Drakul

Aunque pudiera parecerle que el Valencia vistió de negro y naranja en el Molinón, no, sus ojos le engañaron. El Valencia vistió de azul. Para superar la crisis deportiva se enfundo uno de esos monos azules que llevan los operarios, monos sucios de sudor y tierra. Sin Nani, el jugador al que mejor le sienta el traje de la plantilla, Prandelli aposto por el trabajo. Líneas juntas en todo momento, buenas coberturas defensivas, un equipo replegado y unas contras habitualmente conducidas por un inspirado en el regate Cancelo que llevaron mucho peligro. Tal vez no sea la vestimenta mas apropiada para ir de restaurante exquisito pero para salir de barro, no hay mejor receta que el trabajo y el orden. Desde ahí podremos crecer, de hecho, no hay otra forma de crecer que no sea desde esa base.
El partido fue intenso y bregado ante el Sporting que no se amilanó y nos devolvió, a veces incluso se excedió, en el toma y daca de golpes. Los asturianos demostraron garra y raza y aunque probablemente el arbitro les permitió demasiado y tuvo que expulsar a alguno, eso es el fútbol y quien quiera llevarse puntos del Molinón tendrá que pelear como ellos. Y me parece bien.

Y aunque parezca raro, mi mención especial del partido no es para el sorprendente bigoleador Mario Suarez. Es, primero, para Rodrigo, jugador por el que sufro cuando no marca porque nadie merece mas que él llevar varios goles en la liga. Incansable tira desmarques de apoyo y profundidad, va a la presión, ayuda, fija a los centrales o cae para ayudar en los lados. Pero aun con todo ello, el mejor del partido ha sido Gayà. Posiblemente desde su renovación, tal vez por las lesiones, tal vez por los sistemas suicidas a los que le han sometido, no le había visto competir tan bien. Concentradísimo en defensa, siempre bien colocado, sin dejarse ganar la espalda… Vuelve a ser aquel lateral que maravilló a Europa y a ese nivel, al menos para mi, mejora a sus predecesores Bernat e incluso Jordi Alba.


Jomi Lavarías

A veces con definir el fútbol como un deporte en lo que prima ser práctico y efectivo es más que suficiente. Y eso es lo que ha hecho el Valencia esta tarde en El Molinón. Dar un ejemplo de practicidad y efectividad y volverse para casa con tres puntos importantísimos, tres puntazos viendo el partido que tenemos el próximo sábado.

Hoy había que ganar sí o sí. No cabía otro resultado. No importaba ni interesaba el cómo. Ganar. Y el nuevo Valencia de Prandelli lo ha conseguido. Y además mostrando un fútbol no preciosista pero sí con las ideas muy claras. Con fases de mejor y peor juego, pero hoy el Valencia ha sido un equipo ordenado, solidario y muy obediente tácticamente hablando. A mí particularmente me ha gustado el equipo en el terreno de juego, bien plantado y dejándome unas sensaciones que me invitan al optimismo.

Seguramente (Ave) Césare Prandelli verá que hay que mejorar y mucho en un montón de aspectos y el equipo irá mejorando a marchas forzadas. Yo ya con sólo ver al mejor Cancelo de lo que va de año ya me da un indicativo que el trabajo del italiano ha empezado a dar sus frutos. Hoy el portugués ha hecho lo que le ha venido en gana. Ese sí es el jugador, y aún le faltan muchas cosas por pulir, que todos queremos ver. Desequilibrante, sobrado físicamente y un constante peligro para el rival. Este equipo estando trabajado da para mucho mas de lo que nos ha dado, no hay duda y Joao es un claro ejemplo.

