Nuevo desastre del VCF en San Sebastián, que tiró 3 puntos imprescindibles en un preocupante partido calcado a los que propiciaron la destitución de Nuno. Estas son nuestras impresiones.

 

RSOVCF

Toni Calatrava

Cayó el VCF en otro lamentable episodio como visitante que recordó los peores momentos de la etapa Nuno Espirito Santo. Ante un rival que sólo había ganado dos partidos en casa, el equipo de Neville sucumbió en un partido plano, sin músculo ni competividad en la medular.

Un planteamiento con muchos jugadores de ataque no supuso grandes peligros para la meta de Rulli: los mediapuntas valencianistas crearon poco peligro, limitándose a corretear por el verde de Anoeta y perder un balón tras otro.

Los números como visitante del VCF son similares a los de cualquier equipo en zona de descenso. Si a la llegada de un entrenador inexperto a una plantilla demasiado joven, se le confiere la Dirección Deportiva, cruzamos todas las líneas rojas que quedan para delimitar el peligro.

23 puntos, faltan otros tantos para mantener el equipo en Primera División. Espero que en Singapur tengan la mente fresca para tomar decisiones. Si se empeñan en no hacer uno o dos fichajes que apuntalen al equipo, lo vamos a pasar mal.

 

Drakul

Empezar desde cero para hacer las cosas bien en las dos competiciones que tenemos opciones. No queda otra que aprender de un nuevo batacazo de los nuestros, de otro partido lamentable. Y el equipo la primera parte no estuvo mal pero los cambios empeoraron al equipo. Enzo es el hombre clave de este equipo. Sin él el Valencia se diluyo como un azucarillo. Y uno de los cambios mas traumáticos a hacer es el del portero. Llevamos tres partidos seguidos con goles en lo que, en una u otra forma, Jaume tiene responsabilidad directa.
Pero aprender significa eso, aprender. Si Parejo y Fuego, solos en el centro del campo, no han hecho un solo partido bueno, pues aprendamos y no los volvamos a poner. No se entiende que Neville haya prescindido tan pronto del trivote central con Parejo de 5 que nos había dado cierta mejoría en el juego.
Tampoco se entiende nada bien que con Negredo en el campo, rematador por alto, juguemos con exteriores a pie cambiado. Empecemos de cero, decía, pongamos al mejor portero, al diestro en la diestra, al zurdo en la zurda, al mediocentro en el medio y el sistema que mejor ha funcionado. Crecer desde la sencillez es posible.
Y por cierto, no paro de escribir sin recalcar que el Valencia de la segunda parte es el de la media de edad más alta que se ha alineado en dos temporadas. El nuestro no es un problema de edad, sino de capacidad.

 

Jomi Lavarías

Cuando a eso de las 15.30 he visto la alineación titular en twitter he pensado lo que la mayoría en mi TL. Equipo ofensivo, buena apuesta de Gary Neville. Con algo de firmeza atrás este partido lo ganamos casi con toda seguridad. Pero claro, esto pensado tras las correspondientes pajas mentales, en las cuales imaginaba tanto a Santi Mina como a Rodrigo de Paul desbordando una y otra vez por la banda, y metiendo centros a Paco Alcácer para que los rematase a puerta, sin estar en fuera de juego, poniendo en aprietos a Rulli. Y veía a un Rodrigo Moreno jugando entre líneas y haciendo mucho daño por dentro con su movilidad. Un Enzo multiplicándose tanto en defensa como en ataque robando y suministrando balones a los de arriba. Y veía a un Parejo jugando de 5 sacando el balón de atrás con una fluidez asombrosa. Lo de la seguridad atrás ya lo he comentado, ¿no?

Pues eso, pajas mentales, como las que os habéis hecho todos vosotros, porque a la hora de la verdad nada de nada de nada. Una primera parte, digamos que aceptable, y una segunda parte absolutamente lamentable. Bien amigos, vamos a sacar los 40-43 puntos cuanto antes porque es tal el pavor que me entra sólo de pensar a esta pandilla (banda) de yogurines metidos en el lodazal y jugándosela con equipos experimentados en esas lides que el cagómetro se me dispara. Y los fantasmas del pasado resucitan de un plumazo.

Nada más que decir. Que Dios nos pille confesados.

