Aterriza en Valencia Gary Neville, bendecido por Peter Lim y con una halo de sabiduría entorno a su figura, avalado por sus interesantes comentarios en SKY (Monday Night Football). Me he tomado la molestia de ver varios videos en Youtube, en los que aparece junto a un también televisivo Jamie Carragher: la verdad es que están muy por encima de lo que en España estamos habituados a ver en televisión.

Hay que ser muy optimista para pensar que dichas habilidades tengan algo que ver con entrenar a un equipo que disputa la Uefa Champions League. Presuponemos que conoce la metodología de entrenamiento más adecuada por su amplia experiencia como jugador, pero en realidad estamos aupando a otro becario a una responsabilidad para la que desconocemos su capacidad. Es una apuesta de mucho riesgo, para un equipo que necesita estar entre los cuatro primeros a finales del mes de mayo.

El desconocimiento del idioma, sumado a las enormes diferencias entre el fútbol británico y el español, elevan su contratación a la categoría de puro experimento. En este punto suele ser habitual que muchos aficionados saquen su perfil mas cainita y te espeten aquello de «Pues pon 100M y elige tú al entrenador». Este entreguismo, sin matices, a un destino que sólo Meriton puede trazar, me duele como seguidor del VCF.

Igual que nos rebelamos contra un entrenador que se creyó todopoderoso, debemos tener un punto de exigencia con el accionista mayoritario, y dejar de asentir con servilismo a todas sus decisiones: esto es un experimento, sin una base razonable; salvo la confianza que Peter Lim tiene en la familia Neville.

Si queremos viajar hacia el nivel de equipos europeos, donde habitan los otros tres clubes españoles -que no necesito nombrar-, difícilmente será mediante decisiones caprichosas de un millonario que va dando bandazos en el apartado deportivo, sin un objetivo claro y definido.

Ese aturdimiento que provoca el enorme impacto mundial de la contratación de Gary Neville, no es más que puro provincianismo al que los valencianos estamos más que habituados. Todas esas portadas y entradas en los medios internacionales, no sirven absolutamente para nada el próximo miércoles y el resto de temporada.

La ruptura con la nefasta etapa anterior es un punto de partida bueno, pero la ilusión se debe sustentar sobre algo más solido que una buena reputación mediática.

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