Suárez, Enzo, la línea defensiva en general (hola haters de Santos, apuren sus burlas, os queda poco) y la lectura del partido en los últimos 15-20 minutos (dirigido desde el banquillo por un entrenador experto, aleluya) ha sido lo más destacado. Alves inédito. Y la línea ofensiva lo peor. Mucho trabajo, sí, pero hemos vuelto a estar romos en ataque. De nada nos sirve correr como pollos sin cabeza si ninguno es capaz de meterla cuando se le presenta la ocasión. Sí, Rodrigo, sobre todo va por ti. Y Mina sigue perdiéndose en banda. En cuanto al que corre más que nadie hoy ha hecho uno de sus típicos partidos en el que ha alternado fallos clamorosos en la entrega y el manejo de partido a su antojo en los minutos finales.

En definitiva, bocanada de aire que nos permite afrontar el partido del sábado con más confianza y optimismo. Que el Prandellismo haya llegado al Valencia para instaurarse.


Toni Calatrava

Salvo tres puntos en el casillero y el debut de Cesare Prandelli, poco rastro dejará este partido en nuestra memoria futbolística: una raquítica victoria por un gol de ventaja ante un rival entusiasta pero mediano. En un choque en el que el técnico italiano dio continuidad al libreto de Voro, el tono gris fue el predominante en el juego valencianista; solo la buena llegada al área de un Suarez bigoleador  y la chispa de anarquía de un Cancelo desbordante pintaron algún color más alegre en el cuadro general.

Se adivinan algunos trazos interesantes: un equipo más compacto y sin tanta distancia entre líneas, dos mediocentros casi en paralelo y buena salida por los costados, tanto de los laterales como de los interiores. El páramo lo tenemos en el centro de la delantera, un territorio yermo donde reina Rodrigo, jugador esforzado, que pese a su empuje y continua movilidad sigue siendo una nulidad de cara a puerta: no tiene nivel para jugar de «9» en este equipo; su papel puede ser complementario a un perfil más rematador, pero es improductivo de cara a puerta.

Lo cierto es que un partido que puedes terminar con tres o cuatro goles, te encuentras con un córner contra tu portería: jugada siempre peligrosa en el descuento. Quiero ser positivo, pero las obvias carencias en ataque son más cosa a solventar por la Diercción Deportiva que del entrenador; veremos en estos meses otoñales cómo se las apaña Prandelli para amasar un goleador con lo que hay en la plantilla: yo diría que Mina por el centro es el que más gol tiene.

Buona fortuna, Cesare.


Hoeman

  1. El Valencia tiene mucho en lo que mejorar, pero mientras sea con victorias, de lujo.
  2. Gol tempranero con recuperación y avance rápido, pase de Rodrigo atrás, amago de Parejo y tirazo de Mario Suárez. Planteamiento voriano en la primera parte, aunque peor, las líneas juntas pero más retrasadas de lo necesario en fase defensiva una vez el contrario supera el centro del campo, los centrocampistas prácticamente en el borde del área. A la espera de realizar un contraataque y rematar la faena aunque con una distancia sideral a portería contraria y Rodrigo de islote. 4-2-3-1/4-4-1-1 también voriano. El empate del Sporting se intuía y llegó: Montoya defiende con la mirada y Aderllan intenta despejar con el pie en lugar de con la cabeza. Salvo este error, buen partido del brasileño.
  3. En la segunda parte, hasta el gol, minutos muy romos de los che, con balón pero sin saber qué hacer con él (ni cómo). A balón parado, con error defensivo de los de Gijón, llegó el segundo de un acertadísimo cara a portería Mario Suárez. Pese a los dos goles, en teoría el español debería ser el mediocentro más anclado y Enzo el que tuviera más libertad.
  4. A partir del gol, el Valencia supo templar muy bien el partido, dominando la situación, algo que hasta hace bien poco era imposible. Victoria merecida para seguir mejorando.
  5. Nombres propios:
    – Cancelo: cada vez que la coge da sensación de peligro, individualmente es portentoso. Si lo centran y mejora (mucho) en la lectura del juego…
    – Rodrigo: nuevo partido de los que suman con trabajo, presión, movimientos, ocasiones de gol… y asistencia de gol.
    – Garay: el mejor de la defensa: ofreciendo seguridad y sin complicarse (eso despejes a fuera de banda son tan necesarios y tan poco valorados).
    – Por otra parte, muy flojos Montoya y Mina.


