Mario Selma | Pako a saco

El Valencia CF anunció al tercer melón por abrir consecutivo como eje del nuevo proyecto deportivo. Palangana de agua helada para cortocircuitar el humo reditual proveniente de la prensa. Aparcando los paladares y exigencias particulares en el arcén subjetivo/caprichoso, ni uno de los teóricos 62 millones de valencianistas repartidos por el planeta jamás hubiese imaginado que el aterrizaje de un Forbes traería consigo, de una tacada, entrenadores de la trayectoria de Nuno, Neville y Ayestarán. Aunque ahora se prodiguen los perjurios sin rubor, todavía no sé muy bien por qué -o me lo imagino pero se me abren las carnes solo de pensarlo-. Ninguno en la cartera de futuribles de los clubes homólogos en el Viejo Continente. Por eso sorprende, por eso decepciona, por eso desalienta, y por eso enoja. Con el indefectible lunar de actitudes groseramente faltonas hacia su persona. Tiro errado ese.

El que no quiere entender tal sentir, en un ejercicio de burda tenacidad por voltear este inconformismo idiosincrásico, demuestra nulo interés y empatía hacia la masa social, profanando los códigos reaccionales -las reglas son las de siempre desde 1919, debatir una decisión de este calado-. Además aquellos lo hacen de manera deliberada, con exhortaciones trufadas de trampantojos que conducen, en algún caso aislado, a replantear conductas naturales. Aficionadas. Humanas. Desbarra este selectivo cambio editorial en medios de referencia y periodistas de cabecera cuando con Nuno y Neville había barra libre para atizar 24 horas 7 días a la semana. Por entonces los pareceres críticos y viscerales tenían cabida, eran bienvenidos. El pueblo tenía claro lo que quería. Era sabio y reflexivo quien que se apartaba de corrientes mediáticas esculpidas a martillo y cincel. Ahora no, ahora se les señala como apestados, forman parte de esa plebe gregaria que se deja arrastrar por la otra corriente -tienen guasa estos endoses gratuitos- y aquella sensatez meridiana, subrayada estratégicamente solo para darse la razón, quedó eclipsada de la noche a la mañana. Por el único y sencillo motivo de no amoldarse a su horma opinadora. Olé. Dietas argumentales bajas en hemeroteca y altas en arrogancia. Revisen su colesterol. El malo.

A Pako le ha tocado la lotería. Primer “premio”. Hasta Suso no cayó en no mentar a la bicha públicamente para no incomodar al rolling -de rollo-. Tras una dilatada rueda de prensa vestida de irritabilidad defensiva y desfalco emocional, sigo preguntándome cuáles son los parámetros puramente futbolísticos que han motivado seguir regalando un banquillo en continua devaluación a alguien sin las credenciales apriorísticas oportunas. ¿Una treintena de partidos en ligas menores/exóticas?, ¿ser un preparador físico top?, ¿formar parte del staff técnico del doblete?, ¿parafrasear moralinas?, ¿salvar al equipo?, ¿una motivación y reacción efímera que le deja con el culo al aire a la mínima que los que debían creer en él vuelven al redil actitudinal?, ¿los números?, ¿las sensaciones?, ¿tres mejoras contadas?, ¿ser el más barato de la lista? ¿De verdad son estos los requisitos que bastan para entrenar al VCF, más si cabe viniendo de donde veníamos? No sé, no saco nada en claro, y esta sensación de contundencia coja es el peor de los convencimientos.

La novedad esta, como de nuevo rico, de la cultura de club y los valores que están tejiendo a marchas forzadas y metiendo cuñas con calzador a cada resquicio, no está mal ni es superflua. Es más, es altamente recomendable. Pero reducirlo casi todo a eso, siendo el leitmotiv de su campaña, además de sonar a pretexto por no tener la pericia y determinación suficientes para contratar a un primer espada, envía mensajes contradictorios a sus supporters respecto a la grandeza y ambiciosos hitos marcados por la propiedad -no ínfulas nuestras, lo dijo Peter-. Un quiero y no puedo. El cual enmascaran con el cliché del largo plazo. Que viene a ser un comodín todoterreno para posponer objetivos y promesas. El reloj de Meriton.

