco, al menos el equipo podía tener otra pinta, otra cara, otra actitud, otra disposición. Ser otra cosa. Pero es exactamente lo mismo, nada ha cambiado. Es desconcertante.

Tampoco ha cambiado nada en el trato arbitral. Pitar al VCF es sencillísimo, saben que aunque te jodan vivo jamás pasa nada. El club nunca protesta, modositsos que somos, y los medios que lo hacen, de provincias, claro, no molestan ni mucho ni poco, nada de nada. Total, impunidad para machacar al VCF.

En fin, es lo que hay, la nada. Paciencia y mantener la esperanza. Queda otra?

 

jamacuco

Cualquier análisis de los partidos del VCF durante esta temporada son más un acto de fe que un ejercicio de crítica futbolística. Sacar conclusiones de lo que se ve sobre el césped resulta tan fácil como monótono. Tan decepcionante como hiriente. Todos los partidos son iguales. Todos los partidos son nada. Estamos en la nada. Somos la nada futbolística. Triste pero real. Ver deambular por el campo a nuestros jugadores, haciendo parecer internacionales absolutos a todos nuestros rivales y a nuestro portero Jaume (una vez más decisivo con sus paradas, penalty incluido), es a lo que nos hemos acostumbrado.

Parece (y recalco lo de parece) que ante el Eibar el equipo mostró un poco más de carácter y personalidad, sin venirse abajo ante el acoso martilleante de un pegajoso equipo armero y un nefasto árbitro, lo que hizo conseguir el postrero empate aunque fuera de pura chiripa. Esta actitud final, como contra el Barcelona (ahí sí que se vio mucho más orden, intensidad y espíritu), pueden marcar ciertas diferencias con la etapa de Nuno. Pero no lo tengo claro. Hacer el esfuerzo en distinguir diferencias o matices entre los partidos del VCF es como elegir sábanas con diferentes tonalidades de blanco… Me viene a la mente la escena de la película «Lost in translation» en la que el protagonista, un decadente personaje protagonizado por Bill Murray, se ve obligado por su mujer a elegir el color de la moqueta de su casa entre varias muestras de un similar color rojo que le ha hecho llegar al hotel de Tokio donde se aloja. Y es que viendo la cara de Gary Neville (y su situación comunicativa) lo de Lost in translation (perdido en la traducción) viene como anillo al dedo para describir como veo a nuestro equipo.

Sin embargo más perdidos parecen los de la moqueta de los despachos del VCF. No voy a negar el tremendo carisma, honestidad y poder comunicativo que transmite nuestra presidenta Lay Hoon, como tampoco tengo pruebas para negar la falta de buena voluntad por parte de Meriton de crear un proyecto ganador a largo plazo, más bien al contrario dada la apuesta económica que han hecho. Pero me da la impresión que hay algo que no han acabado de comprender una vez tomaron las riendas del club hace un año. Y ese algo es que Meriton no ha sabido entender de forma adecuada la importancia y relevancia social de un club como el VCF, su poliédrico entorno y la competición en la que se mueven, La Liga, con sus comités, subcomités y colegueos varios. Posiblemente una mujer tan inteligente y cosmopolita como Lay Hoon ya tenga formada una mejor opinión de lo que somos y de lo que ocurre, pero de igual manera quizás Peter Lim no lo tenga aún tan claro. Pues bien, mientras esto ocurra ahí seguiremos, lost in translation. Lo que vemos sobre el césped no es más que la punta del iceberg. Y ya sabemos que un iceberg tumbó al Titanic.

 

Mario Selma

Las 11 de la noche y delante del ordenador. Dispuesto a escribir la crónica cafetera. Cansado. Del finde y del partido del Valencia, que continúa su estela inerte. Se ha convertido en un desecho futbolístico que vaga en estado cataléptico. Porque tiene y no puede. Desespera, deshoja la flor de la ilusión y, lo peor, empieza a invocar a la inapetencia, a no esperar nada del equipo de tus amores. La antesala de la desafección, el peor de los miedos para sus gobernantes.

En cuanto al partido, otra aburrida dosis de fútbol rancio e incalificable, nuevo baile táctico y físico -la pata de nuestra mesa- de un equipo menor. Que sí, que el Eibar de Mendilibar está muy bien trabajado, está de moda y la tabla lo refrenda, pero no se puede justificar este dislate jugándose la vida en la jornada 15, en pleno diciembre. Es inadmisible acabar el partido con 0 disparos entre los 3 palos -para los del vaso siempre a rebosar, podéis sumar el churrinoséqué de André para no dejar ese casillero en blanco y agrandar la hazaña en 180 minutos a domicilio- y sufrir con un Abdennour que recuerda al Rami petardo, pero habiéndote soplado casi 20 kilos más. Fruslería, fruslería, que cantaría Bisbal. Un Orban para abrirle las puertas a Boca, un Fuego en horas bajas, un Danilo “augustizado” y un André nadainfluyente al nivel del Parejo en quien cobráis vuestras fobias. Un Cancelo patapalo -Barry, no estás solo- y un De Paul que poco a poco va quemando las excusas de la oportunidades al no aportar nada de lo que insistimos en presuponer porque sí, le otorgamos esa gracia arbitraria y caprichosa. Pues hasta que no demuestre lo contrario, y aun reconociéndole sus dotes técnicos, será un bluf. El único poso positivo a rescatar es Jaume mimetizado en Alves, un Mustafi siempre atento y providencial y Negredo como vector decisivo en las 2 jugadas más “destacadas”. Al igual que no haberse acongojado al sufrir gol y expulsión -¡habemus psicólogo!-, como hasta ahora, y sacar una pizca del exigido orgullo para aliviar un luminoso desgarrador.

Si no hay milagro, van encaminados a que aquel invento de ‘temporada de transición’, que sigo rechazando de plano, nos trenditopiquee estos 5 meses de aguantarnos. Pues no señores, si lo hacen realidad átense los machos, porque esto es el Valencia CF. Y después de rajar, mañana todos como un clavo atentos al sorteo de la competición de consolación. Somos así.

 

ARIAS4EVER

Cuando marcó el Eibar, el 96,25% de los valencianistas pensamos que ahí se acababa el partido y la única duda consistía en saber si encajábamos algún gol más.

¿Que fuma el 3,75% restante? Ni idea. La primera parte resultó ser la parte contratante de toda la temporada. Desastre absoluto, ni adrede se pueden hacer la cosas peor. También tiene su merito; que en tantos partidos 10 de los 11 jugadores alcancen ese nivel de incompetencia, no es fácil. Olé por ellos.

Se salvó el de siempre, Jaume. Le podemos sacar los defectos que queramos pero nos salva el culo, partido si, partido también. Para redondear el panorama apareció el arbitro. Joer, debes tener muy claro lo que has visto para sancionar con penalti y expulsión. Lo clavó el tío. No era nada.

La 2ª parte nos permite tener cierta esperanza. El equipo mostró algo de orgullo. A ver, tampoco es que fuera una cosa para volverse loco, pero a diferencia de otros partidos si que se vió voluntad de cambiar las cosas ¿Brotes verdes? Ni mucho menos. Pero viniendo de la desidia más absoluta, la reconstrucción que emprende Neville debe apoyarse en ese mínimo de dignidad y en la labor del portero. A día de hoy no hay más… hasta que vuelva Enzo.

 

 

 

 

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es

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