Sergi Calvo

La tormenta perfecta, ese instante en el que todo lo que puede salir mal… sale peor.

Un fallo multiorgánico con múltiples causas en el que, el tratamiento indicado es también diverso. Tenemos un problema: muchas de las situaciones generadas tienen más que difícil solución  por no decir que ninguna.

Pd. Antes de comenzar la enumeración: Usted, viajero en el tiempo, cuando termine de hacer todas las cosas que tiene que hacer, ¿sería tan amable de recoger estos textos cafemesatlleros, imprimirlos y llevarlos a las oficinas del club en agosto de 2018? Gracias.

1.Las altas han supuesto un desastre absoluto. Veamos: en septiembre el nivel de satisfacción con la plantilla era de los más altos en lustros. Fichajes de mucho nivel y encima estupendamente negociados por parte de Alemany. “La mejor plantilla en años” para afrontar una temporada más que ilusionante y competitiva. Nadie podría esperar ni tan siquiera intuir lo que ha sucedido. Gameiro era el único «pero», por su elevado coste pero se esperaba su personal solvencia y eficacia. No ha igualado tan siquiera a Vietto. Piccini recuerda al peor Barragán, Diakhaby es más Aderllan que Mangala y Wass no alcanza ni como fondo de armario, levantando la sospecha acerca de que si de Vigo vino en realidad su hermano gemelo o algo así. Cherisev desespera en lo que es su virtud: jugar siempre al mismo ritmo, además sin escapar de la espada de Damocles sobre su resistencia a lesiones.… Y la gran contratación , el “delantero Champions” que marca la diferencia, Batsuahyi se ha convertido en una de las mayores óperas bufas que ha contemplado Mestalla en décadas. Su rendimiento es tan nefasto como de mal gusto el humor que genera cuando corretea por el césped.

Seamos sinceros, nadie esperaba esto. El sentir general era de satisfacción e ilusión. Poca gente no avalaría estas contrataciones y sin embargo…. Nada, ni uno…que también es extraordinario: ni uno.

2.Las bajas han supuesto un gran daño deportivo y emocional. La más sangrante sin duda la de Simone Zaza. Se asumió, con las entradas, que su baja deportiva íba a ser de sobra cubierta pero, ya se avisó: sus intangibles emocionales en presión, entrega y conexión con la grada íban a ser muy difícilmente sustituídos. Así ha sido. Nemanja Maksimovic, pese a su secundario rol fue reconocido, por el propio Marcelino, como «una gran injusticia». Con un Coquelín en recuperación de una grave lesión y Kongdobia fuera de juego y tono, podría haber, el bueno de Maksi, tenido cancha para mostrar aquí lo que está mostrando en Getafe. Y Montoya: seamos sinceros, ganamos un doblete con Curro Torres… quiero decir que la posición de lateral derecho no es extraordinariamente determinante, sin embargo, Montoya, el chivo expiatorio de los males ocultos en la temporada pasada, es ahora un jugador recordado y evocado. Tres jugadores (destaco) que ahora son añorados y que además, han generado un runrún de injusticia, amiguismo y planificación interesada en otros menesteres.

3.El derrumbe de los Pilares: El año pasado Guedes y Kongdobia maravillaron al mundo futbolístico nacional. El club apostó una gran cantidad de dinero por su permanencia pero, sin embargo, las lesiones y la mala planificación física, amén de distracciones emocionales han provocado que, prácticamente en enero, permanezcan inéditos. En torno a ellos, otros jugadores se subieron al carro imparable. Lo han intentado: Soler, Paulista, Neto, intentan tirar del carro pero ese carro carece de la potencia que aportaban sus factores diferenciales. Y Rodrigo. Sabiendo que los años postmundial suelen ser duros por desmotivación o cansancio, el caso del hispanobrasileño es especialmente sangrante. Concedió parte de sus vacaciones como signo de implicación, en una situación extraña (mareos ajenos)…el principio del fin.

