Jomi Lavarías

Derrota en el Camp Nou que a priori podría presumirse por la plaza donde se jugaba y el rival, pero viendo cómo se ha desarrollado el partido quizás un empate podría haber sido lo más justo. O igual una victoria. La realidad es que el partido ha sido de lo más extraño y cualquier resultado podría haberse dado.

Hoy el Valencia ha adolecido de instinto asesino y tensión, en mi opinión. Es probable que llegar casi con los deberes hechos haya hecho que se haya jugado con excesiva tranquilidad y sin ninguna presión. El Valencia ha jugado una muy buena primera parte en la que se han sucedido las ocasiones blanquinegras, pero claro, si las que tienes no las metes y en la primera que ellos se acercan te la enchufan, el resultado final del partido queda totalmente condicionado. Hoy Mina no existió y Rodrigo ha recordado al de temporadas pasadas, negado cara a puerta. Sólo Guedes ha mostrado mordiente y buena prueba de ello han sido los innumerables remates desde fuera del área y las cabalgadas, con mayor o menor acierto, en las contras llevadas casi única y exclusivamente por él.

Pero no era el día y el partido acaba en el minuto 50 cuando Rodrigo marra el 1-1 en una ocasión clarísima y en la jugada siguiente Umtiti hace el 2-0 en una jugada defendida rematadamente mal al primer palo. A partir de ahí ligera bajada de brazos y el Barça pudo haber marcado el tercero tranquilamente y sólo muy al final con el penalti señalado a Gayá pudo meterse de nuevo en el partido. La transformación del penalti por parte de Parejo creo que ha sido fiel reflejo de lo que ha supuesto el partido. Falta de instinto asesino y de tensión. El balón ha entrado llorando por debajo del cuerpo de Ter Stegen tras un lanzamiento flojísimo y mal colocado de Parejo.

Trece puntos de ventaja sobre el inmediato perseguidor a falta de 18 por jugar. Que sí, la champions está hecha, pero convendría no dormirse. A ganar al Getafe el próximo miércoles.

Amunt!


Lobo

No sé, me ha quedado una sensación agria, y aunque palmar en el Camp Nou es lo normal, me siento indefinidamente decepcionado, la verdad es que esperaba más. El plan inicial fue salir con valentía y personalidad, presionando, corriendo y trabajando mucho para intentar sorprender, justo lo contrario que en la ida de Copa. Guedes, Rodrigo y Kondogbia lideraban el ataque mientras el equipo entero defendía con bastante solidez y rigor táctico, Pero no salió bien. Faltó lo que este año casi siempre aparecía, la resolución cara a puerta. Porque ocasiones las hubo, muy claras, pero Rodrigo volvió a ser el que fallaba todo incluso a puerta casi vacía, Guedes no tuvo aquél punto de acierto que parece haber perdido, y el trabajo quedó en nada.

Cuando, tras un gol fallado de forma incomprensible por Rodrigo, el FCB marcaba su segundo en otro despiste de Paulista, acabó todo. El VCF se vino abajo y ya se dejó hacer, fueron simples sparrings para un FCB crecido jugando a lo que más les gusta, a gustarse y hacer disfrutar a su público entregado. Los nuestros, cuando pudieron hacerlo atacaron sin fe, sin creer que podían, faltos de un líder que llamara a la rebelión. Aún así un penalty para mi un tanto riguroso dio a Parejo, el especialista a balón parado del equipo, la oportunidad de recortar distancias y maquillar un poco su lamentable actuación. Y marcó, y cómo, un pepinazo inapelable ajustado a la base del poste ante el que Ter Stegen no pudo hacer nada. Otra Masterclass de nuestro amado líder carismático. Ejem.

Bueno, que me pierdo. Jugamos medio medio pero caímos porque ellos van muy sobrados de calidad aún sin Messi en plan estelar, y nosotros estamos limitados arriba, enmedio y abajo. En fin, a fer la ma. A machacar al Getafe.


 

Peris

Tirando del tópico, si perdonas, la pagas. Y cuando tienes enfrente a un equipo con tanto talento como el Barcelona, es sentencia de muerte. Y así fue. La sal en la herida viene cuando tienes el empate y, en la de después, te meten el segundo. Lo bien cierto es que ni los más optimistas del lugar pensaban que Ter Stegen fuese tan determinante. Y lo fue. Ante un equipo que hizo durante muchos minutos de la primera parte un excelente trabajo de repliegue para salir a la contra. La presencia de Mina como acompañante del letal Rodrigo vislumbraba eso mismo. Pero esto es la exigencia que se va a encontrar el Valencia el año que viene. Tanto contra los equipos a los que se va a enfrentar en Champions, como en las dificultades del resto de los equipos de La Liga al tener en cuenta desde el primer partido que el Valencia ha vuelto al lugar donde debe estar.

