Peris
Definitivament, l’equip no acaba d’arrancar. El perfecte engranatge que tant ens va sorprendre al principi de la temporada passada, enguany no s’ha mostrat. L’inici tan complicat comença a generar certa inseguretat en determinades accions, però no es pot negar l’actitud de l’equip. Estariem parlant d’altra cosa si els quatre pals que porta el Valencia CF en este inici de temporada hagueren entrat. I amb el de Parejo, ens hem perdut un debat dominical en xarxes entre els lovers i els haters. Positivament podriem valorar la bona actuació de Piccini, salvant un gol, la tornada del desitjat Guedes i la porteria a zero. Negativament, la falta d’encert i l’absència de claredat ofensiva i la lesió de Kondogbia, a hores d’ara, part fonamental de l’engranatge blanquinegre. Cal començar a treballar des de ja per revertir la situació, incidir en les entrades per banda, vist que les opcions de generar perill per dins no estan eixint de la manera dessitjada.
Aprofiteu el diumenge per desconnectar del vici futboler i feu family points, que dimecres comença esta part intensiva de setembre que no para ni deixa presoners.
Sergi Calvo
Comenzó el partido el Valencia, un partido trascendental para coger el impulso definitivo en este inicio de liga, con un “Ni puedo, ni quiero”.
Ambos equipos plantearon tácticamente el partido según sus propios manuales: un Betis de toque y profundidad pero basando su fortaleza en el buen juego y un Valencia, aparentemente agazapado atrás, esperando salir a la contra. Sin embargo, el retraso de las líneas, si no va a acompañado de sincronía y contundencia, se puede transformar en un embotellamiento dónde el Betis, hasta el minuto 30 de partido, se convirtió en amo y señor del mismo.
La lesión de Kongdobia y el obligado cambio por Daniel Wass modificó en algo la dinámica de juego de los locales. Cuando el danés descubre que poco o nada de ayuda puede esperar de su compañero de demarcación, entonces se atreve a asumir algo más de recorrido y capacidad. Diez minutos tardó Wass en descubrirlo, diez minutos en los que el capitán del equipo, tan desquiciado como impreciso, mereció ser incluso expulsado tras repetidos codazos y entradas a destiempo.
Interesante debió de ser el descanso en el vestuario de los de Mestalla pues, al menos actitudinalmente, el juego del equipo se modificó de manera sustancial en la segunda parte. Nuevamente se tira de manual pero adelantando en algo las líneas de presión y buscando tener el protagonismo del juego. No obstante, la falta de precisión en tres cuartos imposibilitó que el Valencia dispusiera de ocasiones de gol significativas, fuera de un potente disparo al larguero de Parejo tras pase de un hoy voluntarioso como siempre pero impreciso Rodrigo.
Minutos de debut para Guedes que intentó desequilibrar en banda pero nuevamente la imprecisión y la falta de entendimiento arriba hizo imposible tan siquiera poner en apuros la portería bética.
Al menos quiso el Valencia pero no pudo… o no supo.
Preocupantes señales para lo que viene: La primera es que resulta evidente que la dispersión de diferentes objetivos está descentrando a la plantilla. En segundo lugar dos goles en cuatro partidos, uno de ellos de penalti y tres puntos es bagaje muy pobre.
Los fichajes no están mostrando la aptitud que se les suponía; preocupa especialmente un Batsuhayi que, si piensa que el camino a la titularidad con Marcelino es la realización de absurdas rabonas en el centro del campo, va camino de convertirse en un cacharrazo de consideración.
Marcelino comenta que el equipo se encuentra todavía en pretemporada pero al mismo tiempo compitiendo. Nada que no se supiera con antelación. El tiempo apremia, vienen curvas muy cerradas y hay que mejorar muchísimo y en muy poco tiempo el agarre de los neumáticos.
Jomi Lavarías
El València segueix sense convéncer i el que és pitjor, segueix sense guanyar després dels quatre primers partits de lliga. Imatge pobra, molt pobra, l’oferida a Mestalla davant el R. Betis. Sense frescor i sense encara mostrar el bloc que en la campanya passada a hores d’ara ja evidenciava l’equip de Marcelino, portant només tres punts mes l’any passat a estes altures de campionat.
