El VCF consiguió un magnífico empate con sabor a victoria ante un poderoso FCB que dominó todo el partido pero sólo pudo marcar en fuera de juego. Así hemos visto el partido.

 

2015-12-05, Liga BBVA, Valencia CF v FC Barcelona. Mestalla, Valencia

Lobo

El VCF llegaba muy mal a este partido, tanto que yo, sinceramente, solo esperaba una derrota, y abultada. Sin embargo se me han escapado dos variables, la del nuevo entrenador en la grada y el habitual plus de motivación de los jugadores en partidos así. Puede que esas variables hayan sido clave para que los jugadores del VCF se hayan vaciado como lo han hecho. Pero tampoco sería justo justificarlo todo por eso. Lo cierto es que el VCF ha hecho un partido muy táctico, muy ordenado y solidario, ayudándose todos como si de un equipo se tratara, y no como veníamos viendo con Nuno, con cada uno haciendo la guerra por su cuenta.

El FCB talentoso y trabajador al que estamos cansados de ver ha dominado de principio a fin con un rondo casi continuo, pero a pesar de ello sin demasiadas ocasiones claras, tanto que a Jaume se le ha visto muy poco. El VCF menos ocasiones aun, metido atrás aunque adelantando líneas y presionando bien, pero si profundidad. Algunos dirán que el FCB no he tenido su día, pero lo cierto es que el trabajo defensivo del VCF ha rayado a una grandísima altura, y eso con la línea de centrales de circunstancias. Se puede decir que lo que faltaba en calidad se ha puesto en garra y ganas de dar buena imagen ante la parroquia.

Sea como sea el punto sabe como si fueran 3, por inesperado. A partir de esta actitud se puede construir un equipo. Quisiera que Gary Neville no esté tan contento como los aficionados, e inculque a la plantilla la ambición para no celebrar los empates, y que estén jodidos por no haber podido ganar en casa, al Barça o al que sea, que es lo que toca. Pero eso ya a partir de ahora. Hoy cualquier aficionado se da por satisfecho. Es lo que se pide, garra, motivación, orgullo y dejarlo todo en cada partido. Así, el futuro es nuestro. Que dure.

 

jamacuco

Muerto el perro y se acabó la rabia. Este es otro VCF. Independientemente del resultado que pudo darse, el equipo volvió a conectar con la grada y a conectarse con los valores que históricamente han dado la gloria al club: trabajo, solidaridad, presión al contrario, concentración, capacidad de sufrimiento sin venirse abajo al mínimo revés, velocidad en las acciones… Mestalla cuando ve sobre el verde que el equipo habla este lenguaje, enseguida lo reconoce y lo entiende como propio, y aparte de situaciones de mejor o peor juego, siempre está con el equipo y se convierte en el jugador 12.

Y es que algo tan sencillo como la correcta dirección del grupo se puede convertir en la ventaja competitiva de un equipo que tiene grandes jugadores (aunque no estrellas) pero que necesitan estar bien dirigidos para ofrecer el máximo de sus prestaciones. Voro, que lleva el club en las venas, supo entender lo que debía hacer: aplicar la lógica y poner a cada jugador en su sitio, con unas directrices claras en cuanto al juego y una buena dosis de calor humano a las motivaciones personales y colectivas. Y el resultado ahí lo tenemos, con un equipo repleto de bajas, el VCF supo afrontar el difícil reto de aguantar el temporal catalán y tener la suficiente templanza para aprovechar las pocas ocasiones que dispuso.

Como ejemplo de esta transformación pondría tres nombres: Aderlán Santos, Enzo Pérez y Danilo Barbosa. Cualquier valencianista que haya seguido esta desastrosa temporada se frotaría ayer los ojos al ver como desarrollaron su juego estos jugadores. Santos, en una actuación impecable ante el famoso «mejor tridente del mundo» pasaría fácilmente por el central titular de la selección de Brasil; Barbosa pasó ayer de ser un joven inconsistente a mostrar las tremendas capacidades que tiene para ser un todocampista; y Enzo Pérez demostró ayer que puede ser pulmón y corazón del equipo y sin ser amonestado. Podría hablar de otros tantos jugadores que lo dieron todo: Gayá y su sonrisa (para mí uno de los termómetros del estado anímico del equipo); Vezo y su sacrificio en el lateral para bailar con la más fea; Rodrigo de Paul, irregular pero con gotas de su «cancherismo» típico argentino…

Y como no hablar del gol (golazo) del VCF. Lo marcó Santi Mina completando una gran actuación. Pero es al 80% de Paco Alcácer que anoche se doctoró. Cómo le ganó la carrera a los dos centrales del Barça en el pase largo de Bakkali; cómo recoge y baja el balón; cómo se revuelve ante las narices de los defensores; cómo se la deja ante la carrera de Mina; cómo gritamos los valencianistas el gol… Seguro quedará grabado en la retina de una generación de aficionados…

Gary Neville toma hoy las riendas del equipo. No sabemos su estilo de juego pero, si es tan buen analista como dicen, ayer se daría cuenta de lo que hay que hacer para que el murciélago remonte el vuelo. Amunt!

