El VCF consiguió pasar el trámite de Barakaldo sin demasiados problemas, a pesar que por momentos pareció que la eliminatoria podía complicarse. Así lo hemos visto.
Mario Selma
Se estrenó Vorille, ese peregrino tándem con interinidad datada, con victoria y eliminatoria virtualmente resuelta -no me imagino a un 2ª B cascándonos 3 en un Mestalla más calmado-, para ir pensando en otra citas más imperiosas.
En cuanto al partido, poco que describir; rival menor que se deja los cuernos ante su oportunidad única, con el calor de los suyos, para dejar en cueros a un Valencia sin actitud, alma, ni aseo táctico. Solo unos arreones de superior nivel consiguieron salvar uno de estos partidos siempre incómodos y que nunca vienen bien en el calendario, como si estorbaran. A destacar las acertadas intervenciones de Ryan -el debate a 3 está al caer- y una gota de calidad por parte del Cancelo extremo, el bueno. Un entramado defensivo paupérrimo, un Danilo voluntarioso, un Bakkali que se está perdiendo como la gaseosa -¿alguna vez se irá de alguien de manera limpia?- y un Santi Mina errante perdido, cuyo pie actúa antes que su cerebro. Ya no está Nuno para esconderse tras su sombra, así que ya pueden espabilar estos jugadores que hablan más que demuestran.
La previa estuvo salpicada por la sorprendente contratación del hermano bueno de los Neville, otra figura del círculo de confianza de Peter Lim -que sí, que es el que los pone y se ha comprado ese derecho-, que dejó entre fría y helada a la parroquia valencianista. 0 días como primer entrenador, un -aseguran por tierras británicas- certero analista de fútbol y una persona con carisma y exitoso currículo a sus espaldas, sus credenciales. Se larga a un novato para traer a un novato superior. Olé. Ya solo es cuestión de fe esperar que las prácticas del teórico temporero las supere con nota. Porque todo sigue en juego -¿transición? buen chiste justificador- y porque posiblemente sea la última bala -para mí, y sin condenar el miedo a lo desconocido, mal gastada- para eludir lo ineludible: que la grada se dé la vuelta y apunte al último escalón de la pirámide meritoniana si los resultados, e imagen, del equipo no dan el vuelco esperado y que merece esta entidad. Que somos el Valencia CF. El Valencia!
jamacuco
Partido trampa en medio de la tormenta social y deportiva valencianista que solventó el equipo de forma holgada, aunque bien es cierto que el Barakaldo puso en aprietos al VCF sobre todo en la primera parte. Buen resultado para coger una bocanada de aire para lo que viene y para dejar el pase a 1/8 sentenciado.
Una vez más el equipo pareció deslavazado, con poco fútbol de conjunto y mucha individualidad poco constructiva. Si a eso le añadimos que faltaban varios jugadores titulares por lesión o descanso, la cosa es hasta comprensible. Sin embargo denota la poca profundidad de plantilla y la poca consistencia que ofrecen muchos de sus miembros para afrontar varias competiciones y sus circunstancias en forma de lesión o sanción. Jugadores como Mir (¿en serio Nuno que lo veías por delante de jugadores profesionales para jugar un partido de Champions en que te jugabas la clasificación?), Mina, Bakali, Santos, Vezo (de lateral) Orban, Danilo…. no pueden ser ejes conductores de un VCF de altos vuelos y mucho menos en un equipo reconcomido en sus entrañas por la nefasta planificación y gestión deportiva del ínclito Nuno, al que alguno aún le hace mártir de campañas mediáticas.
Voro, el empleado fiel para los momentos difíciles, ayudado por Neville (o quién sabe si actuando en tándem) consiguió al menos cierta continuidad en la actitud de los jugadores al que, conforme fueron pasando los minutos, le fue más fácil domar a los locales. Incluso la sonrisa apareció en algún rostro que parecía siempre cariacontecido y doliente en lo que va de temporada (Gayà y Enzo por ejemplo). Y es que no es baladí la cuestión del trato personal y el diálogo en la gestión de grupos. Ojalá el lastre que se han quitado de encima se transforme en un mejor juego próximamente.
En definitiva trámite copero visto para sentencia y esperando el próximo foco de atención del equipo: la presentación del nuevo entrenador, el legendario Gary Neville. Break a leg, Gary!!
Drakul
Poco que comentar de un partido cuyo recorrido estaba visto antes de empezar. Tuvo el poco fútbol que suelen tener los partidos en campos de segunda B, donde los jugadores de élite sufren al tener que soportar el limitado tamaño del terreno de juego y la ilimitada tensión de unos jugadores técnicamente inferiores pero que, ante los focos, buscan hacer el partido de su vida que los aúpe de categoría. Me cuesta apoyar al Valencia en este tipo de confrontaciones. Me gusta la épica del club pequeño que acude a la batalla armado con piedras y palos ante un trasatlántico de estrellas que cobran en una mensualidad más dinero del que contabiliza su rival en el presupuesto entero de un año. Con todo ello el Barakaldo fue un digno rival para la imberbe alineación que dispuso el interino Voro. Y es esta interinidad la que nos evita sacar conclusiones como la inclusión de Vezo en el lateral o poner a Mir en la delantera (quien evidenció la locura de Nuno al ponerle a jugar en Champions en perjuicio de De Paul). Además, tal vez sí fuera partido para este tipo de cosas, para dejar que algunos jugadores crezcan y aprendan otras demarcaciones, para que Diallo tuviera sus minutos en el primer equipo, para que los vascos enseñaran a Danilo el sufrimiento que conlleva subir a la cima. Pero claro, los buenos son los buenos y la inclusión de Gayá y sobretodo de Paco Alcacer, contra un equipo que había dejado su honor en lo mas alto y cuyas piernas empezaban a flaquear, finiquitaron el partido en dos arreones finales consiguiendo la vitoria.
Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es