4.La falta de un liderazgo sólido. Un pilar fundamental que cargue con el equipo en vestuario y en el césped. Lo es Dani Parejo, capitán y símbolo del equipo. Parejo ha rendido en situaciones favorables, rodeado de escuderos eficientes se ha llegado ha decir que es el “mejor centrocampista de la liga/europa/mundo/universo” pero, incluso sus más acérrimos defensores deben percibir que cuando las cosas no vienen bien dadas, el capitán es incapaz, por sí sólo de sujetar absolutamente nada. Alterna actuaciones llenas de impotencia con algunas directamente vergonzantes. El Valencia ha elegido en él a su pilar fundamental cuando, en realidad, es un pilar caducado, cuyo tiempo hace tiempo ya que pasó y que no puede servir para ser piedra angular de nada.

5.El Var íba a suponer una revolución en el mundo arbitral y la justicia deportiva, mas sin embargo, nada nuevo bajo el Sol, salvo algunas decisiones favorables, totalmente premeditadas y cosméticas, la tónica arbitral hacia el Valencia no ha cambiado en absoluto. El objetivo: Entrar en el Guiness de penalties en contra y tarjetas en ratio con faltas cometidas.

6.Cuando todo sale mal, no podemos esperar que la suerte ayude, y en efecto, no lo hace. Postes y largueros, porteros rivales elevados a la categoría de internacionales, lesiones inoportunas… Mala fortuna…también.

7.El agotamiento de Marcelino. Sabíamos que cuando llegó, Marcelino era un entrenador de carácter y personalidad. Éste tipo de entrenadores (llámese Benítez o Perasovic) son excelentes en dinámicas positivas pero, llegado el momento, mutan en situaciones insostenibles y hartazgo en el vestuario. Suelen acabar mal. Todos pensaban que Marcelino íba a tener un ciclo de dos temporadas o incluso una tercera antes de reventar… Se acabaron las pilas antes.

Y más cosas que me gustaría aportar pero tampoco apetece…porque la decepción y tristeza quitan incluso la gana. Una lástima. Vivamos con ilusión esta ilusionante e histórica efeméride que es el Centenari… Lo que nos dejen (…) Y que, en lo deportivo, por favor, esta pesadilla acabe pronto.

Socorro.

Por favor.


 

Lobo

No se puede simplificar, no hay una sola razón ni un solo culpable. Lo que le pasa al VCF es un cúmulo de circunstancias mezcladas con la idiosincrasia del club y su historia. Esto ha pasado, pasa y pasará, y si me apuras era hasta previsible. Siempre hemos dicho que las celebraciones suelen salir mal, así que imagina la del cumpleaños centenario. Pero en fin, no es solo casuística, claro, obviamente hay más cosas, un cóctel que nos está llevando por la calle de la amargura.

Para empezar, Marcelino está perdido. Lo creo de verdad, está sobrepasado por la adversidad, tan sorprendido como cualquiera de nosotros porque todo, todo, esté saliendo tan mal, probablemente tan sorprendido como la temporada pasada porque todo saliera tan, tan bien. Pero me niego a creer que de pronto sea un inútil que no sabe ni hacer cambios, como en verdad parece. Sí, puede que sea muy cabezón con su sistema, pero como tantos otros. Y puede que no tenga la mano necesaria para manejar vestuarios de élite y queme demasiado a sus dirigidos con dietas y manías. Sí, puede ser. Y es evidente que fichando y confeccionando su plantilla es un desastre, tanto como lo fue nuestro exitoso Rafa Benitez, por cierto. Esas cosas pasan, y hay que comprobarlas para poder afirmarlo con rotundidad. Ahora ya lo tenemos claro, es un desastre total y no hay que dejarle componer el equipo.

