El Valencia CF lleva tres semanas sin perder. Y el último partido que vimos fue una fantástica remontada contra el Espanyol. Con penalti y expulsión en menos de un minuto. En dos jugadas distintas. Imaginen si hubiese existido Twitter los rejones a Ayala y Carboni en ese momento. Supongo que ustedes, si lo vieron, recordarían esos momentos. Si fue en el campo o en la tele. Si fue en casa o en el bar. Y puede que ahora echen de menos eso. Eso. Un concepto grande, enorme, en el que cabe todo. Eso es salir sin excusa. Eso es besar a la madre o a la abuela. Eso es vacilar con tu padre, meterle mano en el caldero sin que se entere. Eso es el aperitivo con los amigos en el bar, mientras el sol te acaricia primaveralmente. Eso es el ritual del partido en Mestalla, sea cual sea. Eso es recordar el partido del Betis. Y aquel bar, con aquellas cervezas. Y la foto con el padrino, con el tío.

Alguien ha dicho en estos días que éramos felices y no lo sabíamos. Bueno, es cuestión de matices. La felicidad no es más que tener las necesidades cubiertas y, partiendo de esa base, ir subiendo escalones. Si usted, querido lector cafetero, goza en estos momentos de agua caliente, tres o más comidas al día y un jornal aceptable, este confinamiento está embadurnado de añoranza. Otra gente, en situación distinta, tendrán un diferente punto de vista. Jugadores con casoplones, con jardín y porterías, manteniendo la forma y usted, padre con dos hijos, trabajando desde casa y teniendo más paciencia que el santo Job. Pues eso, que estar en casa no es lo mismo para todos.

Nosotros los futboleros, que contamos los meses por partidos y los años por Eurocopas y Mundiales, queremos que vuelva a rodar la pelota. Siempre que todo lo demás, lo verdaderamente importante, vuelva a la normalidad. Queremos que el lenguaje bélico vuelva a ser frívolo. Que vuelva a ser una metáfora de los envites deportivos. Que a vida o muerte sea nuevamente una exageración y no una realidad. Y que el ser humano como especie, haya aprendido la lección que juntos y mano sobre mano se es más fuerte. Y que los que nos mandan no mercadeen nunca más con la salud. Y si lo hacen, botarlos a golpe de urna. No olvidar. Ese es nuestro partido ahora mismo.

Porque ahora, solo nos queda el recuerdo. O para los cortos de memoria, la hemeroteca. Recalentar los goles de Mendieta, los centros de Vicente o cualquier otro jugador fetiche. Para gustos, colores. Como si eligen a Weltz, Iglesias o Sabin Ilie. Lo importante es que lo recuerden con una sonrisa en la boca.

Les debo a todas y todos un abrazo. En diferido, pero abrazo.

La canción de hoy, porque es su cumpleaños y porque debutó con la selección tal día como hoy en el 99 con un 9-0 ante Austria, en Mestalla, con ovación cada vez que tocaba la pelota, en honor y modesta felicitación para Mendieta, es la conocida por todos «Un buen día», de los granadinos Los Planetas. Granada, uno de los lugares donde no me importaría estar ahora mismo.

#QuédateEnCasa

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