Quien iba a pensar que aquel 23 de Mayo de 2015 en los Juegos del Mediterráneo, después del gol de Alcácer comenzaría el declive (aunque en realidad comenzó bastante antes), sin apenas tocar el equipo, con la única baja importante, eso sí, de Otamendi.

El Valencia se ha convertido en un equipo sin alma, a la deriva, mirando de reojo el descenso, con otro entrenador haciendo prácticas, aunque este más exagerado, en el banquillo de Mestalla, sin líderes en la plantilla donde el capitán es el ‘pechofrío’ de Dani Parejo. Y esto no es de ahora. El equipo llegó a ser 4º la temporada pasada por la inercia de la primera vuelta, ya que en la segunda vuelta ya se notó el bajón.

Con todo el verano para planificar la plantilla y pulir defectos, Rufete y Salvo se ¿marcharon? y los “mandamases” tuvieron la “genial” idea de dar poder total a Nuno y su amigo Mendes. Y claro, no podía salir bien. Pero bueno, ciñámonos al presente. El presente es el que es y el futuro será negro si no lo remedian. Pero ya. En este mercado de Enero debe comenzar el recién llegado y no muy querido García Pitarch (“al menos tenemos Director Deportivo”, decimos los que queremos consolarnos) a darle la vuelta a esto. ¿Que qué hace falta? Gente contrastada, de rendimiento inmediato. Lim se contradice. “En unos años estos futbolistas serán de los mejores” pero exigimos estar en Champions. Y sí, igual que usted lo exige, nosotros también.

Porque esto es el Valencia y un club como el Valencia debe estar en la élite cada año, siendo un fijo en la Champions, y no puede permitirse que toda la plantilla esté en continua formación, también tienen que venir futbolistas hechos, “con el culo pelao” como diría aquel gran Sabio, futbolistas contrastados, con experiencia en grandes ligas y competiciones. Yo, que ya doy por terminada la temporada (sí, estoy muy negativo), sólo espero no tener ningún susto a final de temporada. Es más, supongo que la cosa no llegará a mayores.

 

Ilustración del artículo vía www.superdeporte.es

 

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