Drakul

Cuando estás en crisis, Paco Alcacer, uno de los mejores jugadores en España que mejor define los unos contra uno lo falla en una jugada que te hubiera dado tranquilidad.
Cuando estás en crisis, tras hacer la primera mejor parte, tacticamente hablando, de la temporada te vas a la caseta perdiendo por un gol en propia puerta.
Cuando estás en crisis el árbitro no ve unas manos dentro del area de Las Palmas. Ni tu delantero a medio metro las ve ni las reclama.
Cuando estás en crisis, Cancelo que nos había enamorado con sus centros la centra al Bar de Manolo.
Cuando estás en crisis Negredo no acierta a darle al balón en el último minuto.

Cuando estás en crisis solo sirve ponerse en positivo, tirar de aquello que funciona y a mi hoy me ha gustado mucho el doble pivote formado por Danilo y Zahibo. El centro del campo ha tenido mas consistencia de lo que había tenido hasta ahora en toda la temporada, Las Palmas ni ha pisado area en la primera parte, los centrales parecían mejores (suele estar relacionado) y si Parejo hubiera estado medianamente acertado en la zona de tres cuartos… estaríamos en crisis, pero un poco menos.

 

Hoeman

Llego a casa. Enchufo twitter. Enchufo el partido. Justo en el descanso. Leo twitter. Todos rajando de Piatti. Empieza la segunda parte. Piatti en modo estelar, se saca la chorra hasta que el iluminado de Neville le quita del campo. Golazo de Alcácer en jugada que inicia Piatti. Ayudas defensivas a Gayà, con licencia para subir. También saca del campo Neville a Rodrigo, que estaba kuiteando como nunca. El vendehumo es un genio técnico. Casi tanto, o incluso más, que el faraonito (de capa caída desde que saca (imagínese en plural mayestático) pecho de su temporada). Gayà pudo ser expulsado por falta clamorosa, probablemente condicionada por no tener a Piatti cubriéndole las espaldas. Ya en rueda de prensa, ningún periodista capaz de preguntar por los cambios fallidos del técnico de Yuppi, que rompieron la dinámica del equipo. Da tiempo para escuchar elogios a las grandes actuaciones de Negredo (sic), Parejo, Ryan , etc. etc. Nuno II pero sin fantashticos. Neville invita a ser óptimistas «porque tiene buenas sensaciones».

Llegaron los silencios,
tras los buenos centros,
¡imaginad, eran de Barry!,
mientras tanto, en la malvarrosa,
había un balón, que,
rodaba y procedía
de las botas de Cancelo.
Ni un quejido se oyó,
no se llamaba Antonio,
el autor.

 

Jomi Lavarías

Instalado en la depresión. Así me encuentro tras el enésimo fracaso de nuestro equipo esta noche ante los suplentes del Las Palmas. Sí, todo un Valencia millonario en cuartos de final de Copa jugando contra el equipo B de Las Palmas no ha pasado del empate, un triste empate.

Cuando crees que ya nada puede ir a peor, estos jugadores se empeñan en dar una vuelta de tuerca más para firmar la temporada más nefasta de los últimos años. Hoy donde muchos veis una cierta mejora en el juego, sobre todo en la primera mitad, yo veo a un equipo desangelado, sin alma, un cadáver andante en pleno proceso de descomposición. No hemos sido capaces de acabar casi ninguna jugada. Cuando no era el último pase el que se daba al contrario, era un fuera de juego o un inoportuno resbalón. Y para colmo, te meten un gol sin que el rival te cree ni una ocasión de gol. Estamos abocados al desastre, al abismo. No tengo ni un solo motivo para ser optimista. Lo único que quiero y deseo es que esta temporada termine cuanto antes y con el equipo salvado con cierta holgura. O incluso sin holgura, pero salvado. Me da igual la Copa y la Europa League, no me interesan nada. Sólo salvar el pellejo. La última jugada del partido es fiel reflejo del momento esperpéntico por el que estamos atravesando. Un balón franco a tu delantero de 30 millones, uno de ellos, sólo en el punto de penalti, y a la hora de rematar tropieza y se cae. De verbena.

