Hoeman

No entenc les critiques a l´equip, i tampoc a Marcelino, tras el partit de hui. Per a mi, el València ha fet un partidàs, especialment en la primera meitat; on ha domitat els espais, ha fet una pressió molt agressiva (i brillant) als jugadors que portaven o anaven a rebre l´esfèric, i ha tingut moltes aproximacions a l´àrea rival i alguna ocasió de gol molt clara. Un dels principals canvis en la proposta del jóc per part de Marcelino ha sigut que Parejo apareixia menys per a sobar la bola, el València jugava més directe i vertical, con més protagonisme per a Guedes (no especialment encertat, encara que ja cansa que mai li treguin targeta al defensor rival tot i que fan les faltes sense possibilitat de arrivar al baló o una vegada ja ho ha deixat anar), Soler (per a mí, el millor a nivell ofensiu de l´equip, tot i els centres de final de partit) i Coquelin (que ha baixat en la segona però a la primera el seu acompliment ha sigut altíssim). Paradoxalment, menys intervenció (i retenció) de Parejo ha suposat un millor rendiment del capità. Personalment, créc que aquest València está confeccionat pero a jugar a camp obert, en intercanvi de colps, més british. Esta temporada el millors minuts del club han sigut així. Ben cert és que la segona part ha baixat el nivell colectiu, també per el got d´aigua freda que ha suposat el gol del Sevilla, en un gran contracolp que ha agafat als de Marcelino en calçotets i que els sevillans han sabut resoldre amb encert. Precisament lo que es troba a faltar en el València: encert en els últims metres i millorar en les eleccions, així com més arribades des segona línia. Han trepitjat molt l`àrea defensada pel Sevilla, però pareixia que mai arrivaria el gol. La desesperació feia acte de presència en la grada i en els jugadors, i just quan molts donaven tot per perdut apareixia Diakhaby (que va eixir per Paulista, lesionat, esperem que no siga greu) per a imposar justícia en el marcador. Jugant como hui, sempre em trobaré al costat del València.


 

Peris

I en el 92 vam empatar. Que jugant al símil de comparar el futbol amb la boxa, no és una victòria als punts, però sí val per sumar un poc més i no fer més gran la diferència amb el Sevilla. Amb una primera part bona però carent d’encert al gol, altra vegada, i una segona més dura pel pas endavant del rival i el gol en contra que al final va tindre un mal menor amb el gol del francés Diakhaby.

El Valencia CF te un problema. Més bé l’entrenador. No dona amb la tecla. Probablement estiga treballant de la mateixa manera que l’any passat, però vista la taula classificatòria, cal modificar el llibre de jugades. Només queda eixa eixida per aconseguir que l’equip jugue, mínim, com els trams inicials de la primera part. Ja te la solidessa defensiva guanyada, ara cal buscar ser més incisius en la creació de ocasions. I vore si la gestió del vestuari ha sigut la correcta. Pot arribar a ser mosquejant que un jugador que ha demostrat una solvència l’any passat com va ser Murillo, amb fitxatge definitiu inclòs, s’haja desconnectat. Pot arribar a ser mosquejant que el teu fitxatge estrela, encara que siga per cessió, no aporte el que ha d’aportar i no siga capaç de motivar a eixe jugador. I pot arribar a ser mosquejant que d’un any a altre les cares de Rodrigo, Parejo, Kondogbia i altres més siguen les mateixes, però no les cames, ni la resolució a les acccions al camp.

La clau per revertir és treballar l’aspecte psicològic i ser just amb la presa de decissions en el dia a dia. I fer autocrítica. L’altra és més dràstica i no es contemplable de cap manera. Sempre defendré la continuitat dels entrenadors. I més encara en este cas, on te control a totes les parcel·les que tenen alguna cosa a vore amb la gestió esportiva.

El pròxim pas, la setmana que ve, a Èibar. I un caramelet amarg entre setmana, despedir la Champions per esta temporada en un partit contra el United que no valdrà per a intentar tornar a mostrar els bons trams i que ha de servir per donar minuts als menys habituals i a Batshuayi, per si recupera valor i confiança.


 

Jomi Lavarías

En otras circunstancias, el hecho de marcar el gol del empate en la última jugada de un partido que considerabas una final, hubiera supuesto una explosión inmensa de alegría. Pero no ha sido el caso de esta tarde. Otro empate que no sabe a nada, o quizás a una nueva derrota, y que está convirtiendo esta temporada en un camino sinuoso y tortuoso hacia no sabemos muy bien adonde.

Yo ya hace algunos partidos que doy la temporada por perdida. Hoy ha sido una nueva confirmación. No es nuestro año. No hacemos las cosas bien y no hemos acertado en los fichajes de verano (para mí sí acertamos en las salidas que se produjeron) porque ninguno suma, más bien restan. Y la fortuna, esos pequeños detalles que a veces deciden los partidos, tampoco está cayendo de nuestro lado. El cuerpo técnico parece desbordado. Como dice Marcelino, trabajan igual que el año pasado, pero esta temporada no salen las cosas. Los futbolistas son incapaces, parece que se les ha olvidado jugar a esto. Hoy, a excepción de Wass, el equipo era el mismo del año pasado, ese equipo que sin querer metía goles a puñados. Esta tarde, a los dos minutos, Garay remata de cabeza y de putísima madre una falta que el portero rival saca haciendo un paradón. El balón le cae a Mina, a un palmo de la raya de gol y su remate lo saca de nuevo el portero. Jugadas como esta ya hemos visto unas cuantas esta temporada. Es increíble. Es inexplicable lo que ocurre a este equipo de cara al gol.