Con el objetivo cumplido estos partidos son la respuesta a las cuestiones acerca del nivel de la plantilla. Obvio es que un lateral derecho es necesario, más un delantero alternativo a las virtudes que ofrece Rodrigo, que a pesar de sus errores de hoy insisto, es letal. La alta competencia será vital para que nadie de la plantilla se relaje, que es el verdadero éxito de un equipo que actúa como grupo.

Y ahora, el Getafe. Donde hay cuentas pendientes. Y para los que creemos en el fútbol de vestuario, conviene dejar claro que hay un nuevo sheriff en esta ciudad.


 

jamacuco

El VCF ha dejado buenas sensaciones. Sí. Pero estos partidos no se ganan con buenas sensaciones, sino con goles. El VCF no aprovechó su buen juego y las múltiples ocasiones que tuvo, sobre todo en la primera parte, demostrando que nos faltan algunos escalones para competir a nivel de equipos Champions. Falta mala leche. Falta instinto asesino en las áreas. En partidos clave si fallas, al final, te lo hacen pagar. Es la ley del fútbol y todos la sabemos.

El VCF salió al Nou Camp de forma atrevida, con presión alta y sin dejar de lado la posesión cuando podía. La banda izquierda fue un tremendo quebradero de cabeza para los barcelonistas, a diferencia de la derecha con Vezo y Soler. Aún así el equipo no parecía cojo y creaba ocasiones por la banda «útil» y con un pelón Mina y un desacertado Rodrigo. Sin embargo este buen juego al final fue más de cara al espectador «neutral» que una forma de jugar eficiente contra el FCB. Goles son amores y no buenas razones que diría el clásico.

Los de Valverde, sin hacer nada del otro mundo consiguieron hacer goles en jugadas puntuales. Quizás un poco más de «barraca», un poco más de sobriedad en el juego y un poco más de ser letal cuando tienes al rival dubitativo, sería mucho más provechoso que lo del pase-pase. De todas formas hay que reconocer que el equipo en general estuvo bien plantado, no dejó de dar la cara en todo momento (quizás en15 minutos después del segundo gol se vino un poco abajo) y quizás con un pelín de fortuna estaríamos hablando de otro resultado. Si queremos competir de tú a tú con los grandes trasatlánticos europeos este equipo necesita algo más; tres o cuatro jugadores que marquen la diferencia en las áreas, tanto en la propia como en la ajena,  y un líder creativo en el medio. Si eso no es posible, mejor jugar con otras armas.

Hubo jugadores que no tuvieron la mejor de las actuaciones, pero el nivel general fue bueno. Habría que destacar, una vez más a Gayà, que está haciendo una excelente temporada, incansable en la banda izquierda arriba y abajo; Guedes, que hizo un partido como los del principio de temporada; y el rey Kondogbia, el verdadero corazón y motor de este equipo, asentando sus reales en el centro del campo.


 

Mario Selma

Uy, casi. Otro coitus interruptus. Ahora a ver cómo bajamos esto –fue rápido, se subió el culote y abandonó el lecho–. Llegaba el equipo en un momento propenso para consumar la machada en feudo poco fértil ante un rival atribulado, como gililíder de la estadística chorra esa del último bimestre en competición doméstica. Sea como fuere, ellos estaban más fatigados, más presionados y más tocados anímicamente que los nuestros, en pleno apogeo de resultados y moral exultante.

Salió el Valencia sin el habitual freno de mano echado, por momentos incluso disoluto de más. Primavera en forma de llegadas limpias, rematadamente claras, escupiéndole una verticalidad pragmática a la cara culé. El candidato (omitido más allá de Requena) al subcampeonato haciendo acto de presencia. Fue un omnímodo Guedes quien abanderó el timón ofensivo y dio rienda suelta a su ansia por lacerar a los blaugranas por la vía más rápida; el latigazo luso. Estuvo cerca, pero cuentan con un gran guardameta en sus filas –no caeré en banalidades del tipo “si no fuera por Ter Stegen…”, cuando otros pensarán lo mismo de nuestro brasilero, clave en varios partidos esta temporada. Solo son un arma más inherente a la competitividad de un equipo, no factores casuales o fortuitos–. La principal bonanza de los de García Toral es que se pudieron hacer con los 3 puntacos si el tino, compañero el presente curso, no se hubiese tomado un día de asuntos propios. Solamente aglutinar tantas ocasiones de gol dice mucho de la salud ofensiva –que no tanto resolutiva– de los barbilampiños de LaLiga. Por contra, el grupo se desmoronó tras la estocada de Umtiti –perdiendo la marca Paulista una vez más e ineficaz el don salvador de Neto–, sin saber reponerse a tiempo. Tiraron la toalla, desde el primero hasta el entrenador, con sus estrambóticos cambios e incapacidad para persuadirlos de que la cosa todavía no estaba finita, que era posible remontar. Sinceramente no creo que el palmario bajón fuera fruto de un problema actitudinal, sino más bien de falta de creencia en sí mismos, de su convicción para levantar un resultado adverso ante un transatlántico. Ahí hay faena por delante, tanto de despacho –dirección deportiva y billetera disponible como puente para surtir soluciones a carencias entorpecedoras, así como aumentar cualitativamente posiciones diferenciales–, como de crecimiento interior, de vestuario. Aunque hoy estemos lejos de los superiores, porque los resultados, sensaciones y presupuestos así lo dictan, hay elementos bastantes para, si la planificación deportiva de este crucial verano se lleva a cabo de manera acertada y con el criterio acorde a la exigencia, pensar que se puede subir un peldaño competitivo y aspirar a algo más que congratularnos por aguantar el tipo y no ser vapuleados por los gigantes.

