GCF 0 – VCF 1 | El Valencia CF fue resolutivo

Juan Martín Querol Rodríguez

Partido aplazado de la jornada 26 tras la desgracia ocurrida en el barrio de Campanar y que tanto dolor dejó en la ciudad. Descansen en paz.

Regresaba Sandoval a “su casa” formando un 4-4-2 con Uzuni y Boyé sin haber entrenado durante toda la semana. Baraja monta su 4-4-2 característico, dando entrada a Canós por la izquierda y Javi Guerra en el centro, con Diego Lopez acompañando a Hugo Duro.

La primera parte ha sido del Granada completamente, si bien en posesión ha estado pareja, el Valencia CF no ha dado sensación de peligro en ningún momento, más bien lo contrario, nuestro centro del campo ha estado “espeso”, nuestros delanteros desaparecidos, nuestras bandas desbordadas, y sólo la buena actuación de nuestra defensa, con Mosquera y Cenk dando un
paso al frente, ha hecho frenar las aspiraciones del Granada en adelantarse en el marcador.

La segunda parte ha sido diferente gracias a Baraja, moviendo el banquillo y… ¡RENUNCIANDO A SU SISTEMA!, pasando a 4-3-3 dando entrada a Almeida, determinante al final del partido. Con ese movimiento, el VCF ha corregido, volviendo a conectar las líneas dando continuidad a los pases, mejorando mínimamente. Hasta que en el minuto 77, un córner desde la izquierda le caía a Almeida en la frontal que ha definido con calidad al fondo de la red. 0-1. Marcador con el que hemos llegado al final.

Decía el gran Luis Aragonés que las ligas se deciden en los últimos diez partidos y, me atrevo a añadir que, lo que te hace estar arriba, son ganar estos partidos que juegas mal, y sumas tres puntos.

El Valencia CF, desde que llegó a los 40 puntos, parecía que sufría un bloqueo mental que les afectaba en su juego. Hoy, probablemente, ha sido el peor partido del VCF en lo que va de temporada, esperemos que, con esta victoria, haga un “click” en lo que queda de liga.

Nos quedan ocho “finales”, eso sí, diferentes a las del año pasado.

Peris

Un entrenador que sabia d’este negoci, deia que en els últims partits de la lliga era on es jugava tot. I també deia que calia guanyar, guanyar, guanyar i tornar a guanyar. Ja sabran de quin entrenador parle. I això és el que cal fer ara fins quan acabe la competició. No importa com. No importa si es pateix o no. No importa si el joc és bonic o no. Amb un equip que els vidents balompèdics, incloent els del propi club, li donaven el marge de, simplement, millorar la temporada passada, s’ha aconseguit lluitar per a poder entrar en Europa, amb tot el que puga portar això.

I podem estar parlant i debatint d’estes coses perque Almeida va sacsar el sistema i va tindre la clarividència de ficar la pilota al racó del gol. Gol que va convertir el dijous en dissabte a migdia, celebrant i somiant que potser, si les coses van moderadament bé, l’any pròxim es torne a jugar entre setmana.

I no es poc per d’on venim. Totes les altres coses, envejes i interessos mal intencionats.

EL TERCER TIEMPO

Las notas de Korvin

Mamardashvili: Otra vez portería a cero, esta vez sin grandes paradas, aún así muy seguro. Un 6,5.

Thierry: Le veo bastante peor que antes de lesionarse. Un 6.

Mosquera: Otra vez el mejor. Un 8.

Cenk: Mira que me gustaría ver un partido redondo por su parte. Estuvo bien, realmente bien, sobre todo en la primera parte pero joder…, siempre tiene que dejar alguna de las suyas. Un resbalón, un balón en el área que mide mal, otro que directamente no salta… Aún así, es evidente que ha mejorado. Un 7,5.

Foulquier: Correcto. Un 6.

Pepelu: Incómodo desde el minuto uno, hasta ahora, su peor partido de la temporada. Un 5,5.

Javi Guerra: Sigue sin carburar. Trabaja, se ofrece, intenta…, pero después nada de nada. Un 5.

Fran Pérez: Otro partido malo. Un 4,5.

Diego López: Esta vez muy poco. Un 5.

Hugo Duro: Desaparecido. Un 4,5.

Almeida: Ha cambiado el partido y ha marcado un buen gol. Un 7,5.

Jesús Vázquez: Lleva toda la temporada sin enterarse de la película. Un 4.

Peter Federico: Entró por Fran y dio algo más de criterio con el balón pero menos trabajo hacia atrás. Un 4,5.

Alberto Marí: Nada de nada. Un 4.