No digerida aún la renovación de Ayestarán, su continuidad tiene también su vertiente favorable; estos meses de convivencia y trabajo suministran nociones valiosas de la salud del vestuario, de las posibilidades de la plantilla -sigo creyendo que en otro contexto y dinámica hay materia prima para mucho más de lo visto este fatídico curso-, de sus bloqueos en situaciones límite y el engaste cotidiano en el club. Eso es ventaja para un técnico, rodaje hecho que te permite ahorrar tiempo en análisis prematuros y decisiones de pretemporada (confección plantel) para invertirlo en reforzar tareas más específicas. Es acceder previamente al diario de la chica que vas a cortejar. No tiene precio. Sumando esto a su experiencia adquirida en el mundo del balompié -que no primer entrenador- y pasado valencianista le confieren cualidades de hombre de club, un perfil susceptible de incardinarse al medio, a la nueva coyuntura económico-deportiva y al estilo/modelo que pretende instaurar la dirigencia. Su presumible maleabilidad no debe interpretarse únicamente como un problema, podría ser una virtud para revertir la fluidez y conexión necesarias entre los distintos estratos organizativos de la entidad para edificar ese microclima diferente. Del cambio. Nada mejor que contar a tu lado con un peón disciplinado e identificado con el plan a ejecutar.

Diseccionadas las distintas aristas, huelga decir que a la postre la pelotita será la que sentencie. No hay más. Eso sí, vertido el dictamen del nombramiento del míster -postura más sana y enriquecedora de lo que algunos quieren hacer ver-, ya es uno de los nuestros, no el enemigo. Y bajo esa premisa se debería actuar en consonancia con la responsabilidad que atesora el aficionado incondicional. Amamos al Valencia, con fulano o sin mengano, y una atmósfera positiva -que no resignada y adocenada- en la grada, medios y entorno coadyuvará a que el tren no descarrile por carencia de vías funcionales, sino a que la locomotora le vino grande la carga de sus vagones y al error de cálculo por parte del «profesional» encargado de seleccionar maquinista.


ARIAS4EVER | Abre los ojos,abre los ojos…

Pako Ayestarán será el entrenador del Valencia las próximas ¿2? temporadas. Su elección a diferencia de otras ocasiones ( Lolo/Pellegrino,Lim/Neville), es el resultado de la selección y propuesta de los profesionales del club con el visto bueno de la presidenta.

Hasta aquí todo parece ok. ¿Entonces, por qué se ha producido una reacción tan adversa entre los aficionados?

Habrá mil razones, tantas como valencianistas. No vamos ni a  generalizar ni a  interpretar los motivos que pueda tener cada uno. Lo que si es constatable ( y ahí están las hemerotecas), es que durante los últimos años una queja repetida en  medios de comunicación, foros, conversaciones  de socios  y simpatizantes, etc, etc…era lo “fácil” que resultaba entrenar al VCF.

Un rápido vistazo a la lista de ocupantes del banquillo en los últimos 15 años daba buena fe de ello. La sensación de que muchos de ellos llegaban sin la experiencia necesaria llegó a popularizar expresiones como; “es que viene a realizar un master” y similares.

Pero todo esso parece que fue un sueño. Cuando se anuncia la continuidad de Pako, una parte significativa de los medios se han desmarcado de esa postura. Se obvia  la falta de experiencia como primer entrenador y se sobrevalora situaciones que en otros casos sirvieron como  ariete para la crítica; “ era el 2º entrenador, estar en el banquillo con zutanito, etc.”

El conocimiento del club,  los años gloriosos del doblete….. por arte de magia se convierten en valores intangibles que apoyan la elección del mister.  El debate sobre la “experiencia” desaparece o se señala a  aquellos que mantienen  el discurso. ¿Sorprendente?, pues no mucho.  Pero como tantas otras veces, te hacen dudar; ¿viviré en otro planeta?.

Meriton tenía opciones para revertir esta situación; entrenadores de prestigio que estaban libres, de distintas concepciones futbolísticas, variado escalafón salarial, conocedores de la liga….. de todo.

Apostar por un Manuel Pellegrini, un Sampaoli o un QSF, era enviar un mensaje claro a distintos destinatarios. De seguridad y confianza al aficionado,  de seriedad del proyecto a los que dudan del mismo y no dejan de ver maniobras oscuras en el día a día  del club, de fortaleza a nuestros rivales.

La apuesta ha sido por otro modelo; Pako. Que la están vendiendo bien. Tendrá nuestro apoyo, poco a poco irá ilusionando y veremos solo los aspectos positivos.

Pero no deja de ser arriesgada, mucho. Como lo fueron la mayoría de ellas en los últimos 15 años.¿Os acordáis cuando hacíamos coñas con los de “los masters”?

Decidme que no fue un sueño.

 

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