VCF 0 – ATH 3 | A los leones! Se trunca la racha de victorias. Falta de acierto, errores defensivos y un discutido arbitraje penalizan en exceso al Valencia. Así lo hemos visto.

Drakul

Cuando hace pocos segundos que se ha terminado el partido me anticipo a las críticas a Neville. Que sí hombre, que sí, que con otro entrenador Negredo con el balón botando en el área pequeña no la tirará fuera. Seguro que con otro entrenador Parejo no intentará hacer caños con el tacón jugando de mediocentro defensivo. Seguro que Alcacer resolverá ese uno contra uno. También otro entrenador hará que Gayá no deje un espacio de tres metros al centro del jugador que sube por su banda en un ataque estático o que Mustafi no deje rematar solo a su marca sin siquiera molestarle. Seguro que sí.
Y digo esto aun cuando opino que es la primera derrota de la temporada verdaderamente propiciada desde el banquillo. Neville se ha cargado el Valencia serio de la primera parte con decisiones sorprendentes. El cambio de lado de los dos extremos, obligándoles a jugar a pierna cambiada (un error de Mina en ese lado nos costó un gol), el cambio de Enzo, único líder de la plantilla dejando a Parejo a hacer sus funciones (que acabó regalando otro de los goles) o sustituir antes a un incisivo Cheryshev que a un desacertado Mina. Sí, Neville no ha estado nada bien, pero el nivel cerebral de la plantilla está bajo cero. No hay inteligencia (mas allá de la que aporta Enzo), ni hay confianza, ni hay concentración… Así, ni aun sin errores desde el banquillo, que los hubo y está vez groseros, se puede ganar a nadie.

Jomi Lavarías

Ni el Athletic en sus sueños más húmedos podría haber soñado en el minuto 70 de partido que acabaría ganando 0-3. Seamos claros, se les ha aparecido la virgen en forma de regalos para convertir fácilmente tres goles en 7 minutos. Y sí, hasta ese minuto 70 hemos sido MEJORES que ellos. No es que hayamos hecho un partido antológico, pero sí habíamos hecho méritos suficientes para ir dominándolo con cierta solvencia, incluso jugando hasta con las bandas cambiadas como se ha decidido en el vestuario durante el descanso. ¿Dice Gary que han sido los mejores minutos desde que ha llegado? Pues oiga, es tan pobre el fútbol que veníamos haciendo que igual hasta tiene razón. He estado escuchando su rueda de prensa y ha visto el mismo partido que yo, no le quito ni una coma a sus declaraciones.

¿Qué ha diferenciado a un equipo del otro? El acierto. No hay más. Mientras ellos han aprovechado los regalos, nosotros con dos ocasiones clarísimas de gol, no hemos sabido materializar ninguna. En la primera, el gordo y acabado Negredo lanza el balón a las nubes cuando lo más fácil habría sido meterla entre los tres palos, y en la segunda el extraordinario portero Iraizoz le hace un paradón al crack Alcácer en un mano a mano cuando este en un alarde de cualidades le había cruzado el balón magistralmente (nótese cierta ironía en la descripción de ambas jugadas)

Saquemos algo positivo en este entorno tan viciado y asqueroso que tiene el Valencia desde hace algún (demasiado) tiempo ya: Enzo, incansable. Un roba balones compulsivo y que además la juega con criterio. Lástima que nadie le haga el juego y le acompañe acorde a su nivel, como diría un portugués.

jamacuco

Una derrota más en un partido que, si bien no fue horrible en juego, si que puede utilizarse como ejemplo, como reflejo, de lo que es el VCF esta temporada. A todos los niveles. Independientemente de sueños de Europa League o similares, la realidad aboca a este equipo a luchar por evitar el descenso, un fracaso sin paliativos para la gestión Meriton.

Por partes:

– El juego del VCF es un quiero y no puedo. Combina momentos de buen trato de balón con una lentitud y falta de intensidad exasperante. La mayoría de jugadores de la plantilla tienen una técnica superior a sus rivales y son capaces de mover el balón o de tener recursos individuales interesantes. Pero lo hacen a una velocidad inadecuada, demasiado lento y casi siempre sin excesiva mordiente e inteligencia. Además, los contrarios, cuando dan un paso adelante y presionan nuestra salida de balón, siempre, en todos los partidos de esta temporada, complican la vida al mediocampo y defensa.

– Falta de puntería. Los delanteros del VCF no dan la talla. Se ha convertido en algo habitual fallar goles en situación de mano a mano con el portero, partido sí y partido también. Paradigmático es el caso del delantero más caro y con mayor experiencia de la plantilla, Negredo, cuyos fallos son lo habitual, no sus goles, que son la excepción.

– Desastre en defensa. No se puede llamar de otra cosa. El equipo recibe goles en claros despistes y faltas de concentración, lo que penaliza al equipo en todos los partidos. Todos los defensas, sin distinción, son capaces de cometer errores groseros en cualquier momento. Y este desastre no es mayor debido a las buenas actuaciones de los porteros (los tres).