Pero hay más. Este equipo no se torció cuando la Liga pasada se consiguió la ventaja necesaria para sestear, como muchos opinan. No, se torció cuando llegó Vietto en invierno y algunas estrellitas de chichinabo se vieron amenazadas por aquellos 3 goles en su estreno, creyendo que su status les tenía que valer para no tener que soportar la competencia de nadie, y se enfurruñaron como niñatos malcriados. Por eso acabó fuera Zaza, creo. Pero por aquel entonces había un mundial a la vista, y quizá por eso Rodrigo, pese a todo, muy motivado por ello, tuvo un acierto extraordinario en él, por poco ordinario. Y ahora, ya sin motivación mundialista, de pronto se le ha subido definitivamente el pavo, probablemente frustrado por no haber conseguido el contratazo de su vida, y se dedica a ser el que fue, o peor, porque por momentos ni corre ni parece importarle una mierda lo que pase en el campo. Lo que es estúpido, porque de haber repetido temporada su caché se habría disparado hasta la estratosfera. Y luego está Parejo, claro, Parejo, ‘el cerebro’, ‘el líder’, todo entre comillas, el tipo que solo hizo un buen partido el día que, casualidad o no, le pusieron a Soler al lado. Un jugador lamentable que solo ofrece estadísticas a doble póster para el onanismo de sus fans, pero no sirve ni para liderar una junta de vecinos y mucho menos para ser referencia, faro y guía de un equipo perdido y desconcertado que no sabe a quién agarrarse cuando las cosas se tuercen, lo que ocurre siempre. Y además están las bajas. La de Kondo, que aun no siendo el del año pasado es preceptivo en este equipo, las de Coque o Guedes, los únicos que ponen cierta garra junto a Gayá, a días, y Mina, caballo loco. Y además los arbitrajes y trato federativo, que por momentos parecen una persecución de manual para ver si nos pueden joder vivos y que se larguen los chinos de las narices, esos advenedizos. Y yo qué sé, mil cosas más que no sabremos ni podemos intuir.

Todo esto es obvio, no estoy descubriendo nada, lo sé, pero parece que no se pondera lo suficiente. Y por eso no soy partidario de tirar a Marcelino aunque sus números sean tan lastimosos, aunque comprendo a los que lo piden, es normal. Yo, inconsciente de mi, ingenuo a tope, más bien creo que habría que deshacerse de unos cuantos jugadores inútiles, incapaces o indolentes, o todo a la vez. Aunque sea por etapas, primero banquillo y luego patada en el culo. Pero para eso habría que fichar a los que los suplan, claro, y como eso no va a poder ser, lo normal, lo más económico y fácil es tirar al entrenador y su troupe y que otro intente hacer que corra la sangre por las venas de tanto manso, caradura y niñato como hay en la plantilla.

En fin todo este rollo sirva para concluir que Marcelino es culpable en un buen porcentaje, como es lógico, sobre todo por fallar gravemente en los refuerzos y la confección de la plantilla, y quizá por su responsabilidad en tantas bajas. Pero todo pasa por que un equipo liderado en el campo por Parejo y Rodrigo, este Rodrigo al menos, está condenado al fracaso sin remedio. Y se acabó, ya está. Llamadme hater, que me la bufa, pero con estos mimbres y sin Kondogbia salvando el culo de todos cuando hace falta, pues eso.


 

Un comentario en “¿Qué te pasa, Valencia CF? Sergio Calvo y Lobo nos dan sus claves para el debate sobre lo que está pasando en este comienzo de temporada tan mediocre del equipo centenario.

  1. MGT has fallen into the trap of letting players get comfortable and this is a problem because those players aren’t very good unless playing at 100%. And he has done it spending a fair bit of money on players he won’t use, and will cost the club a lot of money when very talented players he won’t use or plays out of position leave for less than they are really worth.

    Even though the team has been poor for 10 months GK, LB, CBx2, CMx1, CFx2 know they are playing no matter how bad they have been. The fact that the solution to the poor form is to get rid of a player who has started 4 league games or change the right back is ridiculous.

    One possibility is that MGT is being loyal to the players who did so well for him for the 1st half of last season but he has sold 3 of that team, and drops a 4th when everyone else is fit. He defies logic. Soler can be man of the match, create 2 goals and score one and is then dropped for the next CL game. Lato can come in and be excellent but be dropped for the next game. Others can lose games, make mistakes, miss chances, be anonymous but there they are, game after game. When he tries something different if it fails to get the result he goes back to what has failed to get the result 20-30 times in the last 12 months.

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