Jomi Lavarías

Cuando otro clavo estaba a punto de ser totalmente clavado en la tapa del ataud del Valencia, dos jugadas medio aisladas nos han dado un punto que cabe calificarse como de oro.

La inacción de la propiedad, la inoperancia, y en ocasiones la indolencia, de los jugadores y la incapacidad del mártir han llevado al Valencia a ésta situación. Una situación caótica, donde tenemos que mirar hacia abajo para ver qué hacen tus rivales en la lucha por no descender. Muy triste.

El abrazo previo y la charla animada entre Imanol Alguacil y el mártir, al que ahí, pese a la mascarilla se le veía feliz y contento, presagiaba partido de baño y masaje para los donostiarras, como así ha sido. La Real, con el equipo B y cargadísimo de partidos, ha tenido una primera mitad tan plácida que ni ellos mismo se creían lo que estaba pasando en Mestalla. La segunda no es que fuera mucho menos cómoda, pero un penaltito y un buen remate de Paulista ponían un empate a dos tan inmerecido como valioso.

En definitiva, un día mas en la oficina. Que acabe esta temporada prontito y que ocurra un cataclismo que revierta ésta situación.

Tarde desquiciante en Mestalla.

Desquiciante el planteamiento de juego del equipo… por su total y absoluta ausencia. El Valencia no juega a absolutamente nada. Porque esperar a que pasen cosas, atrás o adelante, da igual, sacar a once tipos a corretear por el césped a ver qué pasa no es un plan válido para un equipo de fútbol de primera división como el Valencia. Ya lo dijimos en los inicios de temporada, no hay plan… Meses después sigue sin haberlo.

El Valencia se presenta a los partidos, entrega once fichas y comparece. Punto. Esa es toda la estrategia táctica de los de Gracia.

Y obvio: a poco que el rival tenga un plan, cualquiera o una idea, por  minúscula que sea… las costuras se deshilachan de manera vergonzante. El 0-2 en el descanso evidencia que estamos ante, seguramente, la peor dirección técnica, en décadas, de nuestra entidad.

Los once salieron en la “represa” sin mucha confianza tampoco pero esta vez la fortuna se puso de cara, un penalti, esta vez anotado por Wass y la salida de un córner rematado por Paulista el Valencia sacó un punto que puede ser valioso para la clasificación pero que no puede encubrir el desastre general del trabajo táctico técnico tanto de inicio como en la dirección de partido.

Desquiciante que no haya plan alguno.

Desquiciante que algunos jugadores no sólo no oculten su natural incapacidad o su ineficacia provisional sino que la aumenten con expulsiones que merecen sanción interna mucho más dura que la federativa.

Desquiciante que los jugadores que ilusionan, que son capaces de encender la necesaria chispa de la revolución y el inconformismo estén pudriéndose en el banquillo. Deben, legítimamente, estar al borde de la deflagración nuclear. Kangin (y miren que no soy mucho del coreano), Vallejo o en totalmente inédito Cutrone deben estar deseosos de agarrar a más de un técnico por el cuello en el vestuario… pero no lo harán… marcharán y nos quedaremos como siempre con la incógnita.

Y cuando la certeza es mediocre, las incógnitas al menos, aportan algo de luz y esperanza, tan necesarias en estos días grises.

Desquiciante que en lugar de buscar con el máximo de ambición la remontada y el premio (inmerecido) de puntos el mensaje desde el banquillo sea el de amarrar, echando el equipo atrás, provocando con esta decisión el aluvión de ocasiones realistas y poniendo en claro peligro el punto obtenido.

Irresponsable.

No entendemos, muchos, nada, tal vez porque no hay mucho que entender, porque la lógica en estos momentos es desquiciante y destructiva y debe acabar, lo antes posible, por nuestra salud mental.