 

Hoeman

Andaban algunos alucinados antes del partido con un video de un entrenamiento digno de preescolar donde Gary Neville practicaba la salida del balón desde atrás. Contra la Real, el Valencia volvió a intentar dar salida a la pelota desde la defensa, con resultado igual de patético que en el último lustro. Primera parte llena de imprecisiones, sin dominador, con ausencia de: velocidad, movimientos sin balón, presión coordinada, triangulaciones, desmarques, juego al primer toque,… Y abuso de: peloteo intrascendente, balones en largo, jugadas individuales. Una ruleta rusa en la que cualquiera pudo marcar. El planteamiento a priori por parte de Gary Neville me pareció interesante, aunque hubiera sido mejor si Mina hubiera jugado en el lugar de Rodrigo, tan chupón como antes de lesionarse, y viceversa.

MINA ES DELANTERO.

Además, Enzo ya dio el aviso de que no estaba para jugar más de 45 minutos, y el técnico inglés, negligente, hizo caso omiso.

Así que se lesionó Enzo, que si hay algo que no se le pueda reprochar es la intensidad en sus acciones, en contraste con la del resto de sus compañeros. Desde esa perspectiva, puede verse hasta lógico tanta sucesión de lesiones ya que tiene que trabajar por diez. Y así no se puede. Cierto que no ayudó en la salida de balón, pero es el único que lucha.

La segunda parte fue un espectáculo grosero y grotesco para el aficionado valencianista, con unos jugadores sin alma ni orgullo ensuciando el escudo del club. Se equivocó Neville (hoy nefasto en la toma de decisiones) quitando a Cancelo y no haciendo lo propio con Enzo (y cambiando el dibujo táctico): ya sabemos el resultado. Deberían ser señalados Mustafi y Jaume Doménech, además de los de siempre, que siempre se salvan de la quema. El alemán lleva una temporada espérpentica que ni sus publicistas-periodistas ni sus acciones o «tuits» tribuneros deberían tapar, Jaume ha perdido el crédito casillesco ganado con sus cagadas dignas del peor Casillas.

Queda un sabor amargo escuchando a Neville diciendo que su equipo defendió bien durante 70 minutos… ¡y una mierda, y una puta mierda! Como mucho defendió bien jugadas o minutos aislados…

 

Jamacuco

El VCF está enfermo. No es ninguna novedad, ya lo sabíamos todos. Sin embargo, aún sabiéndolo, no lo tenemos asumido. Pues bien. Asumámoslo. No se trata de un constipado mal curado. O una indigestión tratada a destiempo. Es una enfermedad arraigada y pertinaz, y la cura no va ser ni fácil ni inmediata. Y estoy dando por supuesto que tiene cura, que esa es otra cuestión…

El VCF empezó bien el partido en San Sebastián, bien posicionado y saliendo con el balón controlado (aunque no sin dificultad). Sin embargo la excesiva lentitud en los movimientos y ¡ojo! en la toma de decisiones lastraron una vez más ese buen comienzo. Desde mi punto de vista ni Enzo ni Parejo (inadmisible su actitud y ritmo en un fútbol profesional, quizás en ligas de solteros contra casados tenga algo de suerte) tienen la maquinaria suficiente para hacer rodar este equipo. Y ya cuando se les acaba la gasolina o se cargan de tarjetas (Enzo, porque Parejo va al tran tran todo el partido) el equipo se rompe totalmente como pasó en la segunda parte. La fuerte presión que ejercen los rivales con la lección aprendida cuando intentamos sacar el balón, y la falta de personalidad y liderazgo de la plantilla sacan al descubierto de forma sencilla las vergüenzas de este equipo.

Si a esto le unimos que la defensa es un flan, nerviosa, inconsistente, sin ideas claras ni los movimientos aprendidos…. hace que poco a poco el equipo recule, y la distancia con los atacantes sea cada vez mayor. Si te hace esto el Bayern de Munich lo puedes entender. Que te lo haga una flojita Real Sociedad es muy preocupante. Los dos goles recibidos en el tramo final del partido son inadmisibles en cualquier equipo serio. Un equipo (el VCF) encerrado en el área, dejando tocar y centrar a placer al contrario. Dos goles y pudieron ser alguno más.

La línea de ataque es de lo más potable del equipo mientras hay algo de conexión con el centro del campo. Se ve que su nivel de juego combinativo ha mejorado en las últimas semanas. Sin embargo, una vez desconectado son almas que vagan en pena por el campo de juego.

Y volviendo a la enfermedad. ¿Cuál es? Pues… no soy médico pero todo apunta a una falta de planificación deportiva y es más, una falta de coherencia del proyecto deportivo de Peter Lim que se ha hecho en el último año en el VCF.