 

Jomi Lavarías

Corría el minuto 85 de partido, y cuando todo parecía que íbamos a sumar una derrota que rompería la estadística de que en todo el 2015 no habíamos perdido en partido de liga en Mestalla, un balón largo de Bakkali a la espalda de los centrales lo recogía Alcácer, lo bajaba como los ángeles para entregárselo a Mina que fusilaba a Bravo. Mestalla se vino abajo y aún en el tiempo que restaba aún pudimos darle la vuelta al marcador. Esos minutos de raza, más la ilusión y ganas que le puso el equipo durante el resto del partido, han de ser lo que Gary Neville tiene que insuflar a sus jugadores para que la grada de Mestalla vuelva a reengancharse con el equipo. Sólo eso, ganas y compromiso. Con eso, que no es tan difícil de comprender, nos tienen ganados.

He de reconocer, que hasta ese minuto 85, la perspectiva del partido (y de esta crónica) me cambió. Hasta entonces, ví a un animoso Valencia, pero muy dominado y con escasa llegada que asustara o intimidara a un Barcelona tan dominador como poco efectivo. Este tipo de partidos y ante un rival como ese, con ganas y coraje no obtienes la victoria. Ayer se demostró que hace falta oficio además de ganas. No hablo ya tanto de calidad, que también, si no de oficio. Es por ello por lo que desde aquí, humildemente demando que los próximos fichajes sean ya de futbolistas más experimentados, que niños en la plantilla ya tenemos demasiados y el futuro en ese sentido lo tenemos asegurado.

Y ahora que Voro ya ha finalizado su segunda etapa al frente del equipo, quiero darle las GRACIAS, así, en mayúsculas. Las GRACIAS porque hemos recuperado la figura del «Hombre de club», esa figura que desde la humildad te vale igual para un roto que para un descosido, tan necesaria en estos tiempos que corren, tan necesaria en este fútbol moderno que personalmente odio con todas mis fuerzas. Don Salvador González Marco, siga usted comiendo tornillos como decía otro Don, Don Alfredo Di Stéfano

No quiero finalizar esta crónica sin olvidarme del aficionado que anoche perdió su vida en acto de servicio, sufriendo por su Valencia Club de Fútbol. Desde allá arriba seguro que seguirá viendo y padeciendo por nuestro club. Descanse en paz y salude usted a todos los de allá. Amunt València.

 

 

Mario Selma

Anduvimos toda la previa con chorrapuestas sobre lo abultada que iba a ser la goleada del súper Barcelona de la MSN contra el famélico cuadro de un Valencia huérfano y en apuros, aceptando como imposible rascar algún punto y centrándonos solamente en la impronta de unos jugadores ya sin paraguas. Pronóstico perdedor bajo el indicio lógico del momento. Pero a la postre, esto es fútbol.

Al verde: Gayà rayó por fin a buen nivel, Abdennour, ese loco con pasajes cuerdos, conjunta desaseo táctico y poderío compensador, un galimatías de altibajos desconcertante. Un austero, concentrado y bien posicionado Santos fue el más destacado de la zaga, con un Vezo de menos a más que fue colocado -forzosamente- como señuelo para que el rival desatendiese otras vías de entrada. Interesante permuta de roles Enzo-Parejo, ubicando al capitán como pivote posicional y primer elemento eslabonador defensa-mediocampo, reglando un equilibrio perdido en detrimento de influencia ofensiva. En el siguiente escalón dos perros de presa que, aun no logrando tronchar el preciosista juego culé, sustentaron su parcela con infatigable intensidad y derroche físico, con un Enzo siempre batallador que se va soltando con arrancadas, eso sí la mayoría sin llegar a tierra, ineficaces. Un vigoroso y omnipresente Danilo brilló desde un prisma pragmático, cumpliendo con suficiencia en su cometido mixto, mientras De Paul no dio profundidad alguna a su carril, solo se dejó ver cuando pisó zona interior, donde suele germinar su calidad. Arriba, Santi Mina pudo desquitarse al finalizar acertadamente -ya estaba bien- una bonita combinación de vértigo, con un Alcácer que, allá en su naufragio cuasi perpetuo, se sacó de la chistera una jugada personal de 9 de altura, engrosando su faceta asistencial -la 4ª ya, el máximo del equipo- y evidenciando la evolución de su otro potencial latente -por la etiqueta de solo excelso rematador-; delantero inteligente y solidario. Eso sí, si no nos adentramos en la hipérbole de la euforia contagiosa, el rival pudo habernos matado en cualquier momento si hubiera puesto más empeño en lugar de recrearse en su mundo de fotogramas esteticistas.

Mestalla no falla. Serio correctivo a todos aquellos que cursan valenciología allende con clichés mal adquiridos e injuriosamente utilizados. Esta grada sabe lo que quiere, corresponde a los suyos cuando toca y se enfrasca en su papel responsable cuando es preciso. Dejen de blasfemar a una afición única, con sus connotaciones positivas y negativas, y desvirtuar de modo arbitrario a un respetable valencianista que siguen sin querer comprender. Anoche se fundieron en un abrazo sincero todas las partes para recibir, arropar y animar a su equipo, para volver a creer, para hacerlo posible. Atmósfera inmejorable para que el nuevo entrenador y sus pupilos, que sin idea formada de juego ya dieron otra imagen coral, aprovechen la inercia de una hinchada incondicional volcada, que sabe perdonar, sabe estar y quiere lo mejor para «su» Valencia. No el de los forasteros del valencianismo.

 

 

 

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es

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