Gayà y Orban, destinos cruzados

Las recientes revelaciones respecto al «Caso Gayà», parece que apuntan a una renovación frustrada que prolongará el aire de provisionalidad que el entorno del joven jugador de Pedreguer transmite. Conocemos demasiado a la familia Toldrà como para confiar en que su línea de trabajo vaya a coincidir con los intereses del VCF.

Es cierto que deben velar por obtener el mejor de los contratos posibles para su pupilo, pero no es menos cierto que deben analizar cual es la evolución deportiva que le espera en un club Premier -dudo que el Madrid opte por un pago de la claúsula de rescisión, por los precedentes recientes de Isco y Illarra-, por muy top que sea. Gayà es demasiado joven para un cambio tan profundo como el de irse a vivir a Manchester o Londres, donde las comidas, los horarios, las costumbres y la mentalidad de los compañeros es muy diferente; incluso opuesta al ambiente «mediterráneo» de nuestro club.

El propio rendimiento del jugador ha ido en curva descendente en la segunda vuelta, ya que los rivales lo conocen, y lo están tapando mucho más. No sabemos si la rumorología y el exceso de portadas con su cara ha mermado su confianza, yo creo que nunca  ayuda a un jugador en formación.

Sería doloroso perder a una de las grandes joyas de la Academia, primero por su valor deportivo, con un potencial de crecimiento enorme; y segundo por el mensaje que calaría en los más jóvenes de la escuela, que de alguna manera se ven reflejados en él. Pero el club debe tener altura de miras y no crear un mal precedente: no se puede pagar cualquier precio, ni aceptar cualquier petición de los representantes. Hay que manejar el grado de firmeza necesario para que los que vienen por detrás sepan que hay una política definida y firme, que empieza en Rufete, pasa por Salvo y Kim Koh, y termina en Lay Hoon.

Lo mejor de esta historia es que en el peor de los escenarios, tenemos una opción de reemplazo de primera fila con Lucas Orban, cuyo protagonismo ha aumentado exponencialmente en el último mes. Sus prestaciones defensivas son superiores a las de Gayà, puede jugar perfectamente de central izquierdo y se suma al ataque con suficientes garantías.

Queda por debajo la opción de Salva Ruiz, eterna promesa cuyo nivel está por validar en alta competición, u optar por un fichaje. El prometedor Jony Castro (Celta) tiene una cláusula muy accesible (he leído 3,5M), y está contrastado a nivel nacional.

Y siempre nos queda Mendes….