Sergi Calvo

El Valencia jugó en Vitoria el, sin duda, peor partido de la temporada. Sin combinación, sin solidez, sin juego ni de ataque, ni defensivo ni de mediocentro.

Un asco de partido, vaya, en el que no hay nada que salvar y que fía el hipotético futuro europeo del club en la competición de Copa.

Nada más que decir, amén de la imprescindible mención a un arbitraje que toleró, como no, el juego duro en nuestra contra, sancionó agresiones sin balón en juego con amarilla, permitió codazos a cascoporro y que como detalle relevante, necesitó varias repeticiones y tomas para decretar la clarísima mano de Jason en el área del Alavés al tiempo de consultar, casi rogar al VAR, el penalty por ¡balonazo en la cara! en nuestra contra y que, naturalmente, segundos después, sancionaba el de Yunus, que si bien lo es, pareció pitarse incluso antes de que Yunus bajase del avión en el aeropuerto.

Todo forma parte de un partido para olvidar, salvo en una tabla clasificatoria que los de Bordalás parecen empeñarse en no hacer ilusionante.

pd. La afición del Alavés entonó un entreñable «Es de segunda, Valencia es de segunda». La afición… del Alavés.


 

Jomi Lavarías

El pasado 31-12, en Mestalla contra el Espanyol, con 1-0 el Valencia tenía la victoria en el bolsillo y con esos tres puntos dormíamos en puestos Champions. Seis jornadas después, tras perder aquel partido y tras dos puntos de dieciocho posibles, prácticamente hemos dilapidado todas nuestras opciones europeas vía liga.

No exagero si digo que el partido de hoy lo hemos visto unas mil veces en todas nuestras vidas. Cuando hoy en Mendizorroza, teníamos la oportunidad de engancharnos a los puestos de arriba después de un calendario exigente, el Valencia ha hecho un partido decepcionante, pero no inesperado. Es muy complicado de entender y comprender cómo el Valencia de hoy es el mismo equipo que jugó en San Mamés el pasado jueves. Pero somos el Valencia y eso es una constante en nuestra historia, la de revitalizar a los equipos rivales a costa de nuestra propia debilidad. Lo hemos visto tantas veces que ya no sorprende.

Toca aferrarse a la Copa, sin perder de vista la liga, para apurar nuestras opciones de jugar competición europea la próxima temporada. Arriesgado, pero es lo que hay, jugárselo todo a una carta.

Amunt 4ever


 

Peris

La doble cara d’un equip que necessitava un reforç en lliga després de la primera part de la semifinal de copa. La preocupació de no guanyar en lliga des de fa molt de temps. Sembla mentira que en l’últim partit de l’any anterior el Valencia CF tocava amb els dits els llocs més alts de la classificació. Sis jornades després, la meitat de la taula és l’habitat gens esperat. Per molt que es noten les absències estructurals. Però cal demanar més a l’equip. Com sempre. la sensació que la plantilla, malgrat tot, deuria d’estar més amunt. Decepció dominical que torna a generar malestar per un futur que no sembla molt agradable. I el Barça el diumenge. Fàcil serà traure un bon resultat, perquè les coses solen ser aixina. Però calia guanyar en Vitòria i res de res. Molt difícil créixer d’esta manera.


 

Lobo

Viendo la alineación inicial pensé que muy bien tendrían que ir las cosas para que no hubiera que sacar a los buenos en la segunda parte y evitar el desastre. Acerté, más o menos, porque ‘los buenos’ tampoco lo evitaron.

La primera parte del VCF fue infame, y la segunda, algo mejor, pero también muy mala. No es normal que algunos jugadores parezcan de paseo, que fallen constantemente por falta de atención o un mínimo de intensidad, o que apenas hagan ocasiones. Y mucho menos que un equipo colista te gane en todo, en todo. Te ganan en potencia, en todos los duelos, mueven mil veces mejor el balón y presionan con convicción. Mientras, el VCF pierde cada duelo, saca el balón a voleo, apenas saben combinar y la falta de acierto es esperpéntica. Por no hablar del mal endémico del equipo, la falta de control de los partidos, la falta de un segundo de pausa antes de decidir para hacerlo bien y no mal, y una patente falta de inteligencia individual y colectiva.

Hay que reflexionar y hacer una fuerte autocrítica. Y sobre todo, espabilar, porque con esta actitud no le ganamos ni… al colista. En todo caso también cabe mencionar los putos arbitrajes de mierda que está sufriendo el equipo. Se podría decir que hoy el Alavés ha hecho el partido que hizo el VCF el otro día en Copa frente al ATB, pero lo curioso es que aquel día nosotros fuimos ‘los duros’ y hoy, que hemos recibido de lo lindo, también. Al final las coletillas y las campañitas de antifútbol sirven para esto, para pitar lo que les da la gana. No es normal que el rival haga las faltas y se las piten a su favor, no es normal que una falta a Yunus que va a despejar, acabe siendo un penalty para el gol de la victoria. Al equipo más castigado con penaltys de la historia de la liga, basta que alguien se le caiga en su área para que la leyenda continúe. Ya saben los próximos rivales, cuando un jugador del VCF vaya a despejar basta con ponerse por el medio para sacar un penalty. Lo de siempre, es fácil pitar al VCF, y al final sí parecemos los tontitos de la Liga, mecagonros. Y paro ya, que estoy más caliente que una mona.


 

jamacuco

Otra vez la carencia de inteligencia ha hecho perder el partido al VCF. Apelar a la heroica, estimular la potencia y el juego intenso, tiene sus límites. Es un tipo de juego muy copero, muy de situaciones límite. Pero en una competición como la liga tienes que tener un registro más amplio si quieres tener unos objetivos mínimamente ambiciosos. Y sobre todo teniendo en cuenta el tipo de rival que teníamos hoy enfrente, un equipo que difícilmente va a mantener la categoría.

Si se trata una falta de planificación (que lo es) o es una falta de preparación de la plantilla (que posiblemente también lo sea en parte) es la discusión que tenemos en las tertulias valencianistas. Si además el nivel de concentración para disputar el encuentro no ha estado al nivel adecuado en muchos momentos, pues nos encontramos con una merecida derrota y una posición en la tabla más que mediocre.

El triple cambio realizado en el descanso de unos jugadores que apenas han sudado la camiseta en el tiempo que han estado sobre el césped (Soler, Marcos André y Costa) ha cambiado la dinámica del partido en la segunda. Sin embargo, cuando consigues el empate, el equipo se diluye ante el lógico ímpetu local y el entrenador (Bordalás debe reflexionar también) no es capaz de romper el correcalles con cambios que den control y gestión de los tiempos. Si lo llega a hacer, el partido habría cambiado.

Decepción liguera que veremos si deja tocado al equipo para próximos envites.

Amunt!!


La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com

 

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