Y el rival te llega una vez y encajas. Y luego te llegan mas dudas todavía. La reacción no llega y te vienes abajo. El deslavazado Valencia hace su presencia y hoy no te has ido a casa con un 0-3 de milagro. Al final, en el descuento sí hubo suerte… pero seguramente si esa suerte la hubiéramos tenido en el minuto dos en lugar de en el descuento el signo del partido podría haber cambiado.

Amunt!


 

Sergi Calvo

Hoy es el partido en el que los análisis que se quieren redactar y los que muestran la realidad tal vez más difieran de los últimos tiempos.

El Valencia NO ha hecho una buena primera parte. Dos oportunidades apenas y un juego estéril y golpeando siempre contra el muro sevillista. Salvo la inicial a los pocos segundos, ni una sola ocasión clarísima ha tenido el Valencia. ¿Ritmo? ¿Buen juego? Tal vez pero todavía a años luz de lo que debería ser. No vale como argumento a no ser que, eso sí es aceptable, abracemos la realidad: Este equipo no da para nada más.

El Valencia NO mereció ganar ni nada más que otro paupérrimo empate que sólo sirve como paño caliente en el enfermo moribundo. El Sevilla no pasó grandes apuros más allá de ser dominado y cuando perdió unas décimas de respeto a los ché: un gol ( a la primera, sí, pero el balance defensivo en esa jugada es lamentable) y la casi sentencia con el disparo al poste a puerta semi vacía. El Sevilla mereció ganar porque el Valencia no hizo absolutamente nada.

Parejo no ha dado cuarenta y cinco pases de gol. Lleguemos a la estadística real: una asistencia. Expliquémonos, cuando alguien saca todos los córners y faltas del equipo, alguno, de rebote o en propia puerta acaba entrando y… ¡plim caja! para los fans. La pseudoestadística hablará de tres o cuatro “pases de gol” (¿qué es un pase de gol?), falso, un balonazo largo a Rodrigo y ya. El problema radica es que esos argumentos son utilizados por muchos para tapar el bochornoso espectáculo que, una vez más, ha ofrecido nuestro capitán. El balance defensivo del 10 es lamentable, sus bajadas a trote cochinero, siempre detrás del balón y sus estériles amagos de presión ya son manifiestamente insultantes para la afición. Si hablamos de su juego ofensivo (de ataque): A la vista está la no precisamente infinita cantidad y calidad de los recursos del creador de juego del equipo que en realidad no crea absolutamente nada. La trampa de Parejo es decir que “Los otros están peor” porque es no asumir la responsabilidad del playmaker sobre el juego colectivo, y “Vale, no está bien pero…” porque es negar que Parejo resta, resta, es negativo para el juego del equipo, no es que no moleste o sea intrascendente, ojalá el juego del capitán fuera únicamente intrascendente, el problema es que es una losa, una rémora tanto en aspecto defensivo como en el ofensivo. El club está esperando el momento propicio para anunciar su renovación según se dice en los mentideros…. Que en tres meses ese momento propicio no haya llegado, invita a darle una vueltecita al asunto por lo menos. Dije hace tiempo que éste es “El Valencia de Parejo y mientras así siga siendo no habrá solución”. Lo reafirmo.

El empate a última hora no es sino una ficción, Marcelino está absolutamente superado y no da ningún síntoma de reacción. Ninguno. Analicemos sus cambios hoy: Hombre por hombre sin ningún cambio de dirección ni recurso alternativo.

Cuando quieres diferentes resultados, debes elaborar diferentes procedimientos. Si Marcelino no cambia… los resultados no cambiarán. No es una cuestión de paciencia y persistencia. No lo es.

Eso son obviar que el estado de forma de algunos jugadores es lamentable: Guedes es una sombra, Rodrigo se ha desvanecido y el esfuerzo constante de Wass es equivalente a su incompetencia, la indolencia y la autocomplacencia (“no merecemos esta situación”) está arrastrando o desesperando al resto de compañeros. Esto se cae.

No hay luz: el gol de Diakhaby no es un punto de esperanza o inflexión, es NADA.

Me pronuncio: No soy partidario del cese de Marcelino, en absoluto, creo que sería un grave error que agravaría más el problema. No obstante creo que ha llegado el momento de asumir (y firmar) una posición en una muy discreta media tabla y, salvo reacciones que no se esperan ya, comenzar a intuir un cambio de timón importante en tiempos venideros y tal vez más oportunos.

La temporada más ilusionante se ha tornado en una desilusión de proporciones bíblicas.

Es una pena.

Llegó el momento de cambiar el chip, disfrutar con un centenario que el club nos niega y que pase pronto este homenaje a un equipo mediocre y que no cuajó.


 

 

 

 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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