En la primera part el Betis ha ballat al València, cert que sense mostrar molt de perill en àrea valencianista, tan sols la pilota treta per Piccini baix pals després de la jugada de Inui. Però és que no hem sigut capaços de donar tres passades seguides pràcticament en tots els primers quaranta-cinc minuts. El València evidencia una falta de futbol alarmant. El centre del camp està desaparegut per complet. Parejo, ara mateix, és una llosa en el (no)futbol del Valencia. Si a això li unim la recaiguda en la lesió de turmell de Kondogbia, tenim la tempesta perfecta damunt. Un futbolista que a penes aporta i que fa que el que jugue al costat s’haja de multiplicar. Si este futbolista no es Kondogbia, alma mater d’este equip, la generaciò de futbol per par del Valencia es nul·la. Les bandes desateses i pilotes que no arriben a Rodrigo, cordó umbilical d’un inoperant Gameiro.
La segona part no és que fóra molt millor, però almenys sí que es va controlar un poca més la pilota i les intencions d’arribar a l’àrea bètica estaven sobre la taula, encara que tot va ser en va excepte la pilota estavellada en el travesser per part de Parejo.
Les decisions preses per part de Marcelino en forma de canvis no van donar el resultat esperat. Guedes per dreta es perd massa, encara així ho va intentar, mentre Batshuayi continua generant-me els mateixos dubtes des del primer moment que ho vaig vore. Mes tard o mes prompte, espere equivocar-me, tindrem «cas Batshuayi». Només vore la seua actitud «calfant» en banda fa que pense que el futbolista no ha vingut a València a llaurar-se un futur plé d’exits en el nostre equip.
Això és futbol i tots els problemes s’arreglen amb victòries. Quan arribe la primera vindran moltes més. La Juve pot ser un bon trampolí, per què no?
Amunt!
Hoeman
¿Fue tan malo el partido del Valencia como las sensaciones que quedaron al final dicho encuentro? No, salvo los primeros 25 minutos podríamos decir que fue superior a su rival, el Betis. La mejoría coincidió con lo que le costó encontrar el ritmo a Wass, que parece un jugador diesel y mejora conforme pasan los minutos. También con el comienzo una «guerra sucia» entre los jugadores, con Parejo ostensiblemente nervioso, más no fue expulsado. No obstante, tampoco fue un dominio abrumador ni mucho menos.
El Valencia da la sensación de ser un equipo excesivamente rígido y con poca versatilidad y variantes tácticas; si a la lesión de Kondogbia le unimos que Rodrigo no interviene mucho en el juego organizativo y que Parejo (el supuesto motor) tiene un rendimiento guadianesco, es lógico que el conjunto se resienta. También parecen haber una serie de intocables para Marcelino (Gabriel Paulista, Piccini, el propio Parejo, veremos Gameiro, y Cheryshev como primer recambio) independientemente de su rendimiento que puede no beneficie a las gestión del vestuario a medio y largo plazo. Pero además, recursos tan básicos como cambiar los extremos de banda (por ahora, el mejor rendimiento de Ferran lo hemos visto partiendo desde izquierda) tampoco han dado lugar hoy. Al menos Guedes dejó destellos de lo que puede llegar a ser.
PS. Por primera vez en la temporada vimos, finalizando el encuentro, que Parejo ya no era el encargado de ejecutar los lances a balón parado. Lo hizo Wass, eso sí, con poco acierto.
Lobo
A menudo cuesta decidir si el resultado de un partido se debe a que un equipo ha jugado bien y el otro mal, o viceversa. Pero a veces no hay dudas. Y para mi no hay duda que el el VCF ha empatado ante el BET por deméritos propios y no porque el equipo andaluz haya hecho, ni mucho menos, un gran partido.
