VCF 0 – RSO 0 | Paella sosa Empate sin goles entre dos equipos que se fajaron con poca profundidad y desprovecharon sus ocasiones. Así lo analizamos.

Jomi Lavarías

Partido competido y disputado entre ambos equipos pero que, como siempre y ya avisaba Bordalás, ante los equipos que están arriba no ganas. Y no estamos en disposición de ir dejándonos puntos porque Europa, vía liga, se aleja cada vez más.

Primera parte muy flojita, con control total por parte de los donostiarras y un Valencia que apenas pasó de medio campo y cuando lo hizo, en una de las ocasiones, un penalti muchísimo más claro que el del otro día contra el Cádiz sobre Maxi Gómez, oh sorpresa ni el árbitro lo ve ni el VAR hace ademán de entrar. Lucha contra molinos de viento.

En la segunda el Valencia mejoró mucho, más atrevimiento y más llegadas, dos mano a mano contra Remiro, uno de Maxi y otro de Bryan Gil, pero ni por esas. Hoy no encajamos pero estuvimos faltos de acierto y pegada.

No se puede decir que el Valencia jugó mal pero tampco que hizo un gran partido. La Real venía muy tocada tras el varapalo copero pero no supimos aprovecharlo. Hoy, perdimos dos puntos claramente.

La copa es nuestro clavo ardiendo. El próximo jueves el gran objetivo debe ser traer la eliminatoria viva a Mestalla.

Amunt 4ever

Lobo

Ambos pudieron ganar y perder, así que podríamos decir que el empate es justo. Y bueno, quizá lo sea, pero seguro que es insuficiente. Y no es que el VCF haya hecho un mal partido, pero… tampoco bueno.

La primera parte fue para olvidar, sin apenas entrar en juego y solo capeando el control visitante y los cien balones a la espalda de nuestros centrales, porque nuestro medio campo intentaba morder pero la RSO lo solventaba fácil echando balones arriba para sobrepasar líneas. Sobre todo por la banda de Mosquera, que tendrá un gran futuro pero aún no tiene presente, y menos al lado de Cömert, que parecía más nervioso y endeble que él, que ya es decir. En la segunda mejoró la cosa. Bordalás retiró a un errático Mosquera para evitar males mayores, y bajó de nuevo a Guillamón al eje de la defensa, porca miseria. Sin embargo el medio campo funcionó algo mejor y con el mordiente de Guedes y Bryan Gil se metió miedo a Remiro, que sacó dos ocasiones pintiparadas de Maxi y el propio Bryan. Y es que al VCF le falta colmillo, instinto asesino arriba para aprovechar lo poco que se genera, y así puedes no perder, pero es difícil ganar.

Mención especial y habitual para el trencilla de turno, cómo no. Cada árbitro que nos pita creo que es el peor, el más malintencionado y sibilino, y con este igual, y pasará con el siguiente. Sirva como ejemplo cuando ha parado el juego para pitar una falta a favor, una que ya NO había pitado, justo cuando el equipo consigue salir de lío, rebasar líneas y encarar puerta. Eso no es de ser malo, señores, es de ser malintencionado, es ir a perjudicar a un equipo a propósito y con alevosía. Por no hablar del penalty no pitado justo igual que el sí pitado el otro día. Más descarado imposible. Pero ahí siguen, haciendo lo mismo partido tras partido sin que nadie pegue el puto raje del siglo. En fin. Por más años que llevo viendo al VCF no me acostumbro a que cada árbitro nos chulée así, de hecho me duele cada vez más.

Resumiendo, un RSO dominador y serio pese al bajón en Copa, ante un VCF flojito y sin colmillo que no ha encajado a pesar de reestrenar portero y tener una línea de defensa nueva no cada partido, sino cada rato. Si lo queremos ver así, bastante mérito. Si vamos a lo práctico, insuficiente y decepcionante. Pero bueno, seguimos.

jamacuco

Partido muy disputado con una primera parte dominada por los donostiarras y una segunda en la que el VCF tuvo las mejores oportunidades. Aparte de esta igualdad en el juego y ocasiones también destacaría la teledirigida labor arbitral. Si quieres saber lo que significa arbitraje sibilino y tendencioso no hace falta hacer una búsqueda rápida en el diccionario sino verse los 90 minutos perpetrados por el trencilla de turno, brazo armado de la Federación de Rubiales y los secuaces que le bailan el agua, que son muchos incluso aquí en Valencia. Estaría bien hacer un recuento de las barbaridades arbitrales sufridas esta temporada por el VCF (y lo que te rondaré, morena) que seguramente ya alcanzarán los dos dígitos en cuanto a pérdida de puntos a manos del sucio colectivo arbitral. Y el VCF haría bien en dejarse de paños calientes y hablar dentro y fuera de los despachos de una bendita vez.

La alineación parecía inicialmente de circunstancias por las bajas y las rotaciones, hecho que acusó el equipo con un primera parte muy débil y poco fructífera, en la que rondó el gol de la Real por la atmósfera de Mestalla. Mamardashvili, una de las gratas novedades, estuvo muy seguro e hizo además un excelente paradón a remate de cabeza.

La segunda parte cambió de tornas. La inclusión de Soler y posteriormente de Guedes y Hugo Duro, le dieron más punch en ataque al VCF, que tuvo dos clarísimas ocasiones a pies del uruguayo (que pasó lo de siempre) y del joven Bryan Gil, incansable y eléctrico durante todo el partido. Sin embargo uno de los grandes defectos de este equipo es la falta de contundencia y la inexistencia de un centro del campo que controle los “tempos” del partido. Eso junto a las lesiones en defensa (¿qué pasa?)y la mirada inquisidora del equipo arbitral a cualquier nimio detalle, consiguió que el resultado final de tablas no pareciera un mal desenlace a fin de cuentas.

La imagen del equipo parece cada vez más asentada y sólo en los detalles, contundencia de cara a gol y en defensa, es donde se nos escurren los puntos de las manos. En el tramo final de esta liga el VCF debe mejorar estas situaciones y puntuar de continuo de tres en tres. Pero también debemos ser más inteligentes sobre el terreno de juego.

Amunt!!

La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com