Y la imagen que hemos exportado hoy al exterior, a nivel de institución, de club y de afición es absolutamente lamentable y patética. Unos cuartos de final de Copa, a cuatro partidos de una final, y el estadio vacío. Lo triste es que aunque hubiera sido gratis, la entrada no hubiese sido mejor. Todo, todo en este Valencia se ha desmoronado com,o un castillo de naipes.

 

Lobo

Gary Neville pidió públicamente a sus jugadores que mantuvieran la intensidad a tope desde el minuto 1 hasta el final. Nada de salir dormidos, nada de dejarse ir hasta que las cosas se complican para empezar a mover el culo. Y el VCF salió bien, con ganas, con intensidad alta, corriendo, apretando arriba y echándole orgullo. El medio campo funcionaba y Las Palmas reculaba. Las bandas eran un lastre, sin desborde ni peligro real, pero el equipo jugaba medio bien. Aunque sin resultado. El espejismo duró unos 20 minutos. A raíz de una lesión, Quique Setién reorganizó las posiciones en medio campo de sus jugadores y desde entonces Las Palmas asumió el control del partido mientras el VCF se diluía como un azucarillo.

Diría que el equipo ha mantenido la intensidad, las ganas y el esfuerzo, pero técnica y tácticamente no va, no sabe nunca qué hacer, siempre está sobrepasado, desorganizado e improvisando, con presión solo a ratos, y en todo caso desigual. Es el VCF más insulso e inoperante en años y años, un auténtico muerto viviente que solo funciona a arreones, con arrancadas y jugadas individuales, curiosamente lo mismo que pasaba con Nuno. Y de nuevo Las Palmas ha tenido las ideas muy claras. Han sido incluso temerarios con esa defensa adelantadísima, más aun que la local, pero jugaban con cartas marcadas. A estas alturas todos saben ya que el VCF se ahoga si ahogas a Parejo, un tipo desesperante que parece tener una cláusula en su contrato que le obliga a sobar siempre el balón y dar 3 vueltas sobre sí mismo antes de soltarla. Justo lo que no hace el VCF, que siempre deja al creador rival moverse con tranquilidad. El medio campo del VCF es una pena juegue quien juegue y donde juegue, más atrasado o adelantado. No pueden contra ningún medio campo rival, nunca. Es increíble. Además no parecen tener mecanismos ni la inteligencia suficiente para desbordar una defensa tan adelantada. Esta vez lo han conseguido solo en contadas ocasiones, que luego han desperdiciado para desespero de los 4 gilipollas que hemos ido a Mestalla. Porque esa es otra. Volver cabizbajo con la impresión de que los que se han quedado en casa han hecho bien, es duro de cojones.

En fin, que el decorado no cambia, la decadencia del juego del VCF es ya palmaria. No avanzamos, involucionamos, nada mejora, empeora en todo caso. Y mientras el del liderazgo sorprendiendo a propios y extraños con un discurso calcado sea cual sea el partido pero sin conseguir nunca revolucionar el partido con sus cambios. Empieza a aburrirme. Peor, empiezo a desconfiar muy en serio. Cuando algo parece caca y huele a caca, puedes apostar que es caca, y normalmente acertarás. Pido a la providencia equivocarme.

 

jamacuco

De culo. A este equipo no le sale nada y hasta la suerte le ha dado la espalda. La actitud y la intensidad en el juego, sobre todo en la primera media hora de partido, han sido superiores que en los últimos partidos en liga. Sin embargo no es suficiente. Falta fútbol. Falta mucho fútbol. Al equipo le falta rodaje, compenetración, seguridad. Falta hacer las cosas sencillas, una y otra vez. Parece mentira que vengan de una temporada pasada más que aceptable, sobre todo en cuanto a resultados.