Lobo

Interesante partido del VCF en El Molinón. Lo mejor, los 3 puntos, claro, pero todos teníamos ganas de saber cómo pretendía jugar Prandelli con estos mimbres, y hemos podido ver que ha optado por la practicidad sin delirios de gran entrenador. Orden defensivo, líneas juntas y voluntad de equipo rocoso. Bien. Sin embargo durante los primeros 20 minutos el equipo ha querido manejar el juego haciendo presión adelantada cuando la tenía el rival, pero reculando y basculando bien para mantener líneas juntas. Ha caído un gol en jugada combinativa, lo que debería haber reforzado la psique del equipo. En vez de eso se han venido abajo hasta convertirse en el mismo grupo desnortado que las pasaba putas con Ayestarán en el banquillo, lo que demuestra que el equipo está apenas hilvanado. Y tras el empate han llegado los peores minutos del VCF, desarbolado y a la deriva en manos de un SPO poco más que voluntarioso. Menos mal que ha llegado el descanso.

Prandelli ha visto que el equipo aun no daba para más y ha optado por jugar la 2ª parte ya claramente a la contra, muy metidos atrás y lanzando a los puntas. Es un decir. Y aquí hago un inciso. Porque el único punta que generaba peligro era Cancelo, (que vino como lateral, ojo) y eso a su estilo anárquico y a lo que salga. Mina ha estado muy perdido en la presión alta y defensiva, y Rodrigo es una lágrima que apenas ha podido ofrecer a sus fans (liderados por el gran @_hoeman) más que cuatro carreras y cierta presión y lucha en la 2ª parte, que no goles ni peligro alguno, pobrísimo bagaje para ser el delantero centro del VCF.

Volviendo al partido. La 2ª parte ha sido la de un equipo con cierto oficio, algo que se echaba de menos, que ha sabido marcar como fuera, con algo de suerte, y conservar el resultado. Casi diría que no he sufrido mucho, pero es mentira, lo he pasado mal porque estaba bastante seguro que nos empataban, herencia de tantos malos ratos pasados los últimos años. Prandelli tiene faena por delante, pero le veo muy capaz de sacar lo mejor de estos jugadores y hacer una temporada al menos digna, si no consiguiendo puestos europeos sí al menos estando en la lucha. Lo siento, no soy optimista, no veo que todo vaya a ir de maravilla a partir de ahora. Soy realista, y creo que hay al menos 6 o 7 equipos mejores que este VCF, más rodados, más sólidos, con mejores jugadores, más convencidos de lo que hacen, con mejor dinámica. Pero sí veo que con entrenador de verdad podemos relanzar de nuevo la competitividad del VCF. Y esa, amiguitos, es una esperanza muy bonita y largamente esperada.


Mario Selma

2 semanas de Prandellismo en vena. Atiborramiento máximo para matar la ansiedad por empezar a desmenuzar el libreto de un entrenador de cartel. Empapados de su historia particular y pasado deportivo más reciente, entrevistas corta-pega mediante, se miró con lupa los entrenos “a puerta cerrada” para adivinar la esperada disposición táctica de la nueva etapa por saborear. Y con ello nos hemos plantado en El Molinón, prorrogando esa estadística que muchos, engullidos por la marea inercial negativa, auguraban por finiquitada. Cenizos.

