Jomi Lavarías

Otro partido más languideciendo, un partido menos para que se termine esta discretísima temporada liguera. ¿Qué les pasa al equipo y al entrenador? Llevamos muchas semanas, desde la explosión de alegría en la vuelta de semifinales ante el Athletic, en que el equipo transmite tristeza, pesadumbre, desánimo. Nada invita al optimismo, nada invita a esbozar una sonrisa pues ni ellos mismos las esbozan en el campo. Todo es desilusión. Que la tenga yo, que hace más de dos años que no piso Mestalla y que a esto le vea menos futuro que al láser-disc, pues vale, ¿pero ellos, que alguno no ha ganado un título en su vida y que seguramente, si no lo gana el sábado, no lo ganará jamás…? No tiene ningún sentido. E incluyo a Bordalás, que rueda de prensa tras rueda de prensa, nos recalca las limitaciones de esta plantilla. Que me lo diga a mí, vale, ya lo sé, me parece bien que se encargue de repetírmelo continuamente, pero no estoy muy seguro que a los futbolistas les encante ese discurso. No debe ser muy agradable que tu entrenador constantemente diga públicamente que tiene a su cargo una plantilla muy limitada. No parece la mejor manera de encarar una final de copa a siete días vista. Desgraciadamente no somos un club que juegue finales todos los años, las jugamos de vez en cuando y necesitamos encararlas con alegría, tensión e ilusión, es decir, todo lo contrario a como se está encarando ésta final ante el Betis. Ojalá me equivoque, pero una derrota el próximo sábado va a provocar un cataclismo nunca visto por aquí cuando se ha perdido una final. Ojalá me equivoque.

Si a todo esto hoy ante Osasuna padecemos un nuevo arbitraje made in Rubiales pues tenemos el combo perfecto para que hoy hayamos dicho adiós a nuestras débiles aspiraciones para jugar en Europa vía liga la temporada que viene. Un penalti clarísimo que el VAR ni se digna a revisar, un futbolista de ellos que bien pudo haber sido expulsado un par de veces, una falta inexistente a su portero que acaba en gol, un penalti en contra que solo podía haber evitado un defensa manco… y para postre, el Var aplicando la ya olvidada ley de la compensación nos regala un penalti que seguro que con 0-0 o 0-1 no habría pitado. En fin, un cúmulo de despropósitos el partido de esta tarde.

Amunt 4ever.


Lobo

Pues, a ver, depende. Si estos últimos partidos son una puesta en escena estudiada para que el Betis se confíe, como empiezo a sospechar, está saliendo perfecta y desde aquí felicito al director de escena. Si no, vaya tela.

No creo que haya equipo ahora mismo en primera con un juego tan laxo e inoperante como el del VCF. Todo son arreones y verlas venir, poco más. El equipo no tiene mordiente, ni genio, ni carácter, solo dejadez y una falta de tensión desconcertante. Me dicen que he visto al colista y me lo creo. Especialmente duro ver que cualquier equipo sabe jugar, combinar y hasta despejar mejor que este VCF, que cualquier medio campo te domina, que mientras nos llevamos la fama de equipo duro son los otros los que arrean, y que los nuestros no se inmutan ni cuando ven claramente que se les viene el gol en contra. Entre Ilaix, Diakha, Soler, Guillamón, Guedes, Costa y hoy un lamentable Foulquier, no juntan más carácter que un adorable cachorrito de 3 meses. Solo perdono a Gayá, porque a Gayá se lo perdono todo por ahora, a Racic, que pese a verse bastante ninguneado lo intenta, a Mamar, que aporta una seguridad necesaria pero llega donde llega, a Hugo Duro, que da lo que tiene, y a Bryan Gil, que, si bien no está acertado, sí tiene esa mordiente y electricidad a la que no se acercan ni de lejos el resto de sus compañeros.

Y todo esto sin obviar que, incluso así, con un juego así de pobre, si los árbitros y el VAR no se dedicaran a boicotear al VCF con decisiones descaradamente parciales, otro gallo cantaría. Es la baza que sí tienen otros equipos, que cuando se tuercen las cosas cuentan con el estamento arbitral para que ‘se lo arregle’. Pero el VCF no, desde luego, más bien al contrario, que ya nos conformaríamos con que no nos destrocen cada partido decidiendo siempre lo que nos perjudique más. Y a la vista de todos, sin esconderse, que cuanto más descarado, mejor, supongo.

Y tercer partido/oportunidad de presionar por Europa que tiramos a la basura en un ambiente de depresión profunda incomprensible a solo unos días de una Final. Vamos sobraos. Ni que jugáramos 3 finales cada año. Y nos espera el Villarreal, equipo ejemplar que hace todo bien, como seguro ya sabéis, y con el que imagino que irán todos los valencianistas de cuna, los buenos. Pues vale. Amunt!

 

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