Explicar todo lo vivido el sábado junto a mi padre es difícil, fueron tantas emociones que es complicado expresarlas. La noche del viernes casi ni dormí de los nervios, llevaba más de 1000 días sin ver al Valencia CF y sentía que lo iba a ver por primera vez.

Llegamos al hotel 40 minutos antes de la hora acordada, pero no aguantábamos más. Vi el autobús cruzar la esquina y, literalmente, me emocioné. Después de tanto esperar, por fin volvía a ver al club de mi vida.

Nada más llegar ellos nos atendió el Director de VCF Media y Relaciones Externas del club, se presentó a nosotros y nos llevó dentro del hotel. Tanto él como los demás trabajadores del club fueron muy educados con nosotros en todo momento, atentos y simpáticos. Es algo que me imaginaba pero no me esperaba que fuera todo tan perfecto. El trato fue increíble. Tuvieron el detalle de regalarnos una gorra que mucha gente dirá que no es nada pero para mí una gorra de mi club regalada por el propio club lo es todo.

Por el protocolo COVID los jugadores no se pararon a firmar pero, aun así, la gran mayoría nos saludaron cuando estábamos en el hotel. Tengo que destacar sobre todo a Manu Vallejo, que bajó a recepción a firmarnos y a sacarse fotos con los que estábamos allí, muy atento en todo momento.
El partido lo vivimos con mucha tensión tanto mi padre como yo. Por suerte estábamos rodeados de valencianistas. Me sentía a gusto y sabía que si saltaba a gritar un gol no se me echarían encima. Lástima que no tuve esa ocasión. Lo peor fue cuando entró Diakhaby, me dolían hasta los oídos y no nos podíamos creer lo que estaba pasando. Suponía que algún pito habría pero se cansarían a los minutos y no fue así. Estaba sintiéndome mal por él pero luego veía su actitud en el campo y lo veía mejor que nunca. Pensé que le podría pasar factura el hecho de que todo un estadio estuviese encima de él pero no fue así.

No ganamos el sábado, pero os puedo asegurar que mi padre y yo sí. Fue todo tan increíble para nosotros, estábamos en una nube. Le miraba y tenía una alegría que pocas veces le he visto, estaba mas orgulloso que nunca del club de sus amores. El Valencia CF para nosotros es, después de nuestra familia, lo más importante de nuestras vidas y lo que más amamos. Tengo mucho que agradecer a mi padre pero, sobre todo, el haberme inculcado desde que era una niña lo que era la pasión por este gran club y conseguir hacer de mí una valencianista como la que más. Se nos mira raro muchas veces por lucir nuestros colores en Cádiz pero siempre vamos bien orgullosos de nuestro equipo y después de lo vivido el sábado iremos aún más orgullosos, si es posible, claro.

Solo me queda dar las gracias a todo aquel que ha hecho posible que vivamos esta experiencia. Ojala muchos valencianistas puedan tener esta oportunidad, es difícil vivirlo desde tan lejos y estos detalles ayudan a sentirte parte de la familia del Valencia Club de Fútbol.

Amunt!

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