Sobre el verde, Cesare sacó lo que entrenó; un 4-2-3-1. Alves apenas tuvo faena directa durante los 90 minutos, mientras Santos, que se había granjeado su continuidad con buenas actuaciones, cometió un error de bulto que costó el primer y único gol sportinguista. Un central no puede obtener la valoración de buen partido si un fallo así cuesta un gol, porque es una acción defensiva -sigo sin entender qué demonios intentó hacer- que penaliza con el máximo castigo posible. Culpa compartida con Montoya, que infestado de gayitis, no encimó lo suficiente a su par a la hora de abortar el centro lateral, la sempiterna asignatura pendiente de este Valencia. Garay dio muestras de su solvencia a través de intervenciones sobrias, sin remilgos e incluso con acciones a la vieja usanza. Un central que protege la casa como si fuera propia. Gayà anduvo más correcto en labores defensivas que de costumbre, mientras se incorporó por su carril con cuentagotas. Un doble pivote Enzo-Suárez, donde el argentino quedó anclado y Mario libertado en transición ofensiva. Un intercambio de teóricos roles que personalmente no me convence hasta la fecha. Por seguir desperdiciando las condiciones del capitán, coartadas y diluidas en una función que no le viene como anillo al dedo, y porque el ‘7’, precipitado todavía, no ofrece lo necesario en faceta organizativa ni en línea de tres cuartos -pese a su reconfortante idilio con el gol-. Mientras Parejo partía de una posición más adelantada, conjugando con los 3 atacantes, donde no rindió de manera eficiente primeramente por no encontrarse cómodo ahí, y segundo por la carencia de desmarques que facilitaran líneas de pase limpias. Así nos encontramos con un centro del campo desdibujado, no definido ni encastrado, una mezcolanza de perfiles metidos con calzador a cometidos no idóneos, que lastran sus mejores versiones personales. Y cuesta. Cuesta arrancar ese motor y que no pistonee con regularidad. En ataque, la noche. Mina estuvo ausente, muy desconectado del juego del equipo, completando una de sus peores actuaciones como blanquinegro. ¡Balones a Cancelo! Porque el luso se fue de todos, cómo y cuándo quiso. Joao es el hombre más desequilibrante del plantel, creo que no hay valencianista sobre la faz de la Tierra que lo ponga en duda, rebanando a todo oponente por su carril con suma facilidad. Eso sí, su llamativa incidencia llevó aparejada un alto porcentaje de inefectividad, fruto de malas decisiones y baja resolución. Pero es algo mejorable, ya que su explosión atlética y talento innato florecen siempre que está entonado. Lo suyo de ayer fue un continuo coitus interruptus, pero al menos fornicamos y dejamos atrás los cansinos y sobrevalorados preliminares. Con Rodrigo me pasa como con Aderllan; cuando el 9 falla ocasiones claras de gol, su modus vivendi, tiene que repercutir en su nota final. Cierto es que en la segunda mitad hizo un trabajo positivo influyente en el juego que suele pasar desapercibido, pero si no perfora, si no acaba consumando, está para otras cosas. Es decir, no le entierro como delantero -hay más roles-, pero como referencia atacante no está cumpliendo. Este equipo está falto de gol y el hispano-brasileño, desgraciadamente, está desaprovechando su petición expresa.

Por último, el efecto Prandelli. Líneas acortadas para dar empaque al conjunto, ceder terreno al rival para pillarles al contragolpe y oficio para saber sufrir en los malos momentos -qué importante es esto-. Vimos un grupo en sintonía y con ganas de agradar, quedando inmortalizado en varias instantáneas. Me extrañaron dos anécdotas: que el italiano solo efectuara un cambio en los 90 minutos reglamentarios, habiendo líneas por enderezar y alternativas en banquillo, y en los últimos compases un evidente frenazo cuando atacaban ante un contrario desplomado y roto en defensa. Timoratos, como renunciando a la estocada final a su alcance. Como siempre, hay que quedarse con el alivio de los 3 puntos, lo que favorecerá el clima para seguir labrando un equipo muy basto de mediocampo hacia arriba. Había que ganar, y se ganó. Misión cumplida.


 

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.com

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