Pd. Cuándo a final de esta temporada marche Gracia (No habrá sido pronto) lanzaría una pregunta al aire, en su respuesta está la clave a mi parecer central de estas cuestiones:

¿A qué jugaba el Valencia de Gracia?

jamacuco

Un puntito y gracias. Muchas gracias. Porque el partido olía a debacle absoluta. Y por juego, actitud y sensaciones sigo considerando este VCF como una ruina absoluta. De forma afortunada el empate nos da un pelo de respiro que dadas las circunstancias y todo lo que envuelve al club podíamos hasta darlo por bueno. Buenísimo.

El VCF no empezó mal. Seguro y sobrio, falto de mordiente pero controlando bien a la Real Sociedad. Un penalti afortunado a nuestro favor parecía que podía poner en franquicia el encuentro. Sin embargo Soler, anticipándose al peor partido que le recuerdo como valencianista, falló estrepitosamente. Cuando el portero estaba vencido a un lado, lanzó el balón a la grada. Nefasto.

A partir de ese momento el partido se desenredó y el VCF se perdió. La Real Sociedad en 10 minutos fulgurantes al final de la primera parte marcó dos goles, dejando en ridículo a la zaga valencianista y sobre todo a un portero, Jaume, que es de los que no gana partidos, más bien al contrario. Prácticamente todo lo que va entre palos, entra.

La segunda parte comenzó igual, con un VCF perdido. El centro del campo naufragando con Soler, Racic y Cheryshev en un nivel ínfimo. Y Gracia en el banquillo impasible, sin reacción.

En una de las pocas ocasiones en que el equipo se animó a ir hacia arriba, llegó un segundo penalti al VCF a un hipermotivado Paulista que minutos antes rozó la expulsión. Esta vez Wass acertó. No sé si por la inercia del gol parece que Gracia se ¿motivó? haciendo los primeros cambios hechos por el VCFen el minuto 63, dando ¿descanso? a Racic y Cheryshev. Minutos después en una buena jugada de estrategia, Paulista acertó con un gran cabezazo a gol. Empate y 20 minutos por delante.

Sin embargo Maxi Gómez volvió a demostrar que no debe volver a jugar con la camiseta valencianista. No se puede actuar así, ganándose la expulsión, cuando el equipo está lanzado a por la victoria en un partido clave. Dudo que Gracia tome represalias dada su inacción, pero es infumable la actuación del uruguayo.

El final del partido fue un acto de resistencia para el VCF, replegado y saliendo a la contra, y afortunadamente la Real Sociedad a pesar de achuchar mucho no consiguió más que asustarnos cada vez que tiraba a puerta con Jaume bajo palos. Gracia demostró, una vez más, estar más fuera que dentro. Nadie entiende su tozudez de no alinear a ciertos jugadores como en su desidia a la hora de realizar cambios de jugadores y cambios tácticos. Poco está demostrando esta temporada el entrenador navarro.

Quedan 8 partidos. Un mundo conforme está todo y la poca confianza que transmite el equipo, plantilla, cuerpo técnico y club. No queda otra que sufrir unas semanas y esperar, una vez más, el mal menor.

Amunt!!

Peris

No és normal que te piten dos penals en un partit. I que, canviant de llançador, es tiren igual amb diferent resultat. No és normal que les penalitzacions per errades individuals siguen tan grans per al Valencia CF. No és normal esta temporada. No és normal, o almenys poc s’entén, la lectura que fa dels partits l’entrenador, que s’emportaria moltes xiulades de la grada a molts canvis. No és normal la desaparició de Kangin Lee, independentment de que estiga en joc el futur d’una perla esportiva i econòmica. No és normal la falta de seguretat que transmet Jaume davall els pals, per molt que senta el ferro. No és normal la irregularitat de Paulista, que sembla Curro Romero més vegades que le desitjades. I cada vegada sembla més normal la poca aportació de Maxi Gómez, potser deixant-se portar per la poca exigència demanada. Una temporada gens normal. I hui, altre exemple.


La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com

 

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