El caso es que hasta lo entiendo. Son demasiados años en una vorágine de líos sin fin, protagonismos y personalismos, trincheras y voceros, buenos y malos, una interminable guerra sin cuartel. El VCF ha sido una fuente inagotable de embrollos, noticias y sucesos de todos los colores, sobretodo fuera del campo. Y estamos acostumbrados, estamos casi enganchados. Unos a vivir de los líos y otros a consumir mierda y bochornos. Pero eso se acabó.
Leo y escucho insinuaciones más o menos veladas sobre los bandos que se han creado en la directiva del VCF, Nuno y Mendes por un lado, Rufo y Salvo por otro, que unos quieren imponerse a los otros y las diferencias son incluso irreconciliables. Y me río. Me río de verdad. No, señores, no lo compro. No es así porque no puede ser así. En cualquier empresa, en cualquier familia, en cualquier ámbito en que se hayan de tomar decisiones, es lógico que haya posturas distintas, análisis discrepantes y opiniones divergentes. Vamos, que es normal que cada uno vea las cosas de una manera. Y realmente es lo que hace falta, opiniones y puntos de vista distintos para decidir con los mayores datos posibles. Lo contrario es absurdo… y peligroso. Y cuando cada uno ha hecho su trabajo y se han ofrecido todos los informes y opiniones, alguien decide, el que manda o el que tiene esa responsabilidad. Y en este VCF no decide ni Salvo, ni Rufo ni desde luego Mendes. Decide Lim. Solo Lim.
Como dueño absoluto y plenipotenciario hará lo que le venga en gana. Escuchará, o no, se dejará aconsejar, o no, y decidirá según le parezca. Tratándose de Lim no me cabe duda que se dejará aconsejar por todos, los anteriores y muchos más, tendrá en cuenta variables que ni sospechamos, y decidirá lo que crea mejor para el VCF, que al final es su inversión. Y todos a callar. Ni líos, ni escenitas ni chorradas. Todos saben quién manda, y como mucho pueden irse a su casa si se creen ignorados, pero nada más.
Partiendo de esta premisa difícil de discutir, comprendo que muchos sigan buscando bandos y líos y que la prensa encuentre en ello un capote para torear el largo verano, pero no hay caso. Este VCF poco tiene que ver con aquél al que estamos acostumbrados. Ese lamentable puticlub sin dueño quedó atrás. Así que no esperéis líos, ni bandos, ni rajadas. Vendrá y se irá quien quiera Lim, que se aconsejará de quien le parezca en cada momento. Y todos lo saben. Punto.
Y a mi me parece bien, ojo. Venga quien venga y se haga como se haga, será mejor que ver al VCF en el pozo de la mediocridad y la miseria. Y podré estar de acuerdo o no, o debatir sobre jugadores y posiciones, que siempre es entretenido, pero esto es lo que hemos querido y lo que nos ha salvado de ser un club de chiste, y no vale ahora buscarle los tres pies al gato.