Estando en desacuerdo con el panegírico del parroquiano Drakul (según Littré «Panegírico significa más que elogio. El elogio contiene indudablemente la alabanza de la persona, pero no excluye una cierta crítica, un cierto reproche. El panegírico no implica ni reproche ni crítica.»), es indudable  que Salvo (y Aurelio Martínez, mención que se suele olvidar) fueron piezas imprescindibles para que Lim, multimillonario de lista Forbes, se hiciera con la mayoría accionarial del club, en lugar de un jeque imaginario o unos rusos de pacotilla (asociados a un leonino político corrupto) o un fondo buitre (asociado a una caja de ahorros estafadora y dirigida durante mucho tiempo por políticos corruptos). Había que elegir entre susto y muerte y Salvo aguantó la presión mediática e institucional para que el futuro próximo del Valencia CF fuera susto: con exceso de chulería pública que tanto gusta a sus groupies. Reconociendo como fundamental su rol en la situación actual que vive el club (no ha perecido, lo que es un logro), también está en su haber intentar al menos a nivel de funcionamiento e imagen proyectada al exterior, optar por mayor seriedad y profesionalidad. Pero no es oro todo lo que reluce y detrás de ese engominado peinado a lo American Psycho Bale en American Psycho se esconden muchas sombras cuya fuente principal probablemente sea la misma que le hizo aguantar como un jabato su posición en la venta accionarial: su desorbitado ego. No dudo que Amadeo Salvo es valencianista y quiere lo mejor para el club, mas sobre todo es amante del reconocimiento público y disfruta enardeciendo a la masa. Además, también juega sucio. A nadie se le escapa que la radio de Julio Insa, durante el premandato, mandato y figuración de Salvo, ha ejercido de megáfono de los intereses de Salvo, que filtraba (y hacía propaganda) según conveniencia e intereses propios, a veces no coincidentes con los del Valencia. Además, el rango de acción no se limita a la radio, ya que los polluelos bajo la tutela de Insa extendían su red en otros medios. Creo que Salvo es consciente de que el cartero de Onda desde tiempos pretéritos se erigió como un reflejo del «aficionado de la gorra y la bufanda» con éxito, por lo que nada mejor que llegar al aficionado de base a través de sus ondas. Por supuesto, Insa es cualquier cosa menos tonto, y supongo que también habrá salido beneficiado (para poner un poco de perspectiva: Insa es el mismo que apoyó incondicional e irracionalmente a uno de los peores de la historia del Valencia, Juanito Soler; o el que en su día defendió a la bacalá de Daport S.A y sus bonos Ford) en este intercambio de voluntades. Por tanto, no me creo en su esencia la escenificación de la rueda de prensa: si tan claro tenía que iba irse (y de hecho, cuando se confirmó la compra de Lim, dijo algo así como que se iría al año para volver a centrarse en su empresa Power Electronics) no se entiende el pifostio que armó a través de radioInsa por quedar meridianamente claro que no era más que un «presidente florero» (para quien tuviera alguna duda) con la contratación de Caio por el Valencia (que al final no ha sido tal) sin tan siquiera su conocimiento. La pataleta que montó sólo se explica desde el orgullo herido y el ego dañado públicamente,  ya que antes se las había tragado con la destitución de Pizzi (en el que confiaba ciegamente) o la contratación de La Bomba (obligada por la presión de las estratégicas declaraciones de Nuno), por poner dos ejemplos clarificadores. Salvo incendió Valencia a través de su voceros, o reavivó el fuego existente entre distintos periodistas y comunicadores de la ciudad. Todo porque su ego quedó mancillado definitivamente y a los ojos de todo el mundo. Se puso a sí mismo por delante de la institución; lo que para mí no es una heroicidad. Me parece legítimo que piense que el excesivo poder de Mendes y Nuno pueda ser perjudicial para la institución (de hecho, yo estoy en esta línea), lo que dejaría su rueda de prensa de despedida «amiguitos para siempre» en paripé de los gordos. No quiero finalizar sin hacer mención al patetismo que está mostrando Morata en esta guerra abierta, y lo que es peor, probablemente esté ayudando a enterrar la carrera de algunos jóvenes periodistas que podrían ser muy válidos, con su megalomanía y cínicas alucinaciones y su propensión a bajar al fango. Pese a quedar en evidencia una vez tras otra el contumaz periodista Jokeradmirador de Albert Espinosa sigue ofreciendo grandes hits como pollo sin cabeza, arrastrando al resto de su equipo: algunos ejemplos recientes a vuelapluma: la invisible oferta del jeque árabe, Cerberus el comprador más solvente, ¿quién paga a Otamendi?, el consejo de «sabios», el whatsap exclusivo para rumores de aficionados, la estratagema al presidente del Sao Paulo (EDIT: aunque es probable que el presidente tuviera información privilegiada y se fuera de la lengua, y después intentara «rectificar» su cagada echándole el muerto a los periodistas) o la (pen)última: Salvo cobrará 4 millones de euros, digo 3,3 millones de euros, digo pretende cobrarlos. Un esperpento que si cabe adquiere mayor gravedad porque se autopostula como serio y profesional. Un profesional de la risa malsana. Siempre imagino a Perico como uno de esos payasos aterradores (y sin gracia) de película.

Fotos: http://www.projectcasting.com, http://wallpapersprison.com

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