El enfermo está mal. Ahora sólo le podemos dar medicinas paliativas, pequeñas píldoras de buen juego que consigan sacar una decena de partidos adelante para salvar la temporada sin sustos, e intentar dar una sorpresa en las copas. Pero la cura a esta enfermedad está arriba, en los despachos. Una vez certificado el fracaso absoluto del primer proyecto deportivo de Lim, lo lógica sería asumir los errores con humildad y poner los mimbres (que ya estaban a medio poner hace tan sólo unos meses) para crecer de forma COHERENTE y CREÍBLE ante jugadores, rivales y afición. Ahí está el quid de la cuestión. Y no hablo de cuestiones económicas o de tipo societario. Eso está claro y estable (afortunadamente). Ahora toca acertar en lo deportivo y en lo social. En ese caso, sí que es razonable pedir paciencia a la afición. Si no fuera así, la situación empeorará y nos deslizaremos a situaciones desagradables.

 

Lobo

Era optimista, lo reconozco, pero de nuevo me he llevado un buen chasco. El VCF volvió a las andadas en Donosti con otro partido para los anales del esperpento y la desidia más absoluta. 3 puntos más que vuelan en este carrera hacia ninguna parte.

La 1ª parte fue de tanteo. Una RSO sin profundidad y el VCF bien plantado aunque con demasiados fallos defensivos y desaprovechando las oportunidades para coger la espalda y marcar, tirando por la borda un aparente buen planteamiento. Algunos jugadores han seguido mostrando demasiadas limitaciones, casos de Santi Mina, muy inofensivo, o Abdennour, demasiado inconsistente y alocado. Por contra Rodrigo ha destacado en una posición de 2º delantero que, probablemente, sea realmente la suya.

La 2ª fue un puro despropósito. La RSO siguió igual, sin mordiente ni más capacidad que la que le pudiera permitir un rival magnánimo. Y justo eso fue el VCF, manso como un conejito de peluche, el equipo de los mil pases fáciles fallados, sin nervio, sin instinto asesino alguno, sin mala leche, sin ganas de tener ganas de ganar. Tan poca fe le han puesto que al final, casi sin proponérselo, la RSO ha acabado marcando y llevándose el partido. Triste final para un partido triste e infumable del VCF. Una pena, otra oportunidad perdida para levantar cabeza y sacar el orgullo.

Nada ha cambiado. Quizá sea pronto para pedir que el equipo tenga otro comportamiento en el césped, pero esto se empieza a poner feo.

 

Mario Selma

Hostión en el cielo de la boca para despertarnos del resacón copero. Ayer tarde, en otro arranque de desvergüenza coral -¿no se cansan de pasarse el día con el puedo prometer y prometo, para luego amargarnos con tales bodrios?-, el equipo volvió a su senda, a la del error grosero y la falta de concentración a la que inexorablemente te aboca la galbana de ciertos jugadores. En mala hora se practica el ayuno futbolístico en plena anemia resultadista, no vaya ser que se deforme su esbelta figura.

Sobre el partido, primera mitad decente y segunda deplorable. A subrayar las actuaciones negras de Abdennour -si Neville quiere dar sentido a eso que llaman meritocracia, y de paso eludir que el vestuario se le arremoline antes de hora, le debe dar jarabe de banqueta al irreconocible tunecino-, Jaume -como el efecto gaseosa, cuando baja la espuma es cuando se hace la verdadera cata-, Orban -cuando flaquea en faceta puramente defensiva, queda el poso de un jugador mediocre-, Mustafi -si Vezo hubiera cometido sus fallos, y su actitud, tendría que buscar exilio en Portugal- y Parejo -que cuando sufre en zona ancha, se le ven unas costuras que solivianta, y con razón, al aficionado quemado-. Y mención para Cancelo, que sigue verde que te quiero verde cuando ejerce de defensor, cuya indolencia quedó retratada a través de un vídeo indecente que se le debería poner en bucle en Paterna hasta que le saliese barba táctica. El De Paul-Rodrigo-Mina, muy sugestivo sobre el papel, se desmoronó por completo al ser incapaces de generar superioridades ante una Real descompuesta, mientras Alcácer, y luego Negredo, se la pelaron en sus respectivas islas. Otra vergüenza más, otro partido menos en el calendario.

Esta vez, y creo que por merecimiento propio, Neville se equivocó de cabo a rabo; con un planteamiento muy atractivo, pero suicida al final, no leyó bien el encuentro -hasta un benjamín vio que nos comieron el centro del campo con el doble pivote plantado- y no lo supo rectificar con los cambios gastados. Ahí es donde se demuestran las capacidades de un entrenador, no solo en sala de prensa con respuestas coherentes, contenido futbolero y frases floridas. ¿Porque al final lo que queremos es ganar partidos y alcanzar objetivos, no? Pues manos a la obra, que de temporada de transición podemos pasar a temporada de perdición.

 

Ilustración del artículo vía valenciacf.com

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