La defensa tiene lagunas importantes. Ocurre en todos los partidos. Las Palmas apenas inquietó la zaga valencianista, pero con muy poco cualquier equipo es capaz de ponernos en aprietos. Si a esto le sumamos la mala fortuna del gol en propia meta, ocurre que nos vamos al descanso perdiendo pero sin tiros a puerta del contrario. Alucinante!! Y eso que los primeros minutos valencianistas invitaban al optimismo.

La segunda parte fue un quiero y no puedo. Las Palmas, un equipo ordenado y con buena salida de balón, controló en todo momento el intento de creación de juego del VCF que fue siempre muy previsible, ramplón, sin chispa ni imaginaicón. Afortunadamente Alcácer pudo hacer la segunda gran oportunidad que tuvo, a diferencia de Negredo (que salió mediada la segunda parte a pastar sobre el verde de Mestalla cual vaca en un buen año) que una vez más marró una clarísima ocasión en un momento clave del partido. Nada nuevo por otra parte. La confianza en Negredo se ha convertido en un acto de fe, aunque sus fieles son ya prácticamente inexistentes.

He oído muchos comentarios catastrofistas después del partido. Los entiendo, y hasta de algún modo los comparto. Sin embargo me parece que estamos en el momento clave en el que creo que, sinceramente, el equipo va a remontar. Me da la impresión que tanto Neville como algunos pesos pesados del vestuario (los pocos que puede haber, muy pocos) han pegado un puñetazo en la mesa. Las luces rojas de emergencia se encendieron tras el partido del Rayo. El caso de la capitanía es un ejemplo. Espero no equivocarme.

 

Mario Selma

Llegaron unos cuartos coperos que, con el lunar de ver un Mestalla desangelado, a modo de borrachera frenética conseguían mitigar momentáneamente la pena doméstica. Minutos previos agitados por dos novedades; Ryan le arrebataba el puesto al portero más destacado de La Liga y Alcácer el brazalete a Parejo. La primera era casi esperada por el momento más dulce del australiano, si bien el cambio de primer capitán en mitad de una temporada fue, por inusual y diría que inédito, una decisión sorprendente.

¿Cómo se puede extraer algo positivo de un triste empate en casa contra la segunda unidad de un recién ascendido jugándote el pase a unas semis? Si es que ni haciendo un esfuerzo titánico tienes algo que echarte a la boca. Al menos como conjunto, que sigue dando auténticos quebraderos de cabeza a su militancia. Esa que pierde enteros en momentos clave como en una noche de cuartos de final (última vez en mismas circunstancias, contra el Levante, hubo 39.000) y que volvió a manifestar su pesadumbre ante la situación de crisis deportiva. Porque sí, porque se puede decir abiertamente que el equipo está inmerso en una espiral de negatividad cuya dinámica solo lleva a pensar en escenarios oscuros, muy preocupantes. Si llega a estar más acertado el nuevo capi o el exfutbolista de élite, quizá estaríamos hablando de otra cosa. Pero eso es precisamente la mencionada espiral, que todo nos va de culo. Jugadores bloqueados y gafados. “Las Palmas B apenas ha llegado, no hemos sufrido atrás”. A ver, el rival, que ha venido casi obligado por calendario, ha jugado con dos marchas menos en Mestalla y con el carro del pescao. Un poquito de por favor. Que los canarios no hayan hecho méritos para llevarse el partido no hace pasable la incapacidad para superarlos por parte de los nuestros. Pero oye, si queremos conformarnos con eso, adelante. Hay hueco para todo y todos.

La decisión personal de Lim respecto al cambio de entrenador y elección de Neville empieza a pesar demasiado. A cada partido sin aspectos colectivos positivos que rescatar, a cada resultado insuficiente, a cada victoria que no llega, a cada cambio desacertado, a cada maniobra infructífera para voltear adversidades. Tras todo ello, luego el camaradísimo se sienta y nos suelta un discurso de cuña nunista que tira para atrás. Yo hoy lo veo negro negredísimo, qué quieren que les diga. Y empiezo a oler a muerto. A por los 40 puntos.

 

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