Al margen de la derrota, no considero oportuno pasar facturas y señalar a jugadores que desentierran nuestra fobia más miserable. Y menos a aquellos que han sido pieza fundamental en el nivel alcanzado y sostenido esta gran temporada. Rodrigo es lo que es, trascendental para la propuesta marcelinista y referencia en el vestuario. Categoría de peso pesado ganada con humildad, oficio y perseverancia. Lo que el sábado marró, otros días te lo dio. Y además de modo determinante para situarte a las puertas de certificar el objetivo con una antelación inusual según nuestros anales. Respecto a Parejo, sempiterno debate que doy por inconcluso por radicalizado, sigue sustanciando el mediocampo –algo así como lograr que la amalgama con Kondogbia fragüe– desde un rol opaco, que pasa desapercibido para quienes se obcecan en resaltar solo sus injustificables pérdidas en zona roja y su incomparecencia en facetas que no le competen, como son su demostrada llegada –hasta hoy cercenada por pizarra imperativa– y su liderazgo supremo –su personalidad no le da para tales menesteres, aunque porte el brazalete–. No obstante, sí lidera su función, cumple –y ya– en el cometido que el astur le tiene encomendado, aunque sus detractores lo consideren insuficiente y prescindible, y sus partidarios lo encumbren a cotas que a día de hoy no alcanza el de Coslada. Por último, tras el mazazo del 2-0 corrió como la pólvora el “qué injusto”, “injusticia”. Desde la atalaya purista, otro término profanado por la bufanda inercial. Por suerte este deporte tiene bien definido el reparto de justicia, y no es otro que aquí vence el que más veces perfora la red. Si perdonas, te vacunan. Artículo 1 de la ley natural del fútbol.


 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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2 comentarios en “FCB 2 – VCF 1 | Perdonas, pierdes Derrota por la mínima en el Camp Nou. El VCF lo intentó en la primera parte, sin suerte, pero aceptó la derrota antes de tiempo. Así lo hemos visto.

  1. Watching Dani yesterday I had a realisation. When he 1st got into the team I thought he looked a good player but couldn’t last for longer than 15 minutes. Then he got established and was a good player, linking up near the opposition penalty area, scoring goals and involved in attacking play, not spectacular but good with Banega being the rhythm of the team, or Kieta organising things.

    Then some time during Nuno’s spell as manager something happened. Dani became the «heart beat» and he is now «the organiser». And since he gained these roles he has stopped doing what he wa good at. He decided he had to control the play of the team, dropping to the half way line to pick up the ball, 40 yards from where he is effective. And he is no Banega, he slows the team, his range of passing is limited without time and space for him and those he is passing to. And because he slows play down his team mates rarely have time and space if he is controlling the rhythm of the team. Team mates like Otamendi, Gomes, Kondogbia, Guedes compensate for this by dynamically breaking up the play and raising the tempo but he is a passenger rather than the driver.

    And now as an organiser he is continuing down this path. To be fair one of his strengths is knowing where his team mates are but he is rapidly developing a weakness in that he has no idea where his opponents are. And he spends most of our games pointing for where his colleagues should pass or where they should be. Great, good teams need an organiser. But Dani has forgotten that he also needs to do things other than organise – he can get lost pointing rather than following opponents, pointing rather than making himself available for a pass, pointing rather than marking someone.

    He is a perfectly good La Liga player. But he has been told that he is an international class player and a great mind on the field – some type of underrated Xavi or Busquets. He isn’t but because he has been told that he has stopped doing what he is good at, he should be like Paulinho (without the physical strength but with a bit more ability) – keep the ball and break into the box to score goals. So what I am saying is, that it is the fault of the Parejoliebers not the fault of the anti-Parejoistas that he causes such division (joke)…

  2. También tienen derecho a tener un mal partido ante un Barcelona ricachon y repleto de figurines.
    Chapeau por los jugadores y por el entrenador.
    Yo no sé lo que haríamos muchos de nosotros si tuviéramos que torear ese astado (tanto como jugador como como entrenador).
    Amunt.

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