Jomi Lavarías
Cuando en el minuto 25 el partido iba 2-0, con el equipo jugando de manera plácida ante un rival que parecía una perita en dulce, nos las prometíamos muy felices pensando que la vuelta en Rusia iba a ser un mero trámite. Incluso cuando Gameiro fallaba inexplicablemente un gol prácticamente a puerta vacía tras una jugada colectiva enorme en una contra rapidísima. Esos primeros treinta y cinco minutos fueron de un nivel altísimo, seguramente lo mejor que hemos visto en toda la temporada. Se venía noche europea mágica en Mestalla y goleada. Nadie lo dudábamos. Pero a partir de entonces, los rusos, como si alguien hubiera accionado un click, comenzaron a tomar el control absoluto del partido. Y prácticamente desde ahí hasta el minuto 80 fue un absoluto meneo del Krasnodar al Valencia.
Es probable que se juntaran varios factores para que ocurriera algo así. Que el Valencia ha dado un paso atrás es evidente, no sé si buscando un menor desgaste físico o quizás, dándole el balón al Krasnodar, tratando de lanzar contras para finiquitar el partido y por ende la eliminatoria. Pero tampoco hay que subestimar al equipo ruso. Ha quedado demostrado en Mestalla que es un buen equipo. Y el hecho que esté a estas alturas en la competición europea también lo demuestra.
En ningún momento el Valencia ha sabido contrarrestar la presión muy arriba del Krasnodar. No pudo sacar ni un solo balón jugado desde atrás. Todo eran pelotazos y pérdidas continuas, el balón no nos duraba ni un segundo en los pies. Afortunadamente ellos no han gozado apenas de ocasiones. Tan solo un error atrás de Piccini que se dejó fácilmente coger la espalda metió al Krasnodar en el partido y muy de lleno en la eliminatoria.
La vuelta se antoja muy complicada. Obligados a marcar sí o sí. De dejar la eliminatoria casi sentenciada a un partido de vuelta realmente muy difícil. Pero lo único cierto que sabemos es que vamos por delante.
Amunt.
Peris
Quan, en acabar el partit, les càmeres van enfocar a un Piccini a la gatzoneta, dient que no amb el cap, la metàfora estava servida. Una primera part, que es podria haver definit al huitanta per cent l’eliminatòria, va donar pas a una segona on el Krasnodar va mostrar-se com un equip amb coses interessants i que no va a donar facilitats allà en Rússia. Probablement estariem parlant d’altra cosa si Gameiro fica dins eixa clara oportunitat. No ho sabrem mai. Però anem a vore el got mig ple. Anem a pensar que la segona part es un avís a navegants. Este grup de jugadors ha eixit d’on estava amb un llibre de jugades molt clar: tensió, treball en conjunt i ritme en les dos situacions del jocs, amb la pilota i sense ella. De fet, el gol en contra ve d’una absència de tensió al centre del camp, perdent la pilota i facilitant la passada en profunditat a l’esquena de Piccini.
Tornant a la tensió i al treball grupal, no tinc cap dubte que el 14 de març, el principi de la festa fallera tindrà un component de festa en blaquinegre, celebrant el pas d’eliminatòria. Sense tensió, tocarà beure per oblidar. Amb ella, beure per celebrar. Però beurem segur.
Ilustración del artículo vía www.valenciacf.com