– Falta de respeto arbitral al VCF. No es nada nuevo, pero sí que cada vez es más patente y continuado. Raro es el partido en que no nos guinden o haya desigualdad en el trato, da igual el rival. Falta hace que desde Meriton se tomen en serio estas cuestiones y dejen las tonterías del Fair Play en instituciones que no las merecen como la Liga, la Federación de Fútbol o la UEFA. Eso no nos da puntos, más bien nos los quita.

– El entrenador. Gary Neville va a la suya. Siempre destaca algún aspecto positivo en algún momento que ha tenido en los encuentros. Pero hace caso omiso al resto de actuaciones tanto individuales, como colectivas. Ha conseguido cierta mejoría en algunos aspectos del juego, pero insuficientes para enderezar el rumbo. Además no estaría de más que algún cambio suyo desequilibrara la balanza del partido a favor del  VCF y no al revés. En cuanto a lo de su renovación, me parecería una broma de mal gusto por parte de Peter Lim.

– La actitud de los jugadores. Dudo de muchos de ellos: algunos nuevos otros no tanto. Incluso de alguno que ha llevado el brazalete de capitán. Cuando la actitud que se muestra sobre el césped no es puntual sino habitual, desde mi punto de vista retrata claramente quién está comprometido y a quién le da igual cómo quede el equipo a final de temporada. Hora de hacer limpieza en profundidad el próximo verano.

-Meriton. El análisis sobre la actuación del máximo accionista debe ser largo y profundo. También debe ser frío, sin la inmediatez y calentura del ritmo competitivo. Sin embargo la obcecación en el error, diría que hasta con un cierto punto de soberbia, empieza a sobrevolar peligrosamente sobre su cabeza. Poner dinero da muchos derechos (todos realmente en una S.A.D.). Sin embargo todos sabemos que hay muchos condicionantes en la gestión de un equipo de fútbol, y más con la solera y afición del VCF. No dudo de su buena intención, pero por otro lado se presuponía más inteligencia, y por ejemplo, las últimas declaraciones de Lay Hoon en @diarioas (echando balones fuera en cuanto a la planificación, gestión de Nuno y Gary, y «culpando» de la actual situación al mal ambiente generado en Mestalla y entorno) me han parecido de todo menos inteligentes. Ojo, cuidado.

Toni Calatrava

El engañoso efecto placebo de las cuatro victorias consecutivas saltó por los aires en seis minutos de horrores defensivos. Hasta ese momento, yendo de menos a más, el equipo de Neville había hecho un partido competitivo marcado por el desacierto de Negredo cara a puerta y los fallos arbitrales.

No vale la pena detenerse mucho en analizar el juego, las ocasiones erradas, el penalti no pitado, el gran trabajo de un Enzo Pérez sobresaliente, … cuando un equipo se deshace como un azucarillo al recibir el primer golpe, poco más hay que decir: solo pedir que la temporada acabe rápido sin más sufrimientos.

El equipo bilbaíno no sólo se lleva tres puntos, posiblemente el añadido de cierta sensación de superioridad; de tumbarte cuando ha querido, se lleve las pocas expectativas que existían de pasar la eliminatoria de UEL. Con Aduriz a punto, Williams y Raúl García poco tiene que rascar un Valencia que no las mete arriba, pero es generoso en su retaguardia.

No hay primavera para el valencianismo.

Mario Selma

0-3 suena a tocata, a azotaina pura y dura. Pero nada más lejos de la realidad. Al igual que tampoco se puede tildar de injusta derrota. El Valencia hizo más méritos que su rival en términos generales para llevarse el partido, pero ello no debe relacionarse con la manida justicia futbolística. A este juego gana el que más tantos anota que su adversario. Y no hay más.

El equipo no salió derrotado de Mestalla, desaprovechando una gran oportunidad ante un Athletic desgastado y con bajas de peso, por los criterios del árbitro, ni por los desaciertos de nuestros delanteros -habría que discernir la ocasión marrada de Negredo de la de Alcácer para no equiparar fallos de distinto calibre-, ni por las decisiones de Neville, ni por la endeblez y desconcentración de la defensa, ni por crasos errores unipersonales, ni por la impotencia para revolverte cuando te llevas una guantada, ni por la desventura de perder al hombre-biela del mediocampo en el momento más inoportuno. Sino que fue por la sinergia de todas estas circunstancias. Y eso no es casualidad, más bien causalidad cuando está siendo la tónica y no la excepción. Como el abanico es amplio, da pábulo a dar rienda suelta a todas nuestras ojerizas particulares contra fulano o mengano, a descargar la decepción personalizando en aquellos a los que marcamos arbitrariamente a fuego desde hace tiempo.

El caso es que el equipo ve abortada su escalada cuando menos se esperaba para que los fantasmas de toda esta aciaga temporada revoloteen a sus anchas los próximos días. Pitos, cánticos y malas caras de una hinchada agotada de sufrir capítulos negros como el de ayer tarde ha sido la estampa de la previa europaliguera. Mientras nos devoramos vivos por ver quién la tiene más larga a la hora de señalar culpables, la broma sigue sin hacernos ni pizca de gracia cuando marzo asoma por el horizonte. Un horizonte sin arco iris que nos esboce media sonrisa, más allá de algún rayo de sol que se coló por la nube de la mediocridad que nos acompaña durante el curso del desengaño.

Ilustración del artículo vía www.valenciacf.es