Jomi Lavarías

Increíble desenlace de partido el vivido esta noche. Claro, viendo como se ha desarrollado nadie podía pensar que esto podría terminar de esta manera, sentenciando la eliminatoria y colocando, salvo catástrofe, los dos pies en una semifinal Europa. Otra mas.

En la primera mitad el Valencia fue de menos a menos. A nada, concretamente. Comienzo frío por parte de ambos equipos y a los cuatro minutos un penalti tan tonto como claro hace que el partido se nos ponga de cara y justo en el lugar donde queríamos. Bueno, en realidad no ha sido el penalti, ha sido Guedes, muy despierto, cazando el rechace tras fallo de Parejo, el segundo en cinco días. A partir de ahí, un par de acciones aisladas de Gameiro y ya. Se terminó el Valencia. No se ha pasado de medio campo. Naufragio absoluto de ahí hacia arriba. La pareja Parejo-Wass eran continuamente superados, e incapaces de robar un balón. Los de arriba, desaparecidos. Y atrás, no sé, detecto cierta pérdida de fiabilidad. Neto volvía a erigirse en salvador. Un penalti inexistente coloca el 1-1 en el marcador. Y gracias, que bien pudo irse por abajo en el marcador.

La segunda parte siguió igual. Neto en modo Dios y el equipo a la deriva. Reaccionó Marcelino, esta vez bastante pronto para lo que nos tiene acostumbrados. Y los cambios hicieron reaccionar al Valencia, lentamente, eso sí. A partir del minuto 75 el partido ya había cambiado. El Valencia por fin tomó el control. Y éramos capaces de dar dos pases seguidos, incluso alguno mas. Parecía un milagro, con Cheryshev en plan figura.

Y de nuevo un final electrizante e inesperado. Éxtasis valencianista. Golazo de Wass en el 90 y golazo de Guedes en el 93. Y al Villarreal se le queda cara tonto y a nosotros cara de felicidad. Donde había críticas y malhumor nos encontramos euforia y celebrando el casi seguro pase a semifinales.

En la temporada del centenario el Valencia está tocado por una varita. Esto no puedo ser casualidad. Algo va a pasar y ese algo va a ser grande. Esto no puede estar pasando para nada.

Amunt!!


 

Peris

Si tu li dius a un, que esta nit està preparant l’inici de la campanya electoral i no ha vist el partit, que el millor del Valencia CF, malgrat els dos gols de Guedes, ha segut el porter, has d’argumentar-li-ho molt bé. I retrucant, si al mateix li dius que la millor passada del partit l’ha fet un jugador que no ha tocat la pilota, es pensa que vas farcit de cassalla. Però la realitat del partit de Vila-real ha segut tal qual. La lluentor dels gols a les acaballes del partit no transmeten els problemes que ha tingut el centre del camp. Potser per l’acumulació de partits, potser per les absències, el ben cert és que Cazorla i companyia han curtcircuitat la zona creativa valencianista. Sort de tindre a Neto, tan important com el que més, donant punts o, com en este partit, classificacions virtuals.

Sembla que, en l’any del Centenari, els gols més enllà del noranta volen ser els bressols dels dolços somnis. Supose que cap valencianista tindrà pegues a estes alegries als descomptes. Diumenge més. Derbi. Toca tornar a guanyar en lliga. Tres hores de celebració, o quatre. Després, a pensar en el Levante.

Per cert, no m’agrada sentir al valencianisme cridar ‘A Segona, a Segona’ en cap camp. Només als del Betis o Cádiz es podria acceptar. Però a Vila-real, per molta rivalitat artificial que es puga tindre, no. Des de ja, servidor és groguet en la zona calenta de baix.


 

jamacuco

Marcelino es el Rey de la zona Cesarini. Sin duda.

Renato Cesarini, jugador italo-argentino en los grises años del fútbol primitivo de los años 30, se «acostumbró» a marcar goles en los últimos minutos para su equipo o su selección. Por ello, la prensa de la época bautizó a este hecho la «zona Cesarini».

Marcelino García Toral, de forma decidida, se ha convertido en su más firme defensor y seguidor. Está claro que no es el míster el que marca los goles. Sin embargo sus planteamientos siempre conservadores, por no llamarlos reservones, se ven culminados habitualmente en esta temporada por un festival goleador durante los últimos minutos de los partidos, en muchos casos en el descuento.

Nuestros sufridos corazones y sistema nervioso no creo que sean muy fans de dicha táctica, pero como se suele decir, bien está lo que bien acaba. Y por ahora, sea gracias a Cesarini o no, el hecho es que las alegrías de fin de partido nos están endulzando la temporada del Centenario. Qué siga!!!

Amunt València!!


 

 

 

 

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.com

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