Hoeman
Segunda derrota a domicilio y empiezan las neuras. De nuevo un partido igualado, que podemos afirmar, se ha decidido por aciertos y desaciertos de uno y otro. En el primer gol Pereira la pierde al borde del área con el equipo volcado, y después la defensa no consigue despejar lejos del área. En el segundo, es un balón en largo milimétrico de su portero (¡qué golpeo con los pies!) Dmitrovic a banda izquierda, Lato anda lento de reflejos -ni anticipa recepción, ni encima una vez controla Alejo- y otro centro milimétrico al área que remata a gol Jordán.
Más que el nivel ofrecido por los titulares o suplentes (horrendo partido, a pesar de la asistencia de gol, del triunfito Pereira, y de Lato, aunque egoístamente le vendrá bien para ser mejor futbolista; Montoya también anduvo por sus fueros), lo preocupante es que Marcelino parece no tener variantes tácticas, y ello con las ausencias de cracks como Soler o Guedes, se nota. Guedes es el jugador más importante del equipo en la construcción de contragolpes -ejercía de punta de lanza, de primer atacante- y Soler probablemente el segundo. Sin Guedes una parte importante de la estrategia de Marcelino se resiente. Después, a nivel creativo, el equipo se muestra bastante romo, depende en demasía de la distribución monocorde de Parejo, de arreones de Kondogbia y sobre todo, bajadas de Rodrigo: ya va siendo hora de utilizar a Carlos Soler, cuando esté bien, cerca de la base de la jugada. Y quizá más minutos para Maksimovic, pero Parejo parece intocable para Marce. El gran problema de Parejo es que sólo sabe jugar a un ritmo, además relativamente lento, independientemente de lo que necesite el equipo. Hoy se ha notado.
Algún detalle más del partido: nuevamente las faltitas del Eibar, no sancionadas por el árbitro, facilitaron la defensa de los vascos. Son pequeñas cosas sin importancia que en el transcurso de un encuentro pesan más de lo que parece.
Jomi Lavarías
Falta de frescura. Así, con esta única frase, resumo el partido que ha jugado el Valencia esta tarde en Ipurúa. Cansancio, bajas, plantilla corta…cualquier factor de estos puede explicar dicha falta de frescura, no sólo evidenciada hoy, si no que ya viene de unas cuantas jornadas atrás. El Valencia está pidiendo a gritos el parón navideño para recuperar sensaciones, las mismas que nos han traído hasta aquí, a llevar 34 puntos en estas 16 jornadas jugadas. Y si puede ser, que algún jugador o jugadores puedan venir a reforzar esta plantilla en el mercado invernal y hacerla un poco mas larga, porque a día de hoy los titulares son muy titulares y los suplentes muy suplentes.
Y es que hoy, ante el equipo eibarrés se han notado demasiado las bajas en defensa de Garay y Murillo, la de Soler en banda y la de Zaza arriba, pese a que Santi Mina, bajo mi punto de vista, ha firmado un muy buen partido con gol incluido, pero claro, no es Zaza. Los vascos nos han sometido a una presión sin descanso durante todo el partido, muy encima siempre de nuestros jugadores, que en ningún momento, salvo contadísimas excepciones, han podido sobrepasar. Ni siquiera después del empate que parecía que podríamos llevarnos el gato al agua, hemos estado lo suficientemente lúcidos, no ya para remontar el 1-0, si no para acercarnos a su área. Mal partido en definitiva, con dos fallos defensivos que nos han costado los dos goles, y a seguir peleando, ya que aún mantenemos un buen colchón de puntos con el quinto clasificado. No quememos la falla.
Amunt!
jamacuco
Derrota en un partido muy flojo del VCF. Sobre todo en la segunda parte que estuvo a merced del todopoderoso Eibar. Pero no pasa nada. Ante todo, tranquilidad. Que no cunda el nerviosismo. No se puede negar que el equipo está en un bache de juego y de resultados, pero también es cierto que tenemos numerosas bajas y que algún jugador no está en su mejor momento de forma. Es lógico: plantilla corta, desgaste piscológico y físico, los rivales te conocen,….. Además hay mucha gente joven no acostumbrada a soportar de forma continua la presión de la alta competición. Pensemos que ayer en el VCF actuaron Lato y Nacho Gil (que vienen de 2ª B), Vezo y Andreas Pereira (jugaban en el descendido Granada) o Guedes (joven que acaba de salir de su primera lesión grave). Por todo esto, no nos alarmemos. Un par de fichajes, un par de jugadores claves recuperados y una mejor forma después del descanso navideño, seguro que reconducen al equipo al camino correcto, que no es otro que la lucha por la Champions.
De todas formas, la derrota no nos debe eliminar nuestra capacidad de análisis o crítica, siempre de forma constructiva, para intentar pulir las aristas de un equipo que no acaba de ser redondo. Por un lado, Marcelino. Y no, no lo voy a criticar en su buena labor realizada en el banquillo. Pero creo que tampoco estaría de más que el míster se plantee cambiar su archiconocido 4-4-2 en días como el de ayer en el que te faltan varias piezas básicas; o a la hora de realizar los cambios, en que quizás pecó de tribunero al meter en los minutos finales a Guedes (sin ritmo) y Ferran (debutaba ayer) lo que sin duda no ayudó en absoluto a mejorar la situación del VCF en el campo. Más bien al contrario.
Por otro lado, el centro del campo. Concretamente, los dos mediocentros. Siempre ha sido el punto débil de la estructura de equipo del VCF (en mi opinión). Falta control y liderazgo en los momentos difíciles, en esas situaciones en las que hay que saber jugar al otro fútbol. Y viene ocurriendo durante toda la temporada. La diferencia es que antes ocurría durante unos minutos (partidos contra Real Sociedad, Athletic, Betis, Alavés….) y ahora ocurre durante medio partido o más (Getafe, Celta, Eibar). Si a esta falta de control se le une que el punto positivo de la velocidad por bandas (Guedes y Soler) y la lucha de los dos delanteros (Rodrigo y Zaza) ayer no estaban por diferentes razones, tenemos un equipo endeble en la medular. A día de hoy ni Nacho Gil ni Pereira (este chico está desaprovechando sus oportunidades) no son ni la sombra de lo que conseguían sus compañeros Soler y Guedes en los primeros 12 partidos de la liga. De igual manera Mina (que está cumpliendo cuando sale) dista mucho de la intimidación a los rivales que ofrece Zaza. Y el siempre activo Rodrigo no está acertado siempre.
En algún partido Kondogbia parece haberse crecido para superar las adversidades. Sin embargo Parejo, después de 7 años en Valencia recubierto de excesiva benevolencia mediática, ya sabemos cuáles son sus prestaciones. Necesitamos un recambio de garantías cuanto antes.
Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es