De hecho el BET me ha parecido por momentos un equipo ramplón en la delantera y medio campo, aunque no tanto, curioso, en defensa, que suele ser el punto débil de los equipos Setién. Pero en Mestalla no ha sido así. Los sevillanos han sido solventes en defensa pero muy romos en todo lo demás, aunque en la primera parte hayan parecido muy superiores. Pero solo porque los valencianistas han salido a verlas venir, demasiado autocomplacientes, adormecidos, y han permitido que les dominaran a placer sin molestarse ni molestarles ni un poquito. En la segunda parte, de la mano de un Daniel Wass responsabilizado y orgulloso que hoy sí ha hecho un partido meritorio, han intentado ganar el partido, pero con muy pocos argumentos. La pena es que el VCF competitivo y solvente que todos seguimos esperando les habría pasado por encima sin contemplaciones, pero este anodino, destensado e inocentón de comienzo de temporada del Centenario, tan 2015, no. Y hasta que no sean capaces de sacudirse de una vez los miedos y la espesura de un juego que no arranca, las dudas y la inercia, seguirán, sin poder resolver partidos.
Pero llegará, estoy seguro que llegará el VCF engrasado, seguro de sí mismo y de su capacidad para ganar partidos. Hasta entonces no creo que se inteligente empezar a cobrar deudas y botarli foc a tot. Para empezar tenemos ahí ya la UCL, que tanto costó conseguir. Y empieza con partido por todo lo alto ante la Juve, un gigante. Quizá la motivación y la tensión que no han sabido encontrar ante el BET sí aparezca ante los italianos, y aunque estos son bastante más sólidos y peligrosos que los sevillanos, también los nuestros pueden mejorar mucho sus prestaciones. Y espero que un buen resultado les proporcione la dosis de autoestima necesaria para reconducir la situación en Liga, que, no lo olvidemos, es la competición importante de verdad.
jamacuco
Involución. Es la sensación que me transmite el equipo en este inicio de curso. Todo lo bien que hacía, todo lo bueno que tenía parece desaparecido; todo lo nuevo, todo lo trabajado en pretemporada para esta exigente temporada aún no ha hecho su aparición. Y es que por ahí se presume el problema a esta aparente cojera que muestra el VCF: falta cocción, falta trabajo, faltan esos famosos «automatismos». E ideas, faltan muchas ideas.
Al menos ayer no se encajó gol, por ver un punto positivo a la cuestión. La línea defensiva pareció lo más serio del equipo, y el señalado anticipadamente Piccini incluso salvó un gol cuando se colaba irremisiblemente.
Analizar el resto de partes del equipo se antoja complicado sin caer bien en la manida paciencia ( ¿no será complacencia lo que algunos piden?), bien en el raje infinito que nuestras tripas valencianistas piden después de ver el bochornoso espectáculo de ayer y partidos precedentes.
Lo que está claro es que la sala de motores no funcionaba antaño y por mucha pólvora que puedas tener arriba, el engranaje sigue sin funcionar. Ahora que el Gobierno se ha propuesto eliminar el gasoil, no estaría de más jubilar anticipadamente a Parejo, motor diesel gripado hace muchas temporadas, y buscar un verdadero motor para un gran Valencia. Que un currante del fútbol como Wass, abnegado trabajador pero sin la brillantez ni calidad para un equipo de postín, pueda parecer la solución para algunos es significativo de la gravedad del problema.
La ausencia de Kondogbia se antoja clave en este mal comienzo y Rodrigo en su labor creativa bajando al centro del campo está siendo más escasa. No están pudiendo sacar las castañas del fuego al Cosladeño (¿cuántas veces se dijo la temporada pasada?) Si a esto añadimos un Ferran excesivamente verde y la decisión técnica de no sacar a Soler, pues eso… lo que vimos ayer. La nada.
En la delantera Gameiro está haciendo realidad en unos pocos partidos todos los fantasmas que le han rodeado en el Atleti: jugador muy móvil pero fallón. Ayer tuvo una muy clara que de haber subido al marcador hubiera cambiado el partido radicalmente. Veremos cómo evoluciona.
Y para finalizar Marcelino… Su encorsetado 4-4-2 es inamovible. Sin embargo no hay automatismos. Y la cuestión física tampoco destaca….¿Explicaciones? Ojalá nos las dé el próximo miércoles contra la Juventus, el partido que parece estén esperando todos desde el pasado mes de abril.
Ilustración